Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorEl director general de la OMS, Tedros Adhanom, tenía claro qué había que hacer para luchar contra el coronavirus: test de detección. Si un país quiere hacer frente al virus y tomar las mejores medidas deberá hacer test fiables que le muestren datos reales sobre su situación.
Esta premisa parece ser que la escuchó el Gobierno al comenzar a repartir entre las comunidades autónomas miles de test rápidos para realizar pruebas masivas que le permitieran detectar de forma prematura los casos positivos y estabilizar, o invertir, la curva de contagios.
Al mismo tiempo que se comenzaban a realizar estas pruebas, surgieron dudas respecto a su fiabilidad. Unas fuentes apuntaban a un procedimiento, otras a diferentes resultados. La clave: además de las pruebas rápidas se restaban realizando otras dos técnicas más para identificar los contagios: test PCR (que ya se utilizaban desde el principio de la pandemia) y test serológicos. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica las ha analizado en un informe.
Mientras que los test rápidos y las PCR buscan físicamente la presencia del virus con muestras biológicas extraídas de las fosas nasales o la garganta del paciente, el test serológico busca detectar los anticuerpos que se hayan generado a partir de la respuesta inmunológica generada con una muestra de sangre.
Para disipar cualquier duda, aquí os dejamos las principales diferencias: