Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEl consumo de leche en España ha experimentado un retroceso en los últimos años. Así, los españoles hemos pasado de ingerir 100 litros anuales en el año 2000 a rebajar la cifra hasta los 73 litros. Las leches vegetales están detrás de este descenso, aunque tal y como afirma Bárbara Romano, especialista en Nutrición Humana y Dietética del Hospital Clínic de Barcelona, “Cabe destacar que es un alimento muy completo porque aporta una gran variedad de nutrientes: hidratos de carbono -en forma de lactosa- grasas, proteínas de buena calidad, minerales (calcio, potasio, fósforo, etc.) y también vitaminas A, B12 y D". Es posible que la leche de cabra y oveja todavía no sea tan popular como la leche de vaca, sin embargo, cada vez son más las personas que optan por probar estas alternativas.
En España, entre un 20 y un 40% de las personas son intolerantes a la lactosa según la Asociación de Intolerantes a la Lactosa España (ADILAC). La intolerancia a la lactosa es la sintomatología provocada por una deficiencia de la lactasa, una enzima producida por el intestino delgado y encargada de la absorción de la lactosa, un tipo de azúcar presente en la leche de los mamíferos. Los síntomas más comunes son dolor e hinchazón abdominal, gases, flatulencias, náuseas, vómitos y diarrea. Suelen aparecer entre 15 minutos y 2 horas después de haber ingerido alimentos con lactosa y pueden remitir entre 3 y 6 horas más tarde .
Hay tipos de proteína beta-caseína que se encuentran naturalmente en las razas europeas de leche de vaca: A1 y A2. Algunas vacas producen leche con la proteína A1 y otras producen leche con la proteína A2. La proteína A1 se considera una posible causa de los síntomas asociados con la intolerancia a la lactosa, ya que las investigaciones han descubierto que estas dos proteínas pueden tener efectos muy diferentes en las personas.
La leche de cabra y oveja (junto con la leche materna humana) contiene en gran medida la proteína A2 que, según muchos, se digiere más fácilmente.
La leche de cabra contiene muchos nutrientes, como la proteína A2 y los oligosacáridos que actúan como prebióticos y estimulan el crecimiento y la división de bacterias probióticas beneficiosas en el intestino. También tiene glóbulos de grasa un 20% más pequeños en comparación con la leche de vaca y niveles más bajos de lactosa. Esto hace que sea más fácil de digerir y una buena alternativa para quienes no pueden tolerar la leche de vaca. Además, contiene 30-35% de ácidos grasos de cadena media, mientras que la leche de vaca tiene solo 15-20%. Estos ácidos grasos son una fuente rápida de energía y no se almacenan como grasa corporal.
En cuanto a la leche de oveja, debemos tener en cuenta que la oveja produce menos leche leche al día que la vaca o la cabra y por ello es más difícil encontrarla en el mercado. Además, la leche de oveja es la más cremosa y significativamente más alta en sólidos lácteos (grasa y proteína) y contiene aproximadamente el doble de la cantidad de grasa que la leche de vaca o de cabra. Esto lo hace perfecto para hacer productos de queso y yogur.
Al igual que la leche de cabra, se homogeneiza naturalmente y tiene glóbulos de grasa más pequeños y ácidos de cadena grasa más media. La leche de oveja también es rica en proteína A2, vitamina B12 y ácido fólico.