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Un desinfectante del agua creado in situ utilizando sólo hidrógeno y el aire que nos rodea es millones de veces más eficaz para matar virus y bacterias que los métodos comerciales tradicionales, según científicos de la Universidad de Cardiff, en Reino Unido, según informa Europa Press.
El equipo, que publica sus resultados en la revista Nature Catalysis, afirma que éstos podrían revolucionar las tecnologías de desinfección del agua y suponen una oportunidad sin precedentes para suministrar agua limpia a las comunidades que más la necesitan.
Su nuevo método consiste en utilizar un catalizador de oro y paladio que absorbe hidrógeno y oxígeno para formar peróxido de hidrógeno, un desinfectante de uso común que se produce actualmente a escala industrial.
Cada año se producen más de cuatro millones de toneladas de peróxido de hidrógeno en fábricas, donde luego se transporta a los lugares donde se utiliza y se almacena. Esto significa que a menudo se añaden productos químicos estabilizadores a las soluciones durante el proceso de producción para evitar que se degrade, pero éstos reducen su eficacia como desinfectante.
Otro método habitual para desinfectar el agua es la adición de cloro; sin embargