65ymás
Este verano, las altas temperaturas no se han hecho esperar. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) lleva anunciando desde la semana pasada la llegada de una ola de calor a la Península y Baleares, que provocará que en los próximos días se alcancen e incluso superen los 40º C. Según las predicciones, este fenómeno meteorológico durará hasta el próximo lunes 1 de julio, por lo que es importante que las personas mayores (y los niños), que son los más afectados por el calor, tengan en cuenta ciertas recomendaciones para evitar golpes de calor.
Las personas mayores tienen más riesgo de sufrir un golpe de calor, al tener una menor sensación de calor y de sed, lo que puede derivar en una deshidratación y fallos en el funcionamiento del organismo (riñón, corazón, cerebro…). Por tanto, para prevenir todas estas complicaciones originadas por el exceso de calor, los expertos de ORPEA, líder europeo en la atención a la dependencia y referente en el cuidado de las personas mayores, realizan las siguientes sugerencias:
- Beber agua y otros líquidos con frecuencia, aunque no se tenga sed y ni se realice actividad física. El consumo recomendable de líquidos (agua, zumos, infusiones, leche, etc.) es de dos a tres litros al día.
- Evitar el consumo excesivo de bebidas con alcohol, cafeína o con grandes cantidades de azúcar, ya que favorecen la pérdida de líquido corporal.
- Evitar la exposición al sol o realizar cualquier actividad física al aire libre en las horas centrales del día (de 12:00 a 17:00 horas).
- Mantener el hogar y las habitaciones convenientemente ventiladas y climatizadas.
- Realizar comidas ligeras que ayuden a la hidratación como ensaladas, frutas o verduras y eviten digestiones pesadas. Es aconsejable comer cinco o seis veces al día, pero poca cantidad.
- Usar ropa ligera, holgada y transpirable y accesorios que protejan del sol como gafas o gorro.
- No dejar a ninguna persona dentro de un vehículo estacionado y con las ventanas cerradas.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Los síntomas principales que pueden alertar de un golpe de calor son, entre otros, la subida de la temperatura corporal, enrojecimiento de la piel sin motivo, subida de la frecuencia cardiaca, sensación de mareo, dolor de cabeza, nauseas y debilidad.
Se trata de signos muy frecuentes también en otros procesos patológicos, por lo que no siempre se reconoce con facilidad. Aunque los expertos aconsejan que, coincidiendo con los periodos de temperaturas elevadas, siempre se piense en la posibilidad de que se trate de un golpe de calor.
Ante un posible golpe de calor, es imprescindible visitar al médico. Y mientras se espera a los profesionales sanitarios hay que intentar bajar la fiebre con paños de agua fresca aplicados en la frente, nuca o en los pulsos. Además, se debe colocar a la persona tumbada con las piernas levantadas y darle de beber.