Salud

Los rasgos de personalidad que reducen el riesgo de desarrollar demencia

Laura Moro

Foto: Bigstock

Jueves 25 de enero de 2024

6 minutos

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Laura Moro

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Jueves 25 de enero de 2024

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Comprender cuáles son los factores de riesgo y los mecanismos que aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa es uno de los objetivos principales de la comunidad científica, de ahí que continuamente se publiquen estudios relacionados con este tema, como la que ha llevado a cabo la Asociación Americana de Psicología en el Journal of Personality and Social Psychology.

Este estudio ha decidido determinar si existen determinados rasgos de nuestra personalidad que afectan al deterioro cognitivo del cerebro en la vejez: "Los rasgos de personalidad reflejan patrones de pensamiento y comportamiento relativamente duraderos, que pueden afectar de manera acumulativa a la participación en comportamientos y patrones de pensamiento saludables y no saludables a lo largo de la vida", explica Tomiko Yoneda, la autora principal y estudiante posdoctoral en Psicología de la Universidad de Victoria en Canadá. 

La acumulación de estas experiencias puede contribuir a la susceptibilidad de enfermedades o trastornos, como el deterioro cognitivo leve, o contribuir a las diferencias individuales en la capacidad de soportar los cambios neurológicos relacionados con la edad”, añadió Yoneda.

Partiendo de esta base, el equipo contó con la ayuda de 1.954 participantes (el 87% de raza blanca, 74% mujeres y con un alto nivel educativo) para medir tres de los cinco grandes rasgos de personalidad: la escrupulosidad, la extraversión y el neuroticismo (los otros dos son la amabilidad y la apertura a la experiencia).

Los extrovertidos tienen menos riesgo

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El equipo se dio cuenta de que las personas que tenían puntuaciones más altas en escrupulosidad suelen ser más responsables, organizadas, trabajadores y con objetivos muy claros. Mientras que los que obtenían más nota en neuroticismo suelen tener más inestabilidad emocional, cambios de humor, ansiedad, depresión y son más dubitativos.

Por su parte, los más extrovertidos son más entusiastas, conversadores, asertivos y sociables.

Sabiendo ya estas características, el equipo se dio cuenta de que aquellos que tenían puntuaciones más altas en escrupulosidad o bajas en neuroticismo, tienen menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo. 

En lo que respecta a los extrovertidos, determinaron que aquellos que tienen niveles más altos de extroversión, suelen mantener un funcionamiento cognitivo normal durante más tiempo. 

Para explicar sus conclusiones, calcularon que una persona de unos 80 años con un alto grado de escrupulosidad vive dos años más sin ningún problema cognitivo, en comparación con los que tenían menos puntuación en este rasgo. En otras palabras, ser extrovertido y activo socialmente te permite vivir más tiempo sin problemas cognitivos. Por el contrario, los bajos niveles se asociaron con un año menos de funcionamiento saludable.

Pero eso no es todos, las probabilidades de recuperar la función cognitiva normal después de ser diagnosticado con un deterioro cognitivo leve son mayores en aquellas personas con menor neuroticismo y mayor extraversión. Esto sugiere que determinados rasgos de personalidad pueden actuar como protectores cuando una persona tiene problemas cognitivos.

Ahora bien, los autores aclaran que aún “se necesitan estudios en muestras más diversa que incluyan los otros dos de los cinco grandes rasgos de personalidad (amabilidad y apertura) para que sean más generalizables y brinden una comprensión más amplia del impacto de los rasgos de personalidad en los procesos cognitivos y la mortalidad más adelante en la vida”.

Otros estudios confirman el efecto protector de los rasgos de personalidad

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La investigación de Yoneda no es la única que se ha centrado en comprobar cómo influye la personalidad en el riesgo de desarrollar demencia. En este caso, el estudio publicado en la revista Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association, vuelve a confirmar que las personas extrovertidas, concienzudas y con  afecto positivo tienen menos probabilidades de desarrollar demencia, que aquellas cuya personalidad se caracteriza por el afecto negativo y el neuroticismo.

"Esto es una buena noticia. Aunque no podamos prevenir necesariamente la enfermedad en sí, posiblemente podamos mitigar los signos clínicos de la enfermedad y reducir las probabilidades de deterioro cognitivo. Nuestra conjetura es que las personas que son más concienzudas probablemente lo hayan sido durante un tiempo, de modo que cuanto más envejecen, más posibilidades tienen de acumular esos comportamientos positivos para la salud", explica la doctora. Emorie Beck, de la Universidad de California-Davis y primera autora del estudio.

En este caso, Beck y su equipo realizó un metaestudio, entre los que se incluye un análisis de ocho estudios anteriores en los que participaron un total de 44.531 personas. A cada uno de ellos se les midió el tipo o tipos de personalidad y se sometieron a un examen de patología cerebral tras la muerte durante las autopsias. 

Después de este análisis, además de la conclusión mencionada anteriormente, determinaron que "la organización, la laboriosidad y la planificación que caracterizan a quienes tienen un alto grado de concienciación pueden serles útiles para seguir desenvolviéndose en su entorno, incluso cuando su función cognitiva pueda estar disminuyendo".

"Sería útil que las personas comprendieran sus propias personalidades a medida que envejecen, para que tengan más probabilidades de adoptar hábitos saludables y evitar los acontecimientos perjudiciales que conducen a la demencia", concluye la autora principal.

Sobre el autor:

LauraMoro

Laura Moro

Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.

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