De cigarrera a lechero: 10 profesiones que han desaparecido para siempre en España

Estamos en un mundo en constante evolución, de eso no hay ninguna duda. A lo largo de la historia, la evolución tecnológica, los cambios socioeconómicos y las transformaciones culturales han influido profundamente en el mercado laboral. Muchos oficios llegan y muchos otros se van, porque lo que en su día era necesario, pasa a quedar completamente obsoleto, o simplemente se ha encontrado una manera más efectiva de hacer ese trabajo, normalmente, con la máquina como protagonista.

España, con su rica y variada historia, no es una excepción de estos cambios en el panorama de trabajo. Numerosas profesiones que alguna vez fueron vitales para la economía y la vida cotidiana de sus habitantes han desaparecido o han cambiado drasticamente. Este fenómeno no solo refleja el progreso y la adaptación de la sociedad, sino que también revela aspectos interesantes de nuestra historia y cultura. En este artículo, exploraremos 10 profesiones que han desaparecido para siempre en España.  

Telefonista

También conocido como operador de centralita, fue una profesión esencial en España y en muchos otros países durante gran parte del siglo XX. Los telefonistas eran responsables de conectar llamadas telefónicas manualmente en una centralita, antes de la llegada de los sistemas telefónicos automáticos.

Los telefonistas trabajaban en una centralita manual, donde conectaban físicamente las llamadas entrantes y salientes mediante el uso de clavijas y cables. Esto requería rapidez, precisión y habilidades para la gestión de múltiples llamadas a la vez. Además, realizaban labores de atención al cliente y jugaban un papel crucial en la conexión de llamadas de emergencia. En algunos casos, también proporcionaban números de teléfono a los usuarios que les preguntaban por otros usuarios.

Ascensorista

La profesión de ascensorista fue común en muchos edificios de oficinas, hoteles, y grandes almacenes en España durante gran parte del siglo XX. Eran empleados encargados de operar ascensores manualmente, asistiendo a los pasajeros y garantizando un viaje seguro y cómodo entre los distintos pisos de un edificio. Controlaban el movimiento del ascensos mediante una palanca o manivela, y tenían que detener el ascensor con precisión en cada piso

Cigarrera

El oficio de cigarrera fue una profesión significativa en España durante los siglos XIX y XX. Comunmente hecho por mujeres, las cigarreras trabajaban en fábricas de tabaco y se encargaban de enrollar rápidamente los cigarros, pero también del empaquetado y etiquetado de los mismos. Las fábricas donde trabajaban serían hoy en día consideradas de unas condiciones insalubres, y dedicaban muchas horas al día a su oficio.

Lechero

Antes de la llegada de los supermercados y las tiendas de alimentación de barrio o pueblo, el lechero era una profesión esencial. Distribuían la leche fresca, un bien de primera necesidad, directamente a los hogares. Además, al hacerse la entrega de la leche en botellas de vidrio, volvían a hacer la ruta casa por casa para recoger las botellas y devolverlas al día siguiente llenas otra vez. También se encargaban de realizar los cobros a las familias, que podía ser un cobro diario, semanal o mensual, según lo acordado.

Sereno

Hasta mediados del siglo XX y, sobre todo, en pueblos, fue una profesión muy común. Los serenos eran responsables de la seguridad y el bienestar de los barrios durante las horas nocturnas, desempeñando una serie de funciones esenciales para la comunidad. Además de la vigilancia nocturna de las calles, para ubicar cualquier actividad sospechosa o delictiva, desempeñanaban la función de abrir y cerrar puertas de la ciudad (los cerrojos eran más complejos que actualmente) y de encender y apagar el alambrado público, así como de despertar a trabajadores esenciales como los marineros. Estaban completamente al servicio de los vecinos, ayudándoles siempre que pudiese.

Farero

El oficio de farero fue una profesión vital durante muchos siglos, especialmente en un país como España, con mucho territorio con costa. Los fareros eran responsables de operar y mantener los faros, asegurándose del buen estado de las lentes y de ajustar los mecanismos de rotación de las luces. Servían como guías cruciales para los navegantes, ayudándoles a evitar peligros y encontrar su camino hacia puertos seguros. También vigilaban las condiciones meteorológicas y del mar, proporcionando informes cruciales para la navegación y la seguridad, además de brindar asistencia a los barcos en peligro, sirviendo como primera ayuda en casos de naufragios.

Alguacil

El alguacil desempeñó un papel muy importante en la justicia y el orden público durante la Edad Media y el Renacimiento. Este funcionario tenía la tarea de mantener el orden en los tribunales y hacer cumplir las órdenes judiciales. Con una vestimenta llamativa y una vara de mando, su presencia inspiraba respeto. Aunque se considere un oficio desaparecido, realmente se ha transformado significativamente con el tiempo debido a la modernización de la administración pública y la profesionalización de los cuerpos de seguridad.

Arriero

Los arrieros eran personas encargadas de transportar mercancías, bienes y suministros a largas distancias utilizando animales de carga, como mulas, burros o caballos. Se encargaban de llevar todo tipo de mercancías y suministros desde los puntos de producción o almacenamiento hasta los lugares de consumo o venta. Además, logicamente, del cuidado de los animales de tiro. 

Linotipista

El oficio de linotipista fue una profesión imprescindible en la industria de la impresión durante gran parte del siglo XX. Los linotipistas eran responsables de componer textos para su posterior impresión en periódicos, revistas, libros y otros materiales impresos. Para componer los textos, utilizaban una máquina linotipia a partir de matrices de metal, letras y espacios. Estas matrices se organizaban automáticamente en líneas de texto, que luego se utilizaban para imprimir. Además de componer texto, los linotipistas también eran responsables del mantenimiento básico de las máquinas linotipias, como la limpieza y el ajuste de los componentes.

Calderero

Especialmente durante la Revolución Industrial y la era de la metalurgia pesada, estos artesanos especializados se encargaban de la fabricación, reparación y mantenimiento de calderas, recipientes metálicos y estructuras de metal. También de construir y mantener equipos, los caldereros debían interpretar planos y especificaciones técnicas para cumplir con estándares de calidad y seguridad. Su proceso de trabajo incluía la planificación del proyecto, la fabricación utilizando técnicas de soldadura y conformado manual, y la realización de pruebas de seguridad para garantizar el cumplimiento de los estándares establecidos.