A día 2 de mayo las cifras de la pandemia de Covid-19 en España son estas: hay 215.216 casos confirmados, 114.678 curados y 24.824 fallecidos. En Portugal, donde los dos primeros casos se dieron el 2 de marzo son estas: 25.351 casos, 1.647 recuperados y 1.007 muertos.
La diferencia es abismal, sí, pero engañosa por el distinto número de habitantes de ambos países. Si descendemos al detalle porcentual estos son los datos: en España se ha infectado el 0,45% de la población y han muerto un 11,5% de los enfermos. En Portugal se ha contagiado el 0,24 % de nuestros vecinos y ha fallecido el 3,9% de los contagiados. O lo que es lo mismo, porcentualmente, en España se ha infectado casi el doble de personas que en Portugal y han muerto un 34% más de españoles que de portugueses.
"Su suerte es nuestra suerte"
¿Cuál es el secreto del milagro portugués? Indudablemente, hacer las cosas en el gobierno mejor que otros desde el primer momento. Pero también parece muy claro que existe otro factor fundamental, el remar todos en la misma dirección.
En Portugal, en fecha ya tan alejada como el 18 de marzo, cinco días después de decretarse el estado de emergencia, el jefe de la oposición, Rui Rio, líder del PSD, tomó la palabra en el Parlamento y ofreció la "colaboración de su formación". "En todo lo que nosotros podamos, ayudaremos", dijo, antes de desear al primer ministro portugués, António Costa, "coraje, nervios de acero y mucha suerte", porque "su suerte es nuestra suerte".
Foto: Rui Rio, líder de la oposición en Portugal (PSD)
Por otra parte, se ha repetido hasta la saciedad que ningún gobierno del mundo se había enfrentado a algo así y por tanto no existe ningún manual ni protocolo que indique los pasos a seguir. Esto es sin duda tan cierto como que unos gobiernos lo han hecho mejor que otros y entre estos últimos sin duda se encuentra Portugal.
Casi todos los analistas coinciden en el éxito que está consiguiendo Portugal en la lucha contra la pandemia se cimienta en la capacidad de su gobierno para adelantarse a los acontecimientos. El día 17 de marzo Portugal estaba en Estado de Emergencia y por tanto podrían haberse prohibido los desplazamientos y el libre movimiento de los ciudadanos que no fuesen trabajadores estratégicos e incluso intervenir empresas y comercios. Sin embargo el António Costa anunció: “Nosotros, que comenzamos más tarde, debemos aprender de los otros y ahorrarnos etapas aunque parezca que pecamos por exceso”. Pues bien, el gobierno portugués declaró un día antes que el español el estado de alarma y sin que en el país luso se hubiese registrado aún ningún fallecimiento. Se tomaron medidas en Portugal, menos drásticas que en España, casi al mismo tiempo, pero antes. Actuaron más deprisa y su anticipación ha sido fundamental.
Medidas rápidas y efectivas
Los lusos también padecieron iguales o mayores restricciones presupuestarias en Sanidad que en España y sin embargo han podido realizar rápidamente muchos test a sus conciudadanos, algo que a la postre se ha demostrado también importantísimo para contener la expansión del coronavirus.
Tal y como informó el 23 de abril el secretario de Estado de Salud, Antonio Lacerda Sales, desde el 1 de marzo al 23 de abril se hicieron 302.000 pruebas de diagnóstico lo que significó la evaluación "de 27.925 personas por millón de habitantes. Más que en Noruega, Suiza, Italia y Alemania". Mientras tanto en España se han realizado 1.035.522 PCR. Es decir, en Portugal se ha hecho la prueba al 2,9% de la población y en nuestro país al 2,7%.
Así mismo, Portugal estableció desde muy pronto servicios de urgencia exclusivos para enfermos de coronavirus lo que evitó un gran número de contagios en la Urgencias hospitalarias. Además, nuestros vecinos decidieron regularizar a cuantos inmigrantes habían solicitado el permiso de residencia para garantizar la sanidad a todos los que residen en el país, evitando de esta forma una mayor propagación del virus. Fue una decisión que afectó a unas 150.000 personas, sobre todo trabajadores de los sectores de la construcción y de la agricultura, y que también ha dado sus frutos.
Foto: António Costa, primer ministro de Portugal
Otra de las medidas adoptadas por el ejecutivo de António Costa ha sido que los parados y trabajadores con contratos suspendidos o parciales, con horarios reducidos y estudiantes de todas las ramas sanitarias han sido objeto de la atención del gobierno en esta crisis. Hasta el 30 de junio, los hospitales, residencias de la tercera edad y centros saturados por la pandemia podrán contratarlos siempre que estas personas no tengan más de 60 años o pertenezcan a grupos de riesgo y recibirán por su prestación laboral una subvención de 435 euros, sin que esto les impida cobrar la prestación por desempleo.
A eso se suma que otra de las primeras medidas adoptadas por el gobierno portugués fue la de que toda persona que entrase en Portugal a partir del 23 de marzo, sean o no nacionales, debe guardar obligatoriamente una cuarentena de 14 días.
Precauciones para el futuro
Portugal, junto con España e Italia, serán los tres países europeos que sufrirán más la crisis del turismo que se nos viene encima. Las previsiones son de un descenso del 40% en el país luso, un 42% en España y un 49% para los transalpinos. No obstante, el gobierno portugués ha retrasado la temporada de baño que normalmente comenzaría el 1 de mayo hasta el próximo 1 de junio, si bien, "el comienzo de la temporada estará condicionado, primero al levantamiento del estado de emergencia, luego a las determinaciones gubernamentales sobre el retorno a la actividad, así como a las directrices de la Dirección General de Salud, y finalmente a la elaboración de reglas de funcionamiento bien definidas de estos espacios ", según ha publicado Jornal de Noticias la pasada semana.
Respecto a las normas de confinamiento la población portuguesa se está comportando con el mismo grado de civismo y sentido común que en su amplia mayoría está demostrando la española. Aunque, eso sí, la policía portuguesa está autorizada a utilizar pistolas eléctricas y gases neutralizantes para quienes se salten las normas de confinamiento.
Convine también recordar que las medidas de higiene y distanciamiento social se mantendrán tras el levantamiento del estado de emergencia hasta que se disponga de vacuna contra el Covid-19. "Todavía no es momento para que el país baje la guardia en medidas higiénicas y de distancia social. Hasta que haya una vacuna, no reanudaremos la vida normal. Incluso sin un estado de emergencia, no podremos vivir como antes", ha anunciado el primer ministro António Costa quien manifestó el pasado lunes que si las medidas de desconfinamiento no dieran los resultados esperados se tendría que “dar marcha atrás” y volver a la situación anterior.
Foto: Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal
El pasado martes el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, anunció que el estado de emergencia no se renovará una vez haya concluido su actual vigencia, este 2 de mayo, confiando en que "no sea necesario" tener que recurrir de nuevo a él y el país pueda avanzar hacia una nueva fase de lucha y convivencia con el coronavirus.
Portugal, ha explicado Rebelo de Sousa, encara ahora una etapa basada en "controlar la situación", que "no puede verse como normal" pero sí dará pie a la reapertura progresiva de actividades y servicios. "Por eso, el estado de emergencia terminará el día 2 a medianoche", ha confirmado, según el diario luso 'Publico'.
El presidente ha apuntado como "clave del éxito" en esta nueva fase será la evaluación constante de los datos, toda vez que "el fin del estado de emergencia no es el fin del brote o de las necesidades de controles". Rebelo de Sousa, sin embargo, no ha querido especular sobre el marco legal que regirá en esta etapa, algo "prematuro" en su opinión.