María Liébana
Salud
¿Se puede ser alérgico al frío? ¿Y al calor?
Por frío afecta mayormente a manos y cara, y por calor a cuello y axilas
Hay personas que antes la bajada extrema de temperaturas (o la subida) experimentan algún tipo de reacción en la piel mayoritariamente en forma de urticaria.
Rojeces, inflamaciones y picores en la piel son algunas de las señales que pueden avisarnos de que estamos sufriendo una urticaria por frío, Aunque también al calor, que sucede cuando la temperatura corporal se eleva demasiado, como en los días más calurosos o después de entrenar intensamente.
De hecho, aunque se desconoce qué la causa, la urticaria física puede aparecer ante diferentes estímulos:
- Frío
- Calor
- Sudoración
- Vibración
- Luz solar
- Presión física
Alergia al frio
Las personas que padecen alergia al frío suelen experimentar la aparición de picores, marcas rojas, ronchas e inflamaciones o “habones” (unas placas rojas con relieve que producen una sensación de picor muy intenso). Los habones suelen desaparecer en pocos minutos, palideciendo poco a poco y disminuyendo de tamaño, por lo que no suelen necesitar tratamiento farmacológico.
Una afección que aparece principalmente en jóvenes y en niños y que afecta principalmente a las manos y la cara, aunque podría llegar a extenderse si se sufre una mayor reacción.
Como método de diagnóstico se emplea de una prueba de provocación del frío con el que se mide la reacción de la piel con un cubito de hielo. El hielo se coloca en el antebrazo del paciente durante cinco segundos. En los siguientes diez segundos, se deja descansar la zona apartando el cubito para, así, detectar las rojeces e inflamaciones que van surgiendo.
Alergia al calor
La alergia al calor, por su parte, es posible que se produzca debido a una reacción alérgica al sudor o como una respuesta del sistema nervioso al estrés causado por el aumento de la temperatura corporal. Con ella surgen pequeñas reacciones alérgicas en la piel caracterizadas por la aparición de pequeñas bolitas y picazón.
Los síntomas de alergia al calor pueden surgir en personas de cualquier edad, pero son más frecuentes en bebés, niños, ancianos, y las zonas más afectadas suelen ser el cuello y las axilas.
El tratamiento más habitual para estos casos consiste en hidratar bien la piel con cremas que contengan sábila o calamina, que tienen una acción calmante, Las cremas hidratantes específicas, como las que incluyen mentón, también pueden ayudar a aliviar el picor que producido por estas la molesta urticaria.
En casos extremos se requieren corticoides
No obstante, existen innumerables factores que pueden provocar urticarias y otras reacciones en la piel que pueden confundirse con las provocadas por el frío o el calor. Es por esta razón por la que, si el problema persiste o se padece de forma crónica es imprescindible acudir a un especialista que nos haga un diagnóstico para encontrar la mejor solución. En los casos más severos, puede que sea necesario utilizar lociones, cremas o pomadas con corticoides, y solo un médico puede prescribirlas.
