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Algunas plantas productoras de polen como el abedul, la artemisia, las gramíneas o el plátano de sombra, contienen alérgenos similares a los presentes en los vegetales (la proteína PR-10 de la zanahoria y el alérgeno del abedul Bet v 1, por ejemplo, presentan similitudes). Por eso, las alergias a ciertas hortalizas y frutas son comunes entre los pacientes con alergia al polen, lo que se conoce como reactividad cruzada. Concretamente, y según el Informe de Estado de Situación sobre “Frutas y Hortalizas: Nutrición y Salud en la España del S. XXI”, editado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN @FENnutricion), una de cada tres personas que padece alergia al polen presenta también reacciones cruzadas a los alimentos vegetales, y alrededor del 70% de las personas alérgicas al polen de abedul padece alergias a frutas, frutos secos u hortalizas. Sin embargo, puesto que éstas suelen ser reacciones sutiles, a menudo no se relacionan con una alergia alimentaria.
Los alérgenos citados son sustancias relacionadas con la defensa de los vegetales. Por eso, algunos estudios indican que el modo de cultivo, recogida y almacenamiento de hortalizas y frutas pueden influir en su capacidad para provocar alergias.
Hay un síndrome llamado síndrome de alergia alimentaria al polen, que se da por reacciones cruzadas entre el polen y algunos alimentos, como, algunas frutas y verduras. Este síndrome produce una alergia alimentaria que produce signos y síntomas que incluyen hinchazón de los labios, boca o garganta, al comer ciertas frutas y verduras crudas.
Así, en relación a la reactividad cruzada entre el polen y las hortalizas, hay que destacar que la zanahoria y el apio son las hortalizas que se ven involucradas en ésta con mayor frecuencia, destacando principalmente en alérgicos al polen de artemisia (planta corriente en España) y abedul. Esto significa que es muy común que los alérgicos a estos pólenes adquieran también alergia al apio y a la zanahoria. Lo mismo ocurre entre el polen de artemisas y las frutas rosáceas (melocotón, manzana y pera). Además, es habitual advertir alergias a algunas especias de la misma familia (Apiaceae) en los alérgicos a estas hortalizas, entre las que se encuentran el eneldo, el anís, el cilantro, el comino, el hinojo o el perejil. Esta tendencia da lugar al síndrome conocido como “síndrome apio-artemisia-zanahoria-especias” , estudiado por primera vez en Suiza en 1984, obteniendo los siguientes datos:
-Entre los alergicos al apio:
- El 52% son alérgicos también a la zanahoria
- El 87% son alérgicos al polen de artemisia
- Muchos padecen sensibilización a las especias
Fuente: Wüthrich B et al. 1984
Del mismo modo, los alérgicos al polen de artemisia suelen presentar también alergias a las coles, el brócoli y demás hortalizas. Hay que recordar que, al contrario que en otros países europeos en los que destaca la alergia al polen de abedul, en España el número de personas con alergia al polen de artemisia es considerablemente alto. Dada la gravedad que suele suponer la reacción cruzada que se da entre este polen y los alimentos citados, es importante conocer cuáles son los alimentos que pueden presentar reactividad cruzada:
Fuente: Informe de Estado de Situación sobre “Frutas y Hortalizas: Nutrición y Salud en la España del S. XXI”, editado por la FEN