Alba L. Marín
Salud
El uso prolongado de ciertos somníferos puede estar relacionado con un mayor riesgo de alzhéimer
Un estudio en ratones concluye que altera la limpieza del cerebro en el sueño

Un reciente estudio publicado en la revista Cell ha demostrado cómo algunos somníferos modifican los procesos de limpieza cerebral que se producen mientras dormimos.
Estas conclusiones apuntan a un efecto contrario al que se pretende tomando estos fármacos, pues generan una peor calidad en el descanso y entorpecen los procesos necesarios de regeneración y eliminación de toxinas en el cerebro. Esto puede suponer un riesgo para el desarrollo de trastornos cerebrales como el alzhéimer.
La investigación tenía como objetivo comprender mejor el flujo glinfático, es decir, el drenaje de deshechos en el cerebro durante el descanso. Aunque también se tenía en consideración el análisis de los efectos de los somníferos en este proceso natural. El resultado fue que zolpidem, el somnífero comercializado bajo las marcas Ambien o Stilnox, altera los ciclos del sistema glinfático.
Los resultados mostraron una reducción de un 30% en la llegada de líquidos al cerebro en los ratones tratados con zolpidem. Además, las ondas de noradrenalina, un neurotransmisor relacionado con la excitación y que impulsa el bombeo de los líquidos para la limpieza, eran un 50% menores en estos ratones en comparación con aquellos que no estaban bajo los efectos del somnífero.

Los datos obtenidos se traducen en que, aunque el fármaco provoca que los ratones duerman antes, el sueño no es de la misma calidad que el de los ratones que se duermen de forma natural.
Este hallazgo cobra mayor relevancia, puesto que “cada vez más personas toman medicamentos para dormir y es muy importante saber si se trata de un sueño saludable”, afirma Natalie Hauglund, primera autora del estudio.
El análisis es una continuación de los trabajos de la neurocientífica Maiken Nedergaard, quien descubrió en 2013 esta red de canales que mediante un flujo de líquidos logra eliminar toxinas durante el sueño, incluyendo varias proteínas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. En base al descubrimiento del sistema glinfático el equipo de investigación de Nedergaard ha logrado una monitoriazación fisiológica de los ratones participantes en este estudio.
Lo más destacable es el empleo de técnicas pioneras en el registro de los datos de monitorización de los animales durante largos períodos ininterrumpidos de vigilia y sueño, durante los que tenían un movimiento libre.
Dada la semejanza del sistema glinfático en ratones y personas todo parece apuntar a que las conclusiones podrían aplicarse a casos en humanos. No obstante, los investigadores son prudentes y declaran que habría que realizar más estudios y pruebas para poder esclarecer si los efectos son extrapolables.
En cualquier caso, lo que afirman los expertos es que los estudios sobre insomnio y problemas de sueño pueden aportar información muy valiosa para comprender si hay una relación entre estas patologías y el desarrollo de trastornos neurológicos como el alzhéimer.