Edadismo y ser mujer es una batalla que muchas mujeres deben librar a partir de los 50 años. Así lo demuestran diversos informes, como el presentado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), elaborado junto a la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos y otras agencias de Naciones Unidas, que destaca que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas hacia las personas mayores. Si a esto le sumamos el hecho de ser mujer, nos encontramos con los datos demoledores recogidos por el estudio de la plataforma de talento sénior, Generación Savia (@GeneracionSavia): la pandemia ha agudizado la crisis económica y se ha cebado, sobre todo, con las mayores de 50 años. De hecho, el perfil del nuevo parado mayor de 50 es el de una mujer de entre 50 a 54 años que perdió su trabajo entre junio y diciembre del año pasado, y seis de cada diez personas mayores de 50 años que se quedaron sin empleo en 2020 eran mujeres. ¿Por qué este colectivo se ha convertido en el más vulnerable? Según los expertos, por la doble discriminación que sufren por ser mujer y por ser "mayor".
Esto ocurre en el ámbito laboral, pero también en muchos otros aspectos de la vida. Por ello, Beata Praska (@beatapraskafotografia), fotógrafa profesional de 53 años con una larga trayectoria como economista y ejecutiva en el mundo de energía a nivel internacional, decidió crear el proyecto '50más50', que que presenta el valor de las mujeres mayores de 50 años a través de retratos contemporáneos. 65YMás ha contactado con su creadora para que nos cuente más sobre esta iniciativa.
El proyecto de '50más50' busca resaltar, a través de las fotografías, la belleza interior exterior e interior, la sabiduría, las ganas de vivir y los éxitos profesionales y personales de las mujeres mayores de 50 años.
“La mujer de 50 años es una gran olvidada”, señala Praska. Desde esa edad en adelante, para la sociedad este segmento de población “pierde, a menudo, su valor, pero el mundo ha cambiado”, añade.
Hoy en día, las personas vivimos más que antes y “a partir de los 50, las mujeres comenzamos a vivir la segunda etapa de la vida”, indica la fotógrafa, momento en el que empiezan a sentirse más sabias, talentosas y sorprendentes.
Dicho esto, 50más50 surgió de la necesidad de destacar el valor de este colectivo ignorado y transformar así la manera en que los medios y la sociedad, en general, lo perciben.
Igualmente, Beata Praska relata que el origen del proyecto se debió a una mala experiencia personal que marcó a la fotógrafa. En un momento en que se encontraba demasiado sumergida en sus problemas, decidió buscar la fuerza en otras mujeres que habían pasado por situaciones parecidas. Entonces, pensó: “¿Qué hacen otras mujeres cuando se les cae el cielo?” y, con esa pregunta, nació 50más50.
El éxito que ha tenido el proyecto ha sorprendido gratamente a su fundadora, quien comenzó con la idea de reunir 50 retratos y, ahora, se encuentra con un total de 66. Ante el elevado número de candidaturas que recibió, Praska tomó la decisión de no admitir más participantes.
Por este motivo ha creado un proyecto hermano llamado ‘Mujeres iberoamericanas al poder’, más centrado en la cooperación entre las mujeres de América Latina y de la Península Ibérica, de cualquier edad, y enfocado a destacar sus éxitos profesionales. Tal y como señala su fundadora, está basado en la famosa frase de la política estadounidense Madeleine Albright: "Hay un lugar en el infierno para las mujeres que no apoyan a otras mujeres".
Beata Praska está abierta a la colaboración a través de financiación para la posterior exposición donde se exhibirán las fotografías de '50más50'. En esa muestra, “no solo veremos imágenes de mujeres bellas”, informa Beata. Las participantes han contestado un formulario, revelando sus logros, trayectoria profesional, mensajes para otras mujeres, entre otros aspectos de su vida. Por ello, también conoceremos la historia que hay detrás de cada rostro.
En su carrera profesional, Beata Praska ha desempeñado altos cargos en compañías importantes. Esta experiencia le ha llevado a conocer de primera mano cómo es ser jefa en un mundo de hombres: “Yo llegué a ser directora de una filial de la empresa americana Texas Utilities en Varsovia. Siendo una mujer joven, en esa época y en el ámbito de la energía –donde el 99% de los altos cargos eran hombres–, me trataban como si fuera la chica de los cafés. De manera que tenía que dar pasos firmes y marcar el territorio”.
Con respecto a las mujeres maduras que ejercen cargos de directivas, la fotógrafa incide en la necesidad de más presencia de liderazgo femenino en las empresas, un modelo diferente al masculino. Esto se debe a que “la mujer valora más el trabajo en equipo” y, por lo general, no le importa destacar al grupo por encima de su rol, mientras que “los hombres buscan realzar más a su persona”, cuenta.
Asimismo, sostiene que el problema con la discriminación de las mujeres mayores lo tiene la sociedad y no la propia persona: “Las mujeres que cumplimos 50 empezamos a valorar ahora todo el tiempo que tenemos”. En esta misma línea, en cuanto a su vida laboral asegura que “yo nunca me sentí infravalorada, pero sí vulnerable. Esto es lo que piensa la sociedad de una mujer madura”.
Finalmente, en lo referente al edadismo en general, Beata Praska considera que esta discriminación está a la orden del día y que la pandemia ha agravado esta situación en el ámbito laboral, ya que “todos, tanto hombres como mujeres, hemos tenido que reinventarnos y ajustarnos a la nueva realidad, en la que no siempre valoran la experiencia de una persona madura”, indica. Por lo que, ahora más que nunca, defiende que hacen falta movimientos que den visibilidad a este grupo de población.
Beata Praska resalta que “todas las participantes son impresionantes”, pero que la trayectoria profesional de muchas de ellas es verdaderamente admirable. Un ejemplo es Ana Helena Chacón, madre soltera con una hija con síndrome de Down que ha llegado a ser vicepresidenta de la República de Costa Rica y, actualmente, es la embajadora de este país en Madrid.
Son varias las participantes que presentan una admirable carrera unida a la dedicación a la familia, algunas, incluso, con cuatro hijos. “Conciliar la vida familiar y el trabajo es un reto impresionante”, insiste Beata, junto con el hecho de que muchas de ellas han logrado ser unos referentes en sus países y en su ámbito profesional.
La mujer más mayor que ha participado tiene 84 años. La fotógrafa explica que, ahora, la mujer se encuentra ingresada en una residencia por sufrir cáncer, pero, “cuando la fotografiaron, era la mujer más flexible y más despierta de todas. Maravillosa”, remarca.
“Muchas de estas mujeres trabajan con asociaciones para ayudar a las niñas, que mañana serán mujeres, a dar un paso en la sociedad, basándose en la confianza de que todo es posible si ellas creen que es posible”.
A continuación, estas son algunas de las mujeres ‘50más50’.
