Los termómetros van a registrar temperaturas récord en las próximas horas. Estamos a las puertas de la primera gran ola de calor de este verano. Se esperan temperaturas que alcanzarán los 47°C en puntos de Andalucía y Castilla-La Mancha. Pero la alerta se extiende a toda España.
De modo que ya podemos ir preparándonos y nunca está de más recordar las normas básicas y las mejores formas de pasar el asfixiante calor sin sufrir sus efectos. Estos días, organismos públicos y privados, y de diferentes naturalezas, como la Cruz Roja o la OCU, lanzan sus recomendaciones.
Por su parte, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) recuerda que los mayores de 65 años corren más riesgo de sufrir un golpe de calor, al presentar un porcentaje importante alteraciones del centro termorregulador que producen una menor sensación de calor que no activa la necesidad de protegerse de altas temperaturas. Se produce una disminución de la percepción de sed lo que conlleva un alto riesgo de deshidratación, especialmente en los mayores que sufren una enfermedad neurodegenerativa, sobrepeso, enfermedades crónicas o tienen prescritos fármacos que favorecen dicha deshidratación.
Recogemos 11 consejos básicos para no sufrir los efectos de esta ola de calor:
Hay que beber agua siempre. Pero en verano y durante una ola de calor con más motivo. De hecho, no hay esperar a sentir sed para beber, porque esa es una trampa muy habitual en las personas mayores. “La falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir frecuentemente agua, infusiones, zumos de frutas, aunque no se tenga la sensación de sed; y evitar el consumo de bebidas alcohólicas”, recuerdan desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEG). Con independencia de que hagamos ejercicio, debemos beber agua. Unos ocho vasos a lo largo del día.
Evita consumir alcohol, que inhibe el centro termorregulador del organismo y altera la respuesta al calor del cuerpo, lo que favorece la deshidratación. Asimismo, y especialmente para las personas mayores, es preferible reducir el consumo de bebidas gaseosas, que favorecen la aparición de gases y despepsia. También hay que reducir, para las personas más mayores, las aguas de mineralización alta, que pueden producir descompensaciones si hay enfermedades cardiacas previas.
Durante una ola de calor, hay que evitar, no ya hacer ejercicio físico… sino incluso salir de casa en las horas centrales del día, entre las 12:00 y las 17:00, que son las horas de más calor.
Si salir es inevitable, busquemos la sombra. Además, es recomendable usar cremas de protección solar para evitar quemaduras. Asimismo, las gafas de sol son recomendables.
Cuando hace mucho calor, es el momento de apostar por tejidos transpirables, como el algodón. Las prendas ligeras y holgadas serán preferibles a la ropa ajustada y ceñida. Además, hay que elegir colores claros, preferentemente.
Además, es recomendable el uso de sombreros o gorras que protejan nuestra cabeza del sol.
Durante los días de más calor es preferible realizar comidas ligeras. Hay que evitar tomar comidas copiosas y hay que priorizar las frutas, hortalizas y verduras. Y si los podemos preparar en frío mucho mejor. Hay un sinfín de opciones: ensaladas frías o templadas, cremas refrescantes como el gazpacho. Y la carne y el pescado, mejor al vapor o a la plancha que al horno o con salsas. En plena ola de calor es preferible dejar los guisos pesados, los platos calientes, las frituras, los asados y las comidas muy grasas para más adelante. Como nos recuerdan desde la SEGG, “las comidas deben ser ligeras lo que permite digestiones ligeras”
Si estamos fuera, a la sombra y si estamos dentro, hay que intentar mantener la casa lo más fresca posible. ¡Ojo!, que tampoco hay que pasarse y si contamos con aire acondicionado, no debemos ponerlo a muy baja temperatura. Estancias demasiado frías en verano tampoco son saludables ni respetuosas con el medio ambiente. Los mayores, lo acusan aún más. Entre 24°C y 26°C es una temperatura ideal para una estancia. Además, cada vez que lo necesitemos, podemos refrescarnos.
Un coche parado al sol puede alcanzar altísimas temperaturas en tan solo unos minutos. No debe quedarse nunca nadie dentro de un coche parado al sol bajo ningún concepto, ni siquiera mientras hacemos un recado rápido. Los niños y los mayores son los grupos de edad más sensibles. También las mascotas corren el riesgo de sufrir un golpe de calor con fatales consecuencias.
Al menos durante las horas del día de más calor, hay que evitar realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.
Si tenemos la piel enrojecida o muy seca, sentimos malestar general, confusión, pulso débil o muy acelerado, dolor de cabeza… no hay que dudarlo: llamar al médico.
