Manuela Martín
Salud
Varicela, el virus que nunca desaparece
La reactivación del virus de la varicela que no es eliminado es el causante de las culebrillas
¿Recuerdas haber pasado la varicela? Si es así puede ser que pasado los años ese virus latente en nuestro cuerpo vuelva a reaparecer en forma de lo que comúnmente se conoce como culebrilla.
Con el paso de los años el nivel de anticuerpos del virus de la varicela disminuye por debajo del umbral de protección provocando una reactivación del virus y la aparición de la culebrilla o herpes zóster.
Esta se manifiesta con un sarpullido o una ampolla en la piel y suelen padecerlo principalmente las personas mayores de 50 años, aquellas que tengan el sistema inmunitario débil por algún motivo e incluso aquellas que padezcan situaciones de estrés.
Se trata del mismo virus que causa la varicela. Después de tener esta enfermedad, ese virus permanece en nuestro cuerpo y, aunque en la mayoría de los casos no suele volver a causar ningún problema, cuando el virus envejece puede manifestarse de nuevo en forma de culebrilla.
Aquellas personas que no hayan pasado la varicela o no estén vacunadas frente a esta enfermedad, en el caso de contacto con alguien con una culebrilla, podrían contagiarse de varicela, con lo cual, en esos casos, es necesario extremar la precaución y las medidas de higiene.
Además, se recomienda cubrir el sarpullido para evitar tocarse o rascarse.
¿Cómo sé si es una culebrilla?
Lo primero que hay que tener claro es que para tener un herpes zóster es obligatorio haber pasado antes la varicela.
La culebrilla o también llamada culebrina en algunas zonas, se manifiesta por un ardor, dolor, hormigueo o picazón en una zona lateral del cuerpo, o en ocasiones de la cara. A continuación, suelen aparecer unas ampollas que duran unos 10 día.
El virus de la varicela no desaparece una vez eliminada la enfermedad, sino que se mantiene en algunas células nerviosas sensoriales situadas por norma general cerca de la médula espinal, donde permanece latente.
En general, suelen afectar a un nervio intercostal y siguen un trayecto lineal cerca de las costillas, por ello se le conoce como culebrina, por su apariencia similar a este reptil.
Aunque no existe un tratamiento cono tal, los medicamentos antivirales pueden ayudar a que el brote sea más corto y menos severo.
Una toalla fría, ciertas cremas o aceites pueden ayudar a aliviar parte de la picazón.
En España es posible adquirir una vacuna del laboratorio farmacéutico Sanofi Pasteur para prevenir la culebrilla que al año afecta en nuestro país a cientos de miles de personas, algunas de las cuales sufren complicaciones como la neuralgia post-herpética.