Mariola Báez
Salud
¿Sabes cuáles son las sustancias químicas más peligrosas para la salud?
La exposición prolongada a algunas de ellas puede ser origen de enfermedades, ¿dónde se esconden?
Las sustancias químicas están presentes en prácticamente todo lo que nos rodea porque, en realidad, las distintas combinaciones químicas forman parte de cualquier organismo y de la propia vida, por eso, lo primero que hay que distinguir es entre aquellas de origen natural y las que han sido elaboradoras (sintéticas), para ser incorporadas a múltiples productos. Estas sustancias no son malas en sí mismas. Infinidad de productos de uso diario incorporan elementos químicos; desde limpiadores de hogar y artículos de aseo personal, hasta los conservantes que no suelen faltar en muchos de los alimentos que consumimos habitualmente.
Como recalca la Organización Mundial de la Salud (@OMS_es) muchas de las sustancias químicas sintéticas incluidas, contribuyen a nuestro bienestar e incluso a nuestra salud, pero otras pueden llegar a incidir en esta última de forma realmente negativa, provocando, al mismo tiempo, un grave deterioro medioambiental, sobre todo si no se utilizan y administran de la forma adecuada.
El ‘top’ de los químicos más peligrosos
Es la propia OMS la que elabora esta preocupante lista, estableciendo, a través de su Programa Internacional de Seguridad de Sustancias Químicas las bases científicas para que puedan ser gestionadas, por parte de los distintos países, con las debidas garantías para la salud de las personas y del medio ambiente.
Pesticidas utilizados en la agricultura para el control de plagas, aditivos alimentarios, microplásticos que acaban en el entorno marino y comen los peces que llegan a nuestra mesa, cosméticos, sustancias utilizadas para la potabilización del agua, minúsculas partículas invisibles en el aire que inhalamos… Según el informe elaborado por Ecologistas en Acción (@ecologistas) Deshaciendo mitos sobre las sustancias químicas actualmente hay más de 23 millones de estas sustancias catalogadas, de las que 100.000 se producen a nivel industria. La organización señala que muchos de los químicos que están en el mercado, no han sido evaluados y, por tanto, se desconocen sus efectos.
Para la OMS, entre las sustancias que constituyen una “preocupación para la salud pública” destacan:
- Amianto.Su toxicidad está más que contrastada y reconocida, de hecho su comercialización y uso está prohibido en España desde el año 2020. Los distintos tipos de amianto (asbestos) son cancerígenos y además, inhalar, de manera coninuada, las minúsculas fibras de este silicato, provoca enfermedades respiratorias como la fibrosis pulmonar (asbestosis). Fue un material utilizado durante décadas en sectores diversos, principalmente en la construcción, y su retirada y eliminación ha de llevarse a cabo extremando las medidas de seguridad que eviten su acción perjudicial para la salud.
- Arsénico. En su forma inorgánica es una sustancia altamente tóxica y la principal vía para ingerirlo es a través del agua contaminada, un grave problema que afecta principalmente a los países en vías de desarrollo.
- Benceno. Su volatilidad hace que este químico pueda ser inhalado fácilmente llegando así al organismo. La exposición prolongada tiene efectos nocivos a largo plazo, que pueden desencadenar enfermedades como el cáncer y determinados tipos de anemia. Presente en el humo del tabaco, en algunos combustibles y en disolventes industriales y productos de limpieza derivados del petróleo, es otra de las sustancias que requieren exhaustivo control por parte de las autoridades sanitarias.
- Cadmio. Es un metal pesado, que se encuentra de manera natural asociado a minerales como el zinc o el cobre, considerado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (@IARCWHO) como sustancia cancerígena para los humanos. Entre sus efectos negativos para la salud, siempre hablando de exposiciones prolongadas e ingestas excesivas, también hay que señalar el posible daño renal y la desmineralización ósea. Respecto a los alimentos que pueden contenerlo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN @sanidadgob) destaca los despojos alimenticios o vísceras (riñones, hígado) y también algunos mariscos que se ingieren enteros (vísceras localizadas en la cabeza). No es que no haya que tomarlos, pero siempre sin sobrepasar los niveles de cadmio considerados seguros.
- Exceso de flúor. Hay que matizar que el flúor es un elemento químico beneficioso para la salud, especialmente importante a la hora de cuidar los dientes y prevenir la aparición de caries, pero en exceso puede acabar causando fluorosis, patología que implica el deterioro del esmalte dental y la progresiva porosidad del propio diente. Ese mismo efecto podría darse en los huesos, provocando la aparición de osteoporosis.
- Mercurio. Incluido por la OMS entre las 10 sustancias químicas más peligrosas para la salud, el exceso de mercurio puede afectar al sistema nervioso e inmunitario, a la piel, al aparato digestivo, pulmones, ojos y riñones. La principal vía de exposición es la ingesta de pescado y marisco contaminado con metilmercurio. Es importante señalar que el pescado sigue siendo un alimento saludable e indispensable en la nutrición humana aunque el en caso de las especies que presentan contenidos más altos en esta sustancia, como pez espada, cazón o atún, se recomienda limitar (y en determinados casos suprimir) su consumo, especialmente en niños y mujeres embarazadas. El control estricto de las autoridades sanitarias es la mejor garantía para una ingesta segura.
Dioxinas y Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), plaguicidas, plomo y partículas sólidas presentes en el aire, responsables en parte de la contaminación ambiental, son otros de los químicos que suponen un riesgo y cuya existencia y efectos negativos para la salud se empiezan a conocer. La toma de consciencia sobre esta realidad se incrementa y cada vez son más las medidas que se aplican para reducir su presencia, por el propio bien de los seres humanos y del Planeta.