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“No se trata de un propósito. No se trata de una alimentación saludable. No se trata de descanso, relaciones, religión o ejercicio. Solo tengo dos secretos que me ayudaron a vivir hasta los 103 años”, relata una centenaria cuyas declaraciones han sido recogidas por Jordan Gross en un artículo publicado en la revista Medium. El experto en desarrollo personal a través de la narración creativa, que en la primavera de 2021 publicará su nuevo libro con el título de ¿Qué pasa en el mundo del mañana?, continúa citando las palabras de la citada mujer: “Si quieres vivir tanto como yo, entonces tienes que hacer solo dos cosas muy simples. Primero, come un trozo de chocolate negro todos los días. Segundo, ve a misa todas las semanas. Esas son las únicas cosas en mi vida que han permanecido constantes desde que tengo memoria. Esas son las únicas cosas que tienes que hacer ".
Por lo que al chocolate negro, que come a diario, se refiere, sabemos que es rico en antioxidantes que benefician la presión arterial, reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y favorece las funciones cerebrales. Sin embargo, para Jordan Gross los mayores beneficios de comer "todos los días" chocolate está precisamente en eso, en hacer algo "todos los días", tener algo que esperar, algo que es una constante diaria en su vida, un hábito voluntariamente adoptado.
Respecto a ir a misa semanalmente y su influencia sobre la longevidad, no se trata de que ser un fervoroso devoto sino que, para Gross, se trataría de una representación de tener fe en algo, de "creer en algo más grande que tú que te da la voluntad eterna de seguir viviendo".
Para el experto, el secreto de la longevidad de esta mujer no está ni en el chocolate diario ni en la misa semanal sino en que ella cree firmemente en que esas dos cosas dan un valor positivo a su vida y por eso realiza ambos hábitos con alegría y dedicación: "El secreto no está en el chocolate ni en la misa, sino en tener tus propios secretos y creer firmemente en ellos".
Un caso muy similar era el del médico japones Shigeaki Hinohara, que falleció en 2019 a la edad de 105 años. El doctor Hinohara trabajó 18 horas diarias hasta el último día de su vida. Era presidente de honor del Hospital Internacional St. Luke de Tokio y presidente emérito de la Universidad Internacional de St. Luke, donde impartió clase ininterrumpidamente desde 1941.
Para este longevo doctor los secretos de una larga existencia son: no retirarse nunca, no preocuparse, divertirse, huir de la obesidad manteniendo un peso saludable, no utilizar los ascensores y subir siempre por las escaleras y por último nunca seguir a rajatabla lo que recomienda el médico.
Bromas aparte, la clave de los 105 años del doctor estuvo, según él mismo aseguró, en no jubilarse jamás. Tener siempre ese objetivo, ese hábito. Él explicaba que la jubilación se estableció a los 65 años cuando la esperanza de vida de un japonés era de 68 y hoy en día no tiene sentido dejar de trabajar a esa edad.
"Era la persona con más energía que he visto jamás. Creía que la vida tiene que ver con la contribución con los demás, por lo que tuvo el impulso de ayudar a las personas, de levantarse temprano por la mañana y hacer algo maravilloso por otros. Siempre tenía objetivos para hoy, para mañana y para los próximos cinco años”, asegura la periodista Judit Kawaduchi que tuvo la oportunidad de entrevistarlo para el periódico Japan Times.
Además, al igual que la mujer a que se refería Jordan Gross que come chocolate negro cada día, el médico japonés desayunaba todos los días lo mismo, una taza de café, un vaso de leche y un poco de zumo de naranja con una cucharada de aceite de oliva. De nuevo, tener algo que esperar, algo que es una constante diaria en su vida, un hábito voluntariamente adoptado.
