Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorDe los 78.000 nuevos casos de cáncer de piel en España que se diagnostican cada año es España, el 95% pertenecen al cáncer de piel no melanoma según la Academia Española de Dermatología y Venereología (@aedv_es).
Los carcinomas cutáneos no-melanoma son los tumores malignos de la piel diferentes a los melanomas y se engloban en dos tipos: los carcinomas de células basales o basocelulares o los carcinomas de células escamosas, epidermoides o espinocelulares.
Los carcinomas basocelulares proceden de la capa más inferior de la epidermis, las células basales, pero no tiene la capacidad de metástasis. Su incidencia crece un 10% cada año y es un tumor que puede ser invasivo localmente por su crecimiento, aunque es progresivo y tiene un buen pronóstico, siempre y cuando se extirpe de la forma más precoz posible.
El carcinoma de células escamosas o epidermoides es una proliferación maligna de queratinocitos que tiene la capacidad de generar metástasis, sobre todo a nivel ganglionar, per es infrecuente y solo ocurre en casos muy avanzados. Aunque supone el 20-25% de los tumores malignos cutáneos, su incidencia es menor que el carcinoma de células basales, tal y como indica la Asociación Española contra el cáncer. Sus presentaciones clínicas son el queratoacantoma, la enfermedad de Bowen, el carcinoma epidermoide en piel, el carcinoma epidermoide en cicatrices y el carcinoma verrucoso. Sin embargo, su manifestación más frecuente es una pequeña placa o nódulo de color rosa o rojo con una superficie descamativa. Una lesión puede que puede ulcerarse, sangrar y formar una costra central con un borde elevado y duro, por lo que deberemos estar muy atentos si esto suecede.
Hay otros tipos de carcinomas, como el carcinoma de células de Merkel, un cáncer de piel agresivo que puede dar metástasis, pero es una enfermedad 30 veces menos frecuente que el melanoma, según la Skin Cancer Foundation.
Es importante insistir en la prevención durante todos los días del año, lo que implica usar protección solar tanto los días de sol como los días nublados, en piel clara o piel oscura, durante el verano y invierno; así como evitar la exposición a la luz solar del mediodía y la radiación proveniente de cámaras de bronceado artificial.
Además, debemos acudir al dermatólogo para las revisiones anuales de nuestros lunares, manchas, verrugas, pecas o quistes…y, sobre todo, si detectamos nueva lesión en nuestra piel y no se cura o aumenta de tamaño.