Clara González
Salud
Vivir en zonas verdes mejora la salud cardiovascular de las personas mayores
Los resultados fueron más significativos en habitantes con bajos ingresos y en mujeres
Pocas dudas quedan acerca de los beneficios de vivir en zonas verdes. Y es que estas áreas proporcionan un entorno natural que promueve la actividad física, al ofrecer espacios ideales para caminar, correr y practicar deportes al aire libre, convirtiéndose en punto de encuentros comunitarios. El contacto con la naturaleza, además, ayuda a reducir el estrés y mejora el estado de ánimo. Todo ello sumado a que los espacios verdes contribuyen a una mejor calidad del aire, ya que las plantas y árboles absorben dióxido de carbono y producen oxígeno, lo cual es crucial para la salud respiratoria.
Ahora, un estudio publicado en la revista Environmental International ha ratificado esta cuestión: vivir cerca de áreas verdes tiene efectos beneficiosos en la salud cardiovascular de las personas mayores. La investigación ha sido liderada por la investigadora del área de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER-ISCIII) y del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Esther García-Esquinas.
Junto a ella, se ha contado con la colaboración de expertos y expertas de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Alcalá de Henares, la Escuela de Salud Pública de Boston en Estados Unidos y el Centro de Investigación Urbana de la Universidad RMIT de Melbourne en Australia.
Elaboración del estudio
Para elaborar el estudio, se tomaron muestras de 2.200 personas de 65 años o más, residentes en zonas muy pobladas de la Comunidad de Madrid y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.
A partir de ahí, el personal investigador utilizó el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) para medir la exposición a espacios verdes de los y las participantes. Junto a ello, se analizaron otros factores como la exposición al tráfico, el entorno del vecindario y la facilidad para caminar y los recursos socioeconómicos.
Resultados de la investigación
Los resultados concluyeron que existe una correlación inversa entre vivir en espacios verdes y los niveles de biomarcadores vinculados al riesgo cardiovascular, así como un menor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares a medio plazo. Todo ello debido a la menor exposición al tráfico y la facilidad de caminar por espacios naturales en las zonas urbanas analizadas.
Además, estos resultados fueron más significativos en personas con bajos ingresos y en mujeres.
En definitiva, los beneficios de vivir en zonas verdes son innegables y abarcan desde mejoras en la salud física y mental hasta una mayor calidad del aire y una vida comunitaria más activa. A medida que las ciudades continúan creciendo, es esencial seguir integrando y preservando espacios verdes para garantizar que todos los y las habitantes puedan disfrutar de los innumerables beneficios que estos entornos proporcionan.