Verónica Mollejo
Salud
La dificultad de vivir con un dolor crónico: cómo superar el día a día
Verónica Mollejo
Foto: Bigstockphoto
Sábado 16 de noviembre de 2019
ACTUALIZADO : Jueves 23 de julio de 2020 a las 13:37 H
7 minutos
El dolor crónico puede estar provocado por una infección, un daño nervioso o una vieja lesión
Como su propio nombre indica, el dolor crónico es aquel que dura más de tres meses, independientemente de si aparece de forma oscilante o continuada. Por más tratamientos analgésicos que tu médico te haya recetado, si persiste y sois incapaces de controlarlo, lo más probable es que se trate de este inquietante diagnóstico pues, por lo general, no tiene cura.
El dolor crónico puede afectar a cualquier parte del cuerpo: la espalda, la cabeza, el cuello, las articulaciones o incluso el rostro. Y suele ir acompañado de síntomas tan variados como rigidez, ardor, palpitaciones, presión localizada, punzadas o malestar general. Además, "podría incluir sentirse cansado, tener problemas para dormir o cambios en el humor. El dolor en sí a menudo conduce a otros síntomas. Estos incluyen baja autoestima, ira, depresión, ansiedad o frustración", añaden desde la American Academy of Family Physicians (@aafp).
Un cuadro clínico que a día de hoy afecta a más de 90 millones de personas en todo el mundo, obligadas a aprender a convivir con unas molestias que, en ocasiones, alcanzan picos de intensidad de lo más desagradables. Antes de enumerar algunos consejos para sobrellevar el día a día, es fundamental conocer más aspectos de esta enfermedad.
¿Cuántos tipos de dolor crónico existen?
En términos generales, una de las primeras clasificaciones depende exclusivamente de las causas que hay detrás, tan variadas como los síntomas que genera. Las afecciones que pueden desencadenarlo son, principalmente, un daño nervioso, lesiones internas, problemas de espalda, migrañas, infecciones, cirugías previas o patologías más severas como la artritis, la fibromialgia o algunos tipos de cáncer.
Por otro lado, el dolor crónico se puede dividir en dos clases: nociceptivo y neuropático. El primero es el más básico, ya que se produce cuando, por ejemplo, nos quemamos, nos cortamos o nos hacemos una herida. En cambio, el neuropático "se produce por un problema con las vías nerviosas, lo que afecta a la forma en que el nervio envía mensajes de dolor al cerebro", explican desde la Boston Scientific Corporation (@bostonsci). En este último caso, se trata de una dolencia debilitante que los pacientes describen como un entumecimiento, un hormigueo o una descarga eléctrica.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (@seneurologia), en nuestro país el 11% de la población padece dolor crónico, mientras que en la mitad de estas personas, que rondan los 3 millones, se debe al dolor neuropático. Debido al alcance de la enfermedad, ¿cómo pueden hacer frente a ella?
Vivir con dolor crónico: cómo lidiar con él
Otro estudio, esta vez desarrollado por investigadores del CIBERESP en la Universidad Autónoma de Madrid (@UAM_Madrid), en colaboración con el CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable, apunta a que las mujeres mayores lo sufren más que los hombres, sobre todo a medida que van cumpliendo años. ¿El motivo? Estas padecen con más frecuencia enfermedades crónicas y estrés psicológico, además de hacer menos ejercicio físico.
No obstante, a pesar de estos datos, ambos géneros corren el riesgo de caer ante los síntomas anteriormente expuestos. Además, "el nivel de dolor que pueden sufrir las personas teniendo la misma enfermedad o lesiones similares, puede variar mucho. Algunos pueden sufrir enormemente, mientras que otros ni siquiera sienten el dolor. [...] Estas diferencias pueden ser reflejo de la educación o cultura de cada persona. Sin embargo, existen cada vez mas pruebas de que la respuesta al dolor tiene mucho que ver con nuestros genes, y nosotros, por supuesto, no tenemos control sobre ellos", aseguran desde la Sociedad Española del Dolor (SED @Sedolor).
En este sentido, sea cual sea nuestra tolerancia, es preciso seguir algunos consejos y recomendaciones para que dicha patología no perjudique demasiado nuestra calidad de vida. ¡Toma nota!
- Por supuesto, lo primero es ser fiel al tratamiento que nos haya recomendado el médico especialista, que puede incluir el consumo de algunos medicamentos, apoyo psicológico o terapias complementarias como la estimulación eléctrica, la acupuntura, la fisioterapia o los métodos conductuales.
- En cuanto a tu papel en dicho proceso, es importante que sigas unos hábitos de vida saludables. Cuida tu alimentación, practica ejercicio físico, deja de fumar y de beber alcohol e intenta descansar adecuadamente.
- En este sentido, el control del estrés, la ansiedad y la depresión también resulta fundamental, pues el dolor emocional y físico están estrechamente ligados. Intenta dar prioridad a los pensamientos positivos.
- "Lidiar diariamente con su dolor puede ser extremadamente difícil, en especial si lo hace por su cuenta. Póngase en contacto con otras personas en su misma posición que puedan comprender sus altas y sus bajas", recomienda la American Psychological Association (@APA). Sin olvidar a los profesionales que también te ayudarán a manejar la situación.
- Asimismo, tus familiares y amigos tienen un papel fundamental en la enfermedad, pues te sacarán del aislamiento al que a veces nos empuja el dolor crónico y te permitirán llevar un estilo de vida activo y sociable. "Intente compartir sus sentimientos negativos con los médicos, y guarde los buenos momentos para compartirlos con su familia y amigos", añade la SED.