La Junta de Andalucía ha elaborado un estudio de riesgo para su plan de contingencia, y ha determinado que en la franja oeste litoral es donde hay mayor riesgo de que se produzca un tsunami, aunque no hay previsión de que vaya a ocurrir a corto plazo.
Entre 45 minutos y una hora es lo que tardaría la ola gigante de un maremoto en inundar la costa occidental andaluza. En algunos lugares,las olas podrían alcanzar los doce metros, y el agua tardaría bastante en desaparecer.
Estos cálculos forman parten del estudio de riesgos que los técnicos de la Junta han realizado como parte del plan de contingencia de maremotos, que el martes 7 de septiembre analizó el Gobierno de la Junta, con el objetivo de que la comunidad esté preparada, y disponga de herramientas que prevengan situaciones de riesgo, y reduzcan al máximo los daños que una catástrofe como esta puede provocar, aunque es muy poco probable que tenga lugar.
Hace 266 años del último tsunami
Para buscar el último tsunami registrado en Andalucía, hay que remontarse 266 años. El 1 de noviembre de 1755, día de Todos los Santos, un terremoto con epicentro en Lisboa, que se produjo a las 09:52 horas de la mañana (hora española), hizo que el mar se retirara, anunciando el maremoto que tendría lugar. Las olas, que arrasaron la capital de Portugal en menos de media hora, alcanzaron las costas de Huelva a los 47 minutos, y las de Cádiz a las 11:10 de la mañana.
Y es precisamente la franja que va desde Ayamonte (Huelva) hasta Tarfia (Cádiz), la que los expertos de la Junta han determinado que es la de mayor peligro, y donde el tsunami podría tener peores consecuencias.
Las olas podrían alcanzar los doce metros de altura en Conil de la Frontera y el Cabo de Trafalgar (Cádiz). Pero el riesgo se extendería también a 22 municipios más, diez de ellos en la provincia de Huelva (Ayamonte, Isla Cristina, Lepe, Cartaya, Punta Umbría, Huelva, Palos de la Frontera, Moguer, Lucena del Puerto y Almonte), y otros doce en Cádiz (Sanlúcar de Barrameda, Chipiona, Rota, El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando, Cádiz, Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, Vejer de la Frontera, Barbate y Tarifa).
La orografía del terreno
El peligro de esta zona no se limitaría solo a la altura que las olas llegarían a alcanzar, sino también a la orografía del terreno, que haría que el lugar se mantuviera más tiempo inundado, aunque habría un margen de una hora antes de que la ola llegase a cubrir todo el territorio.
Menos tiempo de margen tendrían en el litoral mediterráneo, según el estudio. Aunque el peligro de en esta zona es menor, ya que en 20 minutos, media hora como mucho, las consecuencias serían menores, y las olas no superarían los cinco metros de altura.
La Administración andaluza aún tiene que terminar el estudio de riesgos de la costa oriental, aunque ya existen estudios. Como el que publicó el CSIC en la revista Scientific Reports.
No hay previsión de maremoto
En este último estudio, se alertaba del peligro de la falla marina de Averroes, en el Mar de Alborán, ya que su geología tiene capacidad para generar olas de más de seis metros, que afectaría a las costas andaluzas, y también provocaría un terremoto de magnitud 7.
Desde la Junta insisten en que no hay riesgo de maremoto en la comunidad, aunque dentro del plan de contingencia incluye un simulacro que tendrá lugar en las próximas semanas, y que afectaría a las provincias de Cádiz y Huelva.
El simulacro se anunciará tras la reunión técnica que tendrá lugar con miembros del 112, del Grupo de Emergencias de Andalucía, bomberos, Guardia Civil, policías locales, Policía Autonómica, 061 y Cruz Roja.
España tiene un plan estatal
España también tiene un plan especial estatal ante el riesgo de maremoto, aunque ninguna comunidad autónoma lo ha planificado.
Entre las medidas de este plan destaca una base de datos sobre los medios y recursos disponibles en caso de tsunami, además de definir la organización, medios y canales de colaboración que permitirían hacer llegar las alertas de maremoto a las autoridades de protección civil y a los órganos y servicios públicos, así como a la población afectada. El documento también incluye la organización de programas de información a la población, que les permita establecer sus propios sistemas de autoprotección.
Para este plan se ha contado con el programa Europeo Copernicus EMSN-078, que ha creado una simulación de vulnerabilidad y peligrosidad de las costas andaluzas susceptibles de sufrir este fenómeno, la inundabilidad de las playas y municipios de las mismas. El proyecto ha estado dirigido por la Agencia Espacial Europea (ESA) y por la Unión Europea a través de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
El simulacro que tendrá lugar en Andalucía no es el primero, ya que el pasado mes de marzo la comunidad se incluyó en el NEAMWave21, un ejercicio de cómo es una alerta de tsunami, organizado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO.