Victoria Herrero
Salud
La anemia, o falta de hierro, afecta a una de cada tres personas en todo el mundo
El déficit de este nutriente incide sobre todo en las mujeres a las puertas de la menopausia
Tener bajos los niveles de hierro en nuestro organismo es sinónimo de una salud deteriorada. Un déficit que se observa en una de cada tres personas en todo el mundo y que complica el bienestar de las mujeres, sobre todo de aquellas que se encuentran a las puertas de la menopausia; los que padecen una insuficiencia cardíaca de tipo crónico o los que tienen una enfermedad renal.
¿Es tan importante el hierro en nuestra salud?
La anemia puede ser de tal magnitud que incrementa el riesgo de mortalidad en estas personas, sobre todo las mayores de 65 años, con patologías adquiridas ya de antemano y que ven cómo se complican por la falta de este nutriente necesario. Y es que, según la Organización Mundial de la Salud (@OMS_es), la deficiencia de hierro es considerada el "primer desorden nutricional en el mundo", que se manifiesta en forma de cansancio generalizado, piel pálida, uñas quebradizas o una incapacidad para concentrarse.
Además, si la anemia es de moderada a grave, a estos síntomas se añaden algunas señales más. Evidencias que hacen que se vaya produciendo poco a poco, y si no se pone remedio, un deterioro general del paciente:
- Una caída del cabello.
- Sudoración anormal.
- La lengua se inflama y pueden aparecer ciertas lesiones en los labios.
- Trastornos del sueño que, unidos a esa fatiga de la que hemos hablado antes, hace que estas personas se muestren más irascibles o irritables que de costumbre.
- Dificultad respiratoria.
Hablamos de un elemento esencial para el organismo, "ya que participa en muchos procesos metabólicos, especialmente en la formación de la hemoglobina contenida en los glóbulos rojos". De ahí la importancia de prestar especial atención en este sentido y para el que se lanzan campañas, como cada 26 de noviembre, con la celebración del Día del Déficit de Hierro (@Iron_Deficiency).
"La hemoglobina es el principal responsable del transporte de oxígeno a los tejidos y es además esencial para la síntesis del ADN, la respiración celular y para que se lleven a cabo reacciones metabólicas claves, así como para un adecuado funcionamiento del sistema inmunitario", explican desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (@semfyc). Estos mismos expertos apuntan que cuando la concentración en sangre de este micronutriente está por debajo de 15 μg/l es cuando se considera que esa persona tiene un déficit de hierro para el que hay que poner remedio.
Y es que dicha carencia puede llevar a que esa persona desarrolle, algo que ocurre de forma frecuente, una anemia ferropénica que suele darse sobre todo en casos de personas mayores.
¿Cómo podemos hacer para alejar esa anemia?
La alimentación es una buena respuesta a esa pregunta. Un cambio en nuestra rutina diaria de comidas dice mucho en pro de una mejora de los niveles de hierro que hay en nuestro cuerpo. Por ello, en esa nueva pauta nutricional es bueno que no falten las carnes rojas, las vísceras o los mariscos de concha como las ostras, los mejillones, los berberechos o las almejas, entre otros.
Y para aprovecharnos de ese buen aporte de hierro, lo mejor es preparar estos alimentos de tal manera que los nutrientes apenas se alteren. Por eso es bueno hacerlos al vapor, horneados o salteados.
En el caso de la alimentación, las personas que son vegetarianas constituyen uno de los grupos con mayor riesgo de padecer esta falta de hierro, ya que hay una carencia de este grupo de alimentos de origen animal que son la principal fuente del llamado hierro hemo.
El hierro hemo es aquel que posee una mayor biodisponibilidad por lo que su absorción por parte de nuestro cuerpo es mayor. Es importante distinguirlo del llamado hierro no hemo, que se encuentra sobre todo en los alimentos de origen vegetal donde, en algunos casos, se producen unas sales insolubles que bloquean la absorción de hierro en nuestro cuerpo, lo que hace que esos niveles no se incrementen como deberían. Este último se encuentra en los cereales sin fibra, las legumbres, los frutos secos y algunas verduras de hoja verde, como las acelgas o las espinacas. En estos casos, como aconsejan estos expertos, es bueno tomar suplementos ricos en vitamina C de forma simultánea.
Pero no todo es la alimentación para aumentar esos niveles de hierro. Por eso, como explican estos expertos, en la mayoría de los casos ese cambio nutricional se acompaña de una necesaria administración de un tratamiento farmacológico que debe mantenerse varios meses hasta que esa concentración de hierro en nuestro organismo sea ya adecuada y suficiente.