Los 8 hábitos que aceleran el envejecimiento

En cuestiones de salud, la genética es la baraja y el estilo de vida la jugada. Por esta razón, aunque el envejecimiento no se pueda ralentizar a nivel biológico, una rutina saludable puede ser un as en la manga para quienes quieran ser jóvenes por más tiempo.

Desde la ciencia destacan 8 aspectos fundamentales que, de convertirse en hábitos, estarán jugando a nuestro favor en el largo plazo. Te los contamos.

1. No fumar

El tabaco nunca trae nada beneficioso. Cada vez que se fuma, las sustancias tóxicas del tabaco atacan a la capacidad de producir colágeno, lo que repercute en la pérdida de elasticidad de la piel, la fortaleza de los huesos e incluso la salud cardiovascular, por no hablar del riesgo de padecer cáncer de pulmón, uno de los más complicados de superar.

Fumar es especialmente dañino en personas mayores y los beneficios de dejarlo se sienten de manera casi inmediata, por lo que nunca es tarde para proponerse dejarlo.

2. Cuidado con el alcohol

Aunque está extendida la idea de que el alcohol en pequeñas dosis aporta beneficios a la salud cardiovascular, lo cierto es que, en cuestiones de envejecimiento, no hace sino acelerar el reloj.  

Una investigación de la Universidad de Oxford  sobre el consumo de alcohol publicado ha descubierto que aquellos que beben más de 29 unidades a la semana (alrededor de diez vasos de 250 ml. de vino con un 14 % de alcohol) envejecen entre uno y dos años más rápido, ya que se acorta la longitud de sus telómeros, factor asociado directamente con el envejecimiento.

La longitud de los telómeros del ADN también se asocia con una mayor propensión a sufrir alzhéimer, cáncer y enfermedades coronarias.

3. Estilo de vida sedentario

Aunque hagamos un poco de deporte, si pasamos la mayor parte del tiempo sentados o tumbados, no generamos la suficiente actividad para mantener en forma el cuerpo, lo que en el futuro deriva en pérdida de masa ósea y mayor riesgo de sufrir osteoporosis, caídas y fracturas de cadera.

Lo que recomienda Noel Young, doctor en la clínica Thriva, es fomentar una rutina moderada que ayude a mantener los músculos fuertes. Optar por caminar, subir las escaleras, pasar más tiempo de pie o practicar deportes suaves como yoga o natación son excelentes formas de mantenerse joven.

4. El sol y la piel

Aunque una breve exposición solar puede aportarnos la vitamina D necesaria para el cuerpo, muchas veces cometemos el error de sobreexponernos, lo que acaba causando heridas solares en la piel, principal causante del envejecimiento facial.

Lo ideal es pasar unos pocos minutos bajo exposición directa y hacerlo SIEMPRE con una crema solar de alta protección.

5. Estrés

El ya conocido “asesino silencioso” también es una causa de enjevecimiento prematuro. Y es que, al igual que el alcohol, el estrés acorta los telómeros. En este caso, el doctor Young nos recomienda apostar por controlar el estrés, ya sea a través de ejercicios de relajación o el deporte. En este sentido, el yoga es una estupenda combinación para tratar el estrés.

6. Sueño

Aunque el sueño disminuye con la edad, debemos asegurarnos siempre de dormir un mínimo de horas necesarias para que el organismo se recupere y tengamos energía al día siguiente.

Aunque el doctor recomienda dormir de 7 a 9 horas, en el caso de personas mayores, mientras no se duerma menos de 5 horas no se considerará un tastorno del sueño.

7. Atención a las vitaminas

Aunque ya hemos mencionado la importancia de la vitamina D, existe otra vitamina fundamental para prevenir el enjevecimiento: el Omega 3. Protege el corazón, el hígado, las articulaciones, el cerebro y la piel.

Lo puedes encontrar en alimentos como sardinas, caballas, jureles, salmón, etc.

8. La alimentación

Un factor que se repite como un mantra para quienes quieren llevar una vida saludable: cuida tu alimentación. Esta debe ser variada, incluir carbohidratos (ya que nos aportan un chute de fibra), proteínas y grasas saludables, presentes en el aceite, el aguacate y las semillas.

Además, debemos evitar el máximo posible el consumo de alimentos procesados, bebidas azucaradas y carnes rojas.