También siempre se mantuvo ocupado el famoso arquitecto estadounidense Ieoh Ming Pei, que diseñó la famosa pirámide del Louvre y vivió durante 102 años. Considerado uno de los más reconocidos arquitectos del siglo XX, Pei diseñó, además de la pirámide, edificios tan significativos como el Banco de China en Hong Kong, el Salón de la Fama del Rock and Roll en Cleveland, el Centro de Ciencia de Macao, el Museo Miho de Kyoto o la Nacional Gallery of Art en Washington y recibió, entre otros muchos galardones, el Premio Pritzker que está considerado como el Nobel de arquitectura. Nunca dejó de trabajar.
También tuvo un claro objetivo en su vida Neus Català, superviviente catalana del nazismo y activista antifascista que falleció en 2019 a la edad de 103 años. Desde los años 60 hasta su muerte, Neus no dejó de recuperar la memoria histórica de las mujeres de la resistencia y deportadas y a recopilar testimonios, que luego relató en 1984 en el libro 'De la resistencia y la deportación: 50 testimonios de mujeres españolas'. Su constancia le valió, no solo para llegar a los 103 años, sino también para recibir importantes reconocimientos como la Creu de Sant Jordi, Medalla de Oro al Mérito Cívico, el Premio Alternativa o la Medalla centenaria de la Generalitat.
Otra centenaria de hierro es Inocencia Zofio, la mujer más longeva de Madrid. El pasado 1 de mayo cumplió 110 años y, aunque el confinamiento confinamiento por el coronavirus impidió la visita de sus seres queridos, su nieto, Julián García, con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, encontró la forma de que su abuela tuviera un cumpleaños muy especial. Julián es bombero en la capital y acudió hasta el domicilio de la anciana junto con otros compañeros para darle una sorpresa. Frente a la casa de Inocencia, situada en la calle Bailén, en el distrito Centro, un equipo de bomberos desplegó una escalera para que Julián pudiera felicitar a su abuela. Inocencia pasó la cuarentena con su hija Bebi y, según cuenta Julián, son una familia muy grande, por lo que está "echando de menos el continuo ajetreo que hasta hoy tiene en casa".
Un último ejemplo. Él tiene 100 años. Ella 102 (bueno, uno más el próximo 8 de agosto). Viven en la residencia de mayores Kingston, en Sylvania (Ohio, Estados Unidos) y han demostrado al mundo que la edad es sólo un número y que el amor no sabe de cifras. Es la historia de John y Phyllis Cook, que acaban de contraer matrimonio tras un año de relación. “Para decir la verdad, nos enamoramos el uno del otro. Sé que muchas personas piensan que puede ser un poco exagerado para alguien de nuestra edad, pero nos enamoramos", explicaba Phyllis Cook a la CNN en una entrevista. John, veterano de la Segunda Guerra Mundial, y Phyllis Cook son activos, vitales y como demuestra su historia siguen exprimiendo los días al máximo, en definitiva viviendo la vida.
Precisamente ayer conocimos el fallecimiento del hombre más longevo de España a los 110 años, Joaquim Illas, que la próxima semana, el 26 de julio, hubiese cumplido 111. Desde hacía unos años, muchos habitantes de su localidad, Blanes (Gerona), felicitaban el cumpleaños a Illas cada año. Incluso, este hombre ha llegado a recibir la felicitación del alcalde, de muchos de sus vecinos y del propio presidente de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra.
"He comido y he bebido de todo, como todo el mundo, pero de disfrutar de la vida, nunca he tenido suficiente", explicó en alguna ocasión
Joaquim, que vivió más de un siglo, residía en el centro de Blanes y hasta el último momento se mantuvo lúcido. Se le podía preguntar por cualquier tema, aseguran desde el Ayuntamiento en una nota de prensa. Y es que este hombre había vivido casi todo el siglo XX y pasado por una guerra y dos dictaduras.
Y es que Joaquim Illas solía decir que "a los diez años empecé a hacer de aprendiz, y he hecho de todo, pero al final he acabado siendo un aprendiz de la vida."