Salud emocional y confinamiento: la importancia de no perder el contacto
Sábado 11 de abril de 2020
4 minutos
Estar en casa y mantener la distancia de seguridad no debe significar aislarse socialmente
Sábado 11 de abril de 2020
4 minutos
Nuestras vidas han cambiado de forma sustancial a raíz del estado de alarma que decretó el confinamiento. Nuestra salud emocional puede verse afectada ante esta situación en la que la incertidumbre y el miedo han ganado protagonismo y más en aquellas personas que han perdido el contacto directo con familiares y amigos. Pero el distanciamiento social no debe significar aislamiento.
Los humanos somos animales sociales que disfrutamos de las relaciones con otras personas, pero el confinamiento es una relevante barrera para mantener estos contactos tan propios de nuestra forma de ser. Y la situación es más difícil para aquellos mayores que deben pasar solos estos días con la consecuente factura en su estado de ánimo.
Por este motivo, el Ministerio de Sanidad, en su guía de recomendaciones para personas mayores y confinamiento, además de pautas a seguir para cuidar de la salud física, otorga un espacio relevante a la importancia de mantener el contacto con familiares, amigos y vecinos.
Al no poder tener una comunicación presencial, los teléfonos y otros soportes digitales como el ordenador o la tableta deben ser nuestros aliados para mantener una comunicación que debe ser diaria, es decir, hemos de reservar cada día tiempo para llamar o hacer videollamadas a nuestros familiares o personas más cercanas.
Incluso, puede ser una ocasión perfecta para recuperar el contacto con familiares o amigos con los que llevamos tiempo sin hablar. Una vez que la ronda de llamadas se convierta en una sana rutina diaria, es importante compartir con nuestros interlocutores cómo estamos viviendo la situación, cómo nos sentimos porque puede servir para desahogarnos y como ayuda para llevar mejor el confinamiento.
Pero, por otra parte, también hay que intentar que las conversaciones no solo giren entorno la pandemia del Covid-19. Es lógico que sea protagonista, pero también debemos hablar de otros temas para desconectar de esta realidad más inmediata del confinamiento y darle un respiro a nuestra mente. Podemos comentar el menú del día, recordar anécdotas o viajes, recomendar la última serie vista, etc. Puede ayudarnos, incluso, prepararnos una lista de temas antes de iniciar la llamada.
Y para las conversaciones con los más jóvenes donde a veces es difícil encontrar temas comunes, vale la pena hacer un esfuerzo e interesarse por lo que les gusta y preguntarles, que nos expliquen de qué va el último videojuego o el reto viral del momento. Probablemente nos costará seguirles pero facilitará establecer lazos más próximos con ellos.
Y en este sentido, no hay que permitir que nos acobarde el uso de las nuevas tecnologías y limitarnos al teléfono fijo. Con el móvil es muy fácil hacer videollamadas que aportan un punto extra de cercanía al poder ver a los interlocutores. Si no sabes cómo, solo hay que preguntar, no hay excusa.