Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLos tonsilolitos son pequeños cálculos de menos de un centímetro que se forman en el interior de las criptas de las amígdalas palatinas. Al examen macroscópico pueden observarse pequeños fragmentos de color blanco-amarillento sobre las amígdalas, los cuales no hay que confundir con placas de pus ni con la amigdalitis, afecciones muy diferentes.
Estas formaciones representan una de las principales causas del mal aliento o halitosis, que, como se puede comprender, conlleva una incomodidad importante desde el punto de vista social, psicológico, de comportamiento e, incluso, también, en el entorno laboral, pues el olor que emana de la boca es tan intenso y pútrido que afecta a la persona y a su entorno más cercano.
Estos cálculos no representan grandes lesiones, pero si no se atienden y se desarrolla una infección mayor pueden causar inflamación de la garganta, dificultad para deglutir y dolor de oídos. No obstante, aunque no generen patologías, más allá de estas molestias, hay que tener en cuenta que son un foco ideal para que se adhieran las bacterias.
Las amígdalas forman parte del sistema linfático del organismo, responsable de actuar como filtro para los microorganismo patógenos. La función de las amígdalas es realizar ese filtrado e impedir que microorganismos como virus, bacterias u hongos, responsables de infecciones, causen daños mayores en la salud. Los tonsilolitos se forman debido a ese filtrado.
Si bien no se conoce con exactitud la etiología de los tonsilolitos, se presume que pueden estar producidos por un acúmulo de comida que se descompone en las cavidades de las amígdalas, aunque algunos especialistas también apuntan a otras causas:
Lo primero es encontrar la causa que origina la formación de la tonsilolitis y, a partir de ahí, aplicar el mejor tratamiento.
Si la afección es recurrente y muy molesta:
Si la afección es leve se puede optar por un tratamiento más conservador:
No obstante, lo mejor es siempre evitar su aparición. Para ello podemos adoptar ciertos hábitos que se apoyan en cuatro pilares y que nos ayudarán a prevenir su aparición: