Salud

Familiares, "muy insatisfechos" con la gestión de Pablo Iglesias de las residencias de mayores

65ymás

Sábado 5 de diciembre de 2020

ACTUALIZADO : Domingo 6 de diciembre de 2020 a las 12:20 H

7 minutos

El confinamiento afectó a los residentes: el porcentaje de dependientes graves subió el 22 al 33%

El 20% de los familiares se considera "muy insatisfecho" con la gestión de las residencias
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Sábado 5 de diciembre de 2020

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En marzo de 2020, antes de la explosión de la pandemia por coronavirus, la OCU (@consumidores) realizó una encuesta a 2.709 personas de toda España que tenían a un familiar cercano viviendo en una residencia en los últimos cinco años. Se les preguntó acerca de su tipo de plaza, el tiempo de espera para conseguirla, el precio que abonaba por ella y el grado de satisfacción con los cuidados recibidos en los centros.

Ahora, en plena segunda ola, esta organización ha repetido la encuesta con 711 personas y, con datos de octubre de 2020, ha podido constatar que las carencias que arrastraban las residencias en años anteriores se han visto acentuadas con la pandemia. Y es que, a la ya "clásica queja por falta de personal", se añade actualmente, según la OCU, que los familiares "no están satisfechos tampoco con la terapia ocupacional y el asistencia psicológica que se presta a los residentes", sin contar con las criticas que hacen a la gestión de la pandemia de las empresas y administraciones. En este último punto, los familiares no están nada satisfechos con la atención recibida: el Gobierno de España suspende con la peor nota (obtiene una nota de 41 sobre 100) y los gobiernos autonómicos en su conjunto tampoco aprueban (49). Cabe recordar que durante la primera ola, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y máxima autoridad durante el estado de alarma, delegó en el vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, la coordinación de los servicios sociales, entre los que se incluyen las residencias de mayores. 

La valoración de los familiares

Sobre este tema, los familiares valoran la gestión con un 66 sobre 100 de media. No obstante, cabe destacar también que un 19% se declara muy insatisfecho. Con todo, respecto a los cuidados diarios a los residentes, la puntuación es mejor y los familiares los valoran con un 71 sobre 100.

También fueron aceptables (68 sobre 100), las medidas para limitar la propagación de la enfermedad, la atención médica a los residentes sin coronavirus y la atención de enfermería.

Aun así, se quedan en un 65 sobre 100 aspectos como la comunicación con los familiares, la atención médica a los residentes con coronavirus y la atención a la salud mental.

Lo peor valorado, con un 62 sobre 100, es la terapia ocupacional y la atención al ocio.

En relación a esto último, se observa cierto paralelismo con la encuesta precovid, ya que la terapia ocupacional y la asistencia psicológica relacionada con el bienestar emocional aparecen en ambos estudios, de marzo y octubre, en los últimos lugares en la clasificación de satisfacción.

residencias

Mala gestión por parte de las autoridades

También han criticado los familiares la atención recibida por parte de las autoridades. Los encuestados son, en este punto, menos indulgentes que en la valoración de la gestión de la propia residencia: el Gobierno de España suspende (obtiene una nota de 41 sobre 100) y los gobiernos autonómicos en su conjunto tampoco aprueban (49). La mejor valoración la recibe Asturias (64 sobre 100) y las peores, Castilla-La Mancha (41) y la Comunidad de Madrid (38).

La covid-19 trastoca la vida en las residencias

Por otra parte, según las respuestas a la encuesta, el 83% de los residentes pasaron una prueba PCR y el 13% dio positivo.

Además, el 10% de los residentes cuyos familiares fueron encuestados murió durante el periodo de marzo a octubre de 2020: y de ellos, el 41% falleció por causa del coronavirus. Otro 25% quedó en la duda, mientras que el 34% restante fue por motivos diferentes.

En paralelo, algo que también se hace evidente en este estudio, es que el coronavirus y el confinamiento estricto afectaron al estado de salud de los residentes, en particular a la de los que ya se encontraban en estado grave antes de la pandemia: si en marzo había un 22% de los residentes en estado grave, el porcentaje se elevó al 33% en los meses posteriores.

Escasez de medios y de personal

Los familiares también reconocen que al comienzo de la pandemia faltaron tests, mascarillas y ropa de protección. Igualmente, durante el confinamiento se elevaron un poco los porcentajes de falta de personal auxiliar (cuidadores, auxiliares, cocineros), y sobre todo de personal sanitario (enfermeros y médicos).

En la actualidad, la situación ha mejorado notablemente en cuanto al equipamiento, aunque en personal todavía no están las cosas como a los familiares les gustaría: 3 de cada 10 consideran que sigue faltando personal auxiliar y sanitario.

El problema más común pre-pandemia: los cuidados en la higiene

Respecto a la encuesta de marzo, cuatro de cada diez encuestados aseguraban que habían tenido algún problema en la residencia, unos datos que, probablemente, habrán aumentado con la pandemia.

Los más comunes tenían que ver con los cuidados en la higiene (aseo, cambio de pañal...) y con las actividades prometidas que no se cumplen (relajación, ejercicio...). También se destacaban problemas en la comunicación de asuntos médicos a la familia, visitas al médico, asistencia para comer, intoxicaciones y restricciones en la comida y robo de objetos personales. 

Entre los aspectos peor valorados, de 55 a 59 sobre 100, aparecían el número de empleados de noche y en fin de semana, y la asistencia psicológica relacionada con el bienestar emocional.

Mayores coronavirus. Foto: Europa Press

Cuatro meses en lista de espera

Por otro lado, de esta encuesta se desprende asimismo que el tiempo de espera para entrar en la residencia sigue siendo largo. De media, los dependientes tardaron 120 días en conseguirla, plazo que varía mucho en función del tipo de plaza: 57 días en una plaza privada, 163 días en una concertada y 209 días en una pública.

También asegura este estudio que el 24% de los residentes no pudo ir a la residencia que le hubiera gustado.

En cuanto al coste medio de una plaza, es de 1.374 euros mensuales, extras aparte (119 €). En el 65% de los casos, el importe de la pensión media de los encuestados no alcanza para pagar la plaza, pues es de 1.135 euros mensuales. Las residencias más caras se encuentran en el País Vasco (1.758 €), Madrid (1.521 €) y Cataluña (1.374 €).

Mujer de 82 años: perfil del residente

Finalmente, el retrato de la persona mayor que ingresa en una residencia no ha variado mucho: es el de una mujer de 82 años.

  • De cada 10 personas que entran, 7 son mujeres y 3 hombres.
  • Al ingreso, su edad media es de 82 años, una edad bastante avanzada.
  • Según la encuesta realizada en marzo, la mitad de los residentes llegan con problemas para cuidar de su higiene personal (53%), de movilidad (52%) o de memoria (52%); los problemas de salud física o mental previos alcanzaban a un 24%.

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