Con los años, diferentes estudios han demostrado lo beneficiosa que puede ser una buena alimentación para la salud. Ahora, un nuevo estudio ha detallado cuáles son los hábitos saludables que hay que seguir para aumentar la esperanza de vida.
La investigación, llevada a cabo por la Sociedad Estadounidense de Nutrición y cuyos resultados se presentaron en su reunión anual (NUTRICIÓN) el pasado mes de julio, refleja que aquellos participantes que adoptaron 8 hábitos de vida saludables en la mediana edad vieron aumentada su esperanza de vida, en comparación con quienes no los siguieron.
Estos ocho hábitos consisten en "ser físicamente activo, no sufrir adicción a los opioides, no fumar, controlar el estrés, tener una buena alimentación, no beber en exceso con regularidad, tener una buena higiene del sueño y tener relaciones sociales positivas", tal y como señalan en nota.
De las más de 700.000 personas de entre 40 y 99 años que participaron, los investigadores observaron que, en el caso de los hombres, estos pueden aumentar su esperanza de vida en una media de 24 años si siguen estos ocho hábitos a los 40 años, mientras que en el caso de las mujeres, pueden vivir 21 años más de vida.
Xuan-Mai T. Nguyen, especialista en ciencias de la salud del Departamento de Asuntos de Veteranos, explica que les sorprendió "lo mucho que se podría ganar con la adopción de uno, dos, tres o los ocho factores de estilo de vida".
Estos hallazgos demuestran así que "adoptar un estilo de vida saludable es importante tanto para la salud pública como para el bienestar personal. Cuanto antes, mejor, pero incluso si solo haces un pequeño cambio a los 40, 50 o 60 años, sigue siendo beneficioso", aseguran.
Este aumento de esperanza de vida disminuye "ligeramente" con la edad, señalan, aunque sigue siendo "significativo", por lo que resaltan que "nunca es demasiado tarde para adoptar un estilo de vida saludable", afirma Nguyen.
Es más, los investigadores observaron que hábitos poco saludables como la baja actividad física, el uso de opioides o el tabaquismo estaban asociados con entre un 30 y un 45% más de riesgo de muerte; el estrés, el consumo excesivo de alcohol y la mala alimentación e higiene, con un 20% más de riesgo de muerte; y la falta de relaciones sociales positivas, con un 5% más de riesgo.
Los resultados respaldan así "el papel de los factores del estilo de vida en la prevención de enfermedades crónicas y la promoción de un envejecimiento saludable", concluyen.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.