Victoria Herrero
Salud
La salud mental de los padres mejora cuando los hijos se van de casa
Cuando se independizan, los progenitores reducen la carga mental que han soportado durante años
Tarde o temprano llegará ese día, deseado por algunos y con cierta pena para otros. Los hijos abandonan la casa familiar y se independizan. Un momento que, según las conclusiones de un estudio elaborado por la Universidad de Heidelberg (@UniHeidelberg), redunda en una mejora de la salud mental de los padres.Y es que para estos investigadores, tener descendencia y "encargarse" de los hijos durante años supone todo un "desafío" para el bienestar y el buen estado de la mente de los progenitores, especialmente en el caso de las mujeres sobre las que recae la mayor parte de la crianza y educación de los hijos. Así lo defienden desde el Instituto Nacional de Estadística (@es_INE) con datos que aseguran que en nuestro país esta situación le ocurre al 95% de las mujeres.
La carga mental
Así, para los expertos encargados del estudio, lo mejor durante el tiempo en el que los hijos viven en casa es intentar compartir entre ambos padres tanto el cuidado de los hijos como las tareas de la casa. Siempre y cuando las obligaciones laborales de uno y otro progenitor lo faciliten. De esta manera, el esfuerzo y la carga mental que esto supone no recaerá en la madre únicamente.
Además de ese reparto de tareas, es importante para el bienestar mental de los padres que cada uno por separado pueda disfrutar de un tiempo de ocio a solas para desconectar y poder retomar sus obligaciones familiares de una forma más descansada. Lo mismo que tener un tiempo en pareja para no olvidarse del aspecto más sentimental.
Tras la marcha de los hijos, no debes frenar su vida
El crecimiento de los hijos trae aparejado una serie de pasos importantes en su madurez y la emancipación del hogar familiar es uno de ellos. Es algo natural en el ritmo vital de las personas (emprender una nueva vida y formar una familia) y eso no significa que los padres tengan que sufrir por esa sensación de vacío que dejan los hijos al marcharse de casa. Ni tampoco que dejen de preocuparse por lo que les pueda ocurrir a estos.
Una vez que esto sucede, es el momento idóneo para que los progenitores "recuperen" esa vida que tenían antes de la llegada de los hijos. Comienza una nueva etapa en la que, en la mayoría de los casos y coincidiendo con la jubilación, disponen de un mayor tiempo para dedicarse a ellos mismos y a sus aficiones.
De esta manera, y para aprender a superar el llamado síndrome del nido vacío, los profesionales psquiátricos del Grupo Doctor Oliveros (@GrupoDrOliveros) recomiendan, a partir de ese momento, disfrutar de uno mismo y de la pareja, ilusionarse con nuevos proyectos vitales, cultivar el círculo de amistades, llevar una vida activa, aceptar esta nueva época y dejar que los hijos adopten sus propias decisiones.