Los tipos de cáncer más frecuentes en España en hombres y mujeres y cómo prevenirlos
Muchos de ellos pueden prevenirse evitando los factores de riesgo
Como cada año, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en colaboración con la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), ha elaborado el informe Las cifras del cáncer en España. Se trata de un compendio de datos sobre la incidencia, la mortalidad, la supervivencia y la prevalencia de cáncer en el país.
Como apuntan en el documento, el cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de morbi-mortalidad en el mundo. Así, las cifras determinan que en el año 2020 se diagnosticaron aproximadamente 18,1 millones de casos nuevos en el mundo (excluyendo los tumores cutáneos no melanoma), y que dicha cifra aumentará en las dos próximas décadas hasta los 28 millones.
En el caso de España, en el año 2024 se estima que se diagnosticarán 286.664 casos, según los cálculos de REDECAN. Los más frecuentes, los de colon y recto (44.294 nuevos casos), mama (36.395), pulmón (32.768), próstata (30.316) y vejiga urinaria (22.097), señalan en el informe.
En cuanto a los hombres, los cánceres que se estima que sean diagnosticados en 2024 son: próstata (30.316), colon y recto (27.009), pulmón (22.483) y vejiga urinaria (18.247). Por su parte, las mujeres padecerán en mayor medida el de mama (36.395) y colon y recto (17.285).
Más casos por el aumento poblacional y la detección precoz
En el informe destacan que el número absoluto de cánceres diagnosticados en España ha aumentado a causa del aumento poblacional, el envejecimiento de la población, la exposición a factores de riesgo y, en algunos tipos como el colorrectal y los de mama, cérvix o próstata, el aumento de la detección precoz.
De forma general, señalan, la mortalidad por cáncer en España ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas. Estas tendencias reflejan las mejoras en la supervivencia de los pacientes con tumores debido a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos, y, en hombres, la disminución de la prevalencia del tabaquismo.
Pero el descenso difiere en función del tipo de enfermedad: en el caso del de pulmón, por ejemplo, se ha registrado un fuerte incremento de la mortalidad en mujeres en las últimas décadas debido a su incorporación más tardía al hábito tabáquico, mientras que en el caso del hombre se ha reducido la mortalidad.
Factores de riesgo
En el documento también establecen cuáles son los factores de riesgo que se pueden evitar de cara a prevenir la aparición de esta enfermedad.
El tabaco, sentencian en el informe, es con diferencia el factor de riesgo responsable de un mayor número de casos, siendo responsable de más del 90% de los casos del de pulmón, y siendo un agente causal fundamental en multitud de otros, como los de cabeza y cuello, vejiga, riñón, esófago, páncreas, estómago y colon y recto, entre otros.
Con respecto al alcohol, no existe un nivel seguro de consumo, ya que se incrementa el riesgo incluso con consumos bajos de alcohol.
Por su parte, la obesidad se asocia con al menos nueve tipos como el de mama, endometrio, colon, renal, vesícula biliar y páncreas, entre otros. Además, la reducción del consumo de frutas y verduras se ha reducido desde 2017 en nuestro país, lo cual también constituye un factor de riesgo a la hora de desarrollar la enfermedad.
En cuanto a los agentes infecciosos relacionados con el cáncer, existen 10 agentes infecciosos clasificados como carcinógenos, con un impacto máximo en los países en vías de desarrollo, en los que llegan a ser responsables de un 25% de los tumores. En el documento determinan que el 4,3% de los cánceres diagnosticados en Estados Unidos pueden ser atribuidos a infecciones, siendo el virus del papiloma humano el responsable de más tumores, seguido del Helicobacter Pylori, virus de la hepatitis C y virus Epstein-Barr.
Medidas preventivas
El ejercicio físico se erige como uno de los pilares del estilo de vida saludable y de la reducción en la incidencia y mortalidad por cáncer. En el informe estiman que el ejercicio físico podría reducir hasta un 30% el riesgo del de mama, colon, vejiga, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20% el riesgo de mortalidad específica por esta enfermedad. Además, el ejercicio físico ha demostrado mejorar la calidad de vida y reducir los efectos secundarios derivados de los tratamientos.
