Salud

¿Sabes por qué el calor produce sueño?

Clara González

Foto: Europa Press

Sábado 24 de agosto de 2024

3 minutos

Al igual que algunos insectos, los humanos tenemos como temperatura favorita los 25 ºC

¿Sabes por qué el calor produce sueño? (Europa Press)
Clara González

Foto: Europa Press

Sábado 24 de agosto de 2024

3 minutos

El calor puede hacer que muchas personas se sientan más somnolientas durante el día. De hecho, es habitual necesitar echarse una siesta después de comer para poder mantener la energía, especialmente en los meses de verano. Pero ¿por qué se produce esta sensación de sueño y fatiga a raíz del calor? Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Northwestern (Estados Unidos) lo explican.

Similitudes con los insectos

Para tratar de entender por qué sentimos sueño o fatiga durante las horas de calor podemos tomar como referencia el comportamiento de un insecto que actúa de manera similar a los humanos en este caso. Se trata de la mosca de la fruta que, al igual que nuestra especie, tiene como temperatura favorita los 25 ºC.

Precisamente, se sabe que estos insectos detectan, procesan y responden a la humedad y la temperatura en el ambiente.

¿Sabes por qué el calor produce sueño? (Europa Press)

Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Cell ha descubierto una serie de receptores de 'calor absoluto' en el cerebro de estos animales que responden a temperaturas superiores a 25ºC. Y es que las neuronas cerebrales que reciben información sobre el calor forman parte del mismo sistema que regula el sueño.

De esta manera, cuando el circuito caliente del sistema se encuentra activo, las células correspondientes al sueño también lo están por más tiempo, lo que aumenta la necesidad de dormir.

Un estudio de más de una década

Para alcanzar estos resultados, se elaboró durante una década un mapa completo de conexiones neuronales de la mosca, llamado conectoma, que permite acceder a las conexiones de aproximadamente 100.000 células cerebrales de este animal.

Esto ha permitido concluir que las siestas que nos podemos echar en verano después de comer no son únicamente una cuestión cultural, sino también biológica, pues el propio organismo las necesita.

Así y todo, todavía queda por descubrir cuáles son los efectos a largo plazo de la temperatura sobre el sueño. Los próximos estudios darán luz a estas incógnitas.

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Clara González

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