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El estudio 'La situación de la salud mental en España' elaborado por a Confederación Salud Mental España y Fundación Mutua Madrileña, ha desvelado que cuatro de cada diez españoles (39,3%) valora de forma negativa su salud mental actual y casi el 15 por ciento ha tenido ideas suicidas o ha intentado suicidarse.
El informe se ha llevado a cabo en 2022 con la participación de más de 2.000 personas, tanto de la población en general como de aquellas que tienen o han tenido problemas de salud mental, así como de profesionales de la sanidad.
Según el informe, el 74,7 por ciento de la población en España cree que en los últimos años ha empeorado la salud mental de los españoles. Las tres razones más señaladas como causas de este empeoramiento son las dificultades económicas (91,4%), la incertidumbre ante el futuro (89,0%) y la presión, las exigencias y estrés del día a día (88,8%), seguidas de la pandemia de COVID-19 y de la sensación de que vivimos en una sociedad cada vez más individualista y muy competitiva.
"Indudablemente, hay un dato objetivo que indica que la situación se está deteriorando y que, por desgracia, se va haciendo cada vez más preocupante. En 2021 hubo 4.003 suicidios en España, mientras que en 2011 hubo 3.180, lo que supone casi 900 más al año. Tenemos una tasa de 8,4 suicidios por 100.000 habitantes, que todavía está siete décimas por debajo de la media mundial (9,1), pero en 2011 era del 6,8", ha explicado en rueda de prensa el director general de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin.
Así, transcurrido más de un año desde el final de la pandemia, casi 6 de cada 10 españoles (57%) se sienten preocupados, temerosos, deprimidos o tristes. "Por lo tanto valoramos que vivimos en una sociedad pesimista", ha detallado Cooklin.
Sin embargo, y tal como ha detallado el presidente de la Confederación Salud Mental España, Nel González Zapico, pese a todos los problemas que sufren, un 11 por ciento de la población encuestada no ha compartido con nadie sus problemas de salud mental y un 87,1 por ciento no ha compartido su problema de salud mental con sus compañeros de trabajo.
Jóvenes y mujeres, los más afectados
En cuanto a los colectivos más vulnerables, un 61,3 por ciento de las personas que ha sufrido problemas de salud mental son mujeres, frente al 38,3 por ciento de hombres.
Además de las mujeres, los jóvenes pertenecientes al grupo de edad de entre 18 a 34 años son los que valoran más negativamente su salud mental: sólo el 30,8 por ciento considera que su salud mental es buena o muy buena. Igualmente, duplican la tasa de ideas o intento de suicidio (31,8%) de la población general (14,5%).
Según revela el informe, cuatro de cada diez personas en España (42,1%) han sufrido una depresión a lo largo de su vida; un porcentaje algo mayor, un 47,6 por ciento, han experimentado ataques de ansiedad o pánico; y un 36,9 por ciento ansiedad prolongada en el tiempo.
Casi el 15% ha tenido ideas suicidas o ha intentado suicidarse
El 14,5 por ciento de la población ha tenido ideas suicidas o ha intentado suicidarse. Esto ocurre en mayor medida entre las mujeres (17%) que entre los hombres (11,7%). Sucede lo mismo en el caso de quienes han llegado a autolesionarse: 6,4 por ciento de hombres frente a 11,3 por ciento de mujeres.
Sin embargo, tal y como ha puntualizado el director general de la Fundación Mutua Madrileña, el 75 por ciento del total de los suicidios consumados son en hombres, pese a que las mujeres tienen más intentos e ideación suicida.
Por edad, las ideas o el intento de suicidio (31,8%) y las autolesiones (30,7%) se producen en mayor grado en el grupo de jóvenes de 18 a 24 años.
El 26% acude a un psicólogo o psiquiatra
El informe también refleja que un 18,9 por ciento de la población de más de 18 años consume psicofármacos y el 73 por ciento de ellos lo hace a diario. Los más utilizados son los ansiolíticos (61,9%) y los antidepresivos (47,2%). El médico de Atención Primaria es quien los prescribe de forma más habitual (55,1%), seguido del psiquiatra (35,2%).
En cuanto a la atención médica, el 26,2 por ciento de las personas acude actualmente a un especialista de salud mental: 20,8 por ciento a consulta de Psicología y 17,6 por ciento a consulta de Psiquiatría.
La suma de estos dos últimos porcentajes supera el 26,2 por ciento inicial, dado que en el informe se trataba de una pregunta de respuesta múltiple y algunas personas encuestadas reciben atención de ambas especialidades.
Una de cada cinco personas diagnosticadas con un problema de salud mental ha estado ingresada en un área de Psiquiatría. De ellas, el 60,1 por ciento de las personas con un problema de salud mental asegura haber sido ingresado en un hospital de forma involuntaria; un 40,3 por ciento dice que recibió poca o ninguna información clara, suficiente y comprensible sobre su trastorno; el 46,3 por ciento afirma que recibió poca o ninguna información suficiente acerca de los efectos secundarios de la medicación; y un 48,1 por ciento manifiesta que recibió poca o ninguna información sobre todos los tratamientos alternativos.
Perfil de la persona con mala salud mental
Una parte del informe evalúa el perfil y la situación de las personas con experiencia propia en problemas de salud mental (denominadas PEP) y lo compara con la población general.
Este grupo lo conforma casi uno de cada cuatro españoles (22,8%) del total de la muestra, y en él se han incluido tanto las personas que han sido diagnosticadas al respecto, como aquellas que en el cuestionario autoevaluaron su salud mental como mala y muy mala.
"La salud mental es algo que atañe a todo el mundo. Nos puede ocurrir un problema así en cualquier momento de nuestra vida", ha advertido González Zapico. En cualquier caso, respecto a las personas que han tenido un diagnóstico de un problema de salud mental, suele producirse en la juventud. En concreto, la edad media de quienes lo han sufrido se sitúa en los 26 años.
Los problemas y relaciones familiares (36,3%) y la autoexigencia en los ámbitos profesional o académico (32,4%) son las dos causas más señaladas por las personas con problemas de salud mental como detonantes para la aparición de los problemas de salud mental.
En materia de terapias, el estudio revela que el 57,1 por ciento de los tratamientos se basa en la prescripción de fármacos, seguido por la psicoterapia (47,6%) y la participación en programas sociales de apoyo (27,4%).
De entre las personas diagnosticadas con un problema de salud mental, más de la mitad (58,5%) ha sentido rechazo social por ello en algún momento de su vida por parte de su entorno. Además, el 55 por ciento ha sentido en algún momento discriminación, siendo el laboral el ámbito más común en el que se produjo.
No se destinan suficientes recursos a la salud mental
La población general considera que no se destinan suficientes recursos al cuidado de la salud mental y aboga por medidas tanto sanitarias como sociales para ayudar a las personas con un problema de salud mental.
Entre ellas señalan, con carácter prioritario, aumentar el número de profesionales de salud mental (67,8%), asegurar la continuidad del tratamiento con el mismo o la misma profesional a lo largo del proceso (48,7%) y la existencia de más centros de salud mental comunitarios (46,4%).
En el plano social, un 58 por ciento demanda acciones de apoyo para prevenir el estrés laboral y las situaciones de acoso; un 51,3 por ciento la promoción de iniciativas comunitarias para prevenir la soledad y fomentar la resiliencia; y un 48 por ciento apela a la inclusión de programas específicos de prevención y sensibilización en el ámbito educativo.