El acusado de la 'Casa de los horrores' se enfrenta a 36 años de cárcel por torturar a una menor

El acusado del caso conocido como la Casa de los Horrores ya sabe su condena: se enfrenta a 36 años de prisión por violar y torturar durante tres meses y medio a una menor de 12 años con la que se casó por el rito gitano, en Peñaranda, Salamanca. Además, la Fiscalía solicita una indemnización de más de 51.167,46 euros.

El joven está acusado de seis delitos, tres de ellos con agravantes de género y parentesco delito contra la libertad sexual, lesiones, tratos inhumanos y degradantes, maltrato habitual y amenazas. El acusado llegó a quemar a la menor de forma habitual con un soplete para menoscabar "su integridad física y dejar clara su posición de superioridad". Debido a esto, la menor tiene heridas y cicatrices por todo su cuerpo.

"Por el primer delito, contra la libertad sexual, le pide 12 años de prisión y 10 años de libertad vigilada que se ejecutará con posterioridad a la pena privativa de libertad. Por el delito de lesiones, un año de prisión, y por cada uno de los otros ocho delitos de lesiones que se le imputan, dos años de prisión por cada uno. Y por el delito de tratos inhumanos y degradantes, le pide dos años de prisión, por el delito de amenazas otros dos años de cárcel más y por último, por el delito de maltrato habitual, tres años de prisión", detalla La Gaceta de Salamanca.

Se casaron en 2020

El acusado de 21 años, llegó a un acuerdo con un familiar de la pequeña, y se casaron a finales de septiembre de 2020 por el rito gitano. Desde ese momento hasta el 27 de diciembre de ese año, la menor fue forzada a mantener a diario relaciones sexuales: "Por si todo ello fuera poco, la insultaba y la obligaba a dormir en el suelo, le cortó el pelo sin su consentimiento -una actuación muy ofensiva para la cultura gitana- y en una ocasión le tiró un cubo de agua por encima", explica el medio.

Durante este tiempo, la menor estuvo encerrada en una habitación, de la que solo podía salir una o dos veces por semana. Además, solo comía una vez al día, dormía en el suelo y era insultada constantemente. También hubo una agresión física, cuando el 24 de diciembre de 2020, la pequeña recibió un puñetazo en el ojo por dormir en la cama.