La Mesa del Congreso decidirá este jueves si admite tramitar el decreto ley que amplía de cinco a ocho semanas los permisos de paternidad. Y es que Ciudadanos ha pedido un informe jurídico al Congreso sobre el decreto por dudas de constitucionalidad. Mientras esto sucede, en 65Ymás hemos querido analizar las consecuencias que tendría el aumento del permiso para los abuelos españoles.
En una sociedad cada vez más envejecida y con los niveles de natalidad más bajos de Europa, según Eurostat, las medidas de conciliación dan tímidos pasos. El anuncio de la ampliación del permiso de paternidad a 16 semanas en 2021 como una de las últimas medidas sociales del Gobierno de Sánchez, abre una puerta hacia la igualdad y los cuidados compartidos, pero no parece suficiente.
Todo apunta a que la carga de los cuidados en los primeros meses de vida del bebé seguirá recayendo en las madres y, en muchos casos, en las abuelas y abuelos. Tal como indica la Encuesta sobre Personas Mayores realizada por el Imserso, más del 60% de los abuelos está plenamente involucrado en la crianza de sus nietos, según la cual las abuelas dedican 6,2 horas diarias y los abuelos 5,3.
Un primer paso
“Ya es hora de que se haga realidad el derecho de los padres a cuidar en igualdad con las madres”, aseguran desde la Plataforma por los Permisos Iguales e Intransferibles por Nacimiento y Adopción (PPiiNA). Pero recalcan que “no será una equiparación por mucho que la llamen así, porque las madres seguirán cuidando a sus bebés más que los padres y durante mucho más tiempo”.
Por su parte, el psicólogo Josevi Baeza, experto en formación y desarrollo personal considera que “la ampliación del permiso de paternidad es un primer avance, imprescindible. Los primeros instantes son cruciales, no sólo para el bebé que acaba de llegar y necesita estar todo el tiempo posible con su madre, sino también para la madre que necesita verse liberada de esas tareas que habitualmente son responsabilidad suya”, explica.
El papel de los abuelos también cobra una importancia vital en nuestra sociedad mediterránea en la que “los abuelos sirven de soporte emocional y sacan mucho trabajo de la casa adelante” apunta Josevi. “Tradicionalmente han sido las abuelas las que han transmitido el arte del amamantamiento en el periodo de lactancia”, insiste el psicólogo.
El debate de la simultaneidad
Un debate paralelo se centra en si la baja por maternidad y paternidad se debe simultanear, es decir, si deben coincidir el padre y la madre al mismo tiempo en ella todo el período hasta un máximo de 8 meses.
"A favor el que en las dos primeras semanas la madre necesitará más ese respaldo por la lógica necesidad de su recuperación física. Más tiempo de ese podria favorecer en algunos casos, no en todos como es obvio, los micromachismo y el “posible “ escaqueo masculino de sus quehaceres", opina José García Marín, profesor de Sociología de la Universidad de Santiago de Compostela.
"En contra el que pueda estar más tiempo con los bebés uno de sus progenitores para no tener que abusar tanto de la red familiar o del servicio de centros de educación infantil", añade. Pero ante todo el sociólogo considera que "es muy necesario el cambio de paradigma y que la sociedad piense más en la ética de los cuidados. Por el momento, todo apunta que la labor de los abuelos seguirá siendo indispensable para muchos modelos famialiares".
Nuevos modelos de cuidados
Aunque poco a poco van ampliándose las opciones de cuidados a través de las guarderías o “nanis”, no son pocas las familias que dejan a los niños en casa de los abuelos desde la mañana a la noche. “Los abuelos están sustituyendo a los padres, y eso es una sobrecarga a veces insostenible, porque la crianza es una tarea agotadora”, sostiene Josevi Baeza.
Así, de sostenerse en el tiempo, los abuelos pueden llegar a sufrir lo que se ha denominado como el síndrome del abuelo esclavo, con síntomas identificados como exceso de responsabilidad, cansancio,estrés y ansiedad.
Una de las alternativas sería la “crianza en tribu”, un modelo horizontal distribuido entre padres, tíos, abuelos, e incluso amigos de la familia, que permitiría distribuir los esfuerzos, pero según los expertos no se está aplicando en la mayoría de las familias.