65ymás
Todos los que llevamos gafas hemos sufrido, en alguna ocasión, durante este año de pandemia que se nos empañen los cristales por culpa de la mascarilla hasta el punto de eliminar casi totalmente nuestra visión. Pero, al evidente problema visual, ahora un experto suma otro en el que tal vez no habíamos pensado. Y es que, según advierte en el en el Wall Street Journal John Volckens, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad Estatal de Colorado, esto significa que no llevamos la mascarilla bien colocada.
No es el primer experto en señalar que no es tan importante qué mascarilla se utiliza sino cómo se ajusta para que no haya ningún hueco entre ella y nuestro rostro. Y John Volckens advierte de que si a alguien se le empañan las gafas significa que el aire “se escapa por la parte superior de la mascarilla, por el puente de la nariz”.
De hecho, recomienda que quienes no usen gafas se pongan unas, aunque sean de sol, cada vez que se coloquen la mascarilla para comprobar que no se empañan los cristales y, por tanto, lo han hecho correctamente.
“Otra buena prueba: ponte frente a un espejo y exhala con fuerza. ¿Parpadeaste? Si es así, eso significa que el aire golpea tus párpados y se escapa alrededor de la mascarilla”, advierte.
Antonio Blanes, director de los servicios técnicos del Consejo General de farmacéuticos ya advirtió en su momento que tan solo una apertura de un 2% en la mascarilla puede hacer que el 50% del aire producido por el aliento salga de ella sin filtrar.
“Está claro que aunque el hueco parezca pequeño el aire que sale o que entra no es proporcional a la cantidad de aire que entra o que sale. Si la mascarilla es eficaz al 96% y hay un hueco, es salida libre. La cantidad de partículas que pueden salir y entrar estará sin control”, alertó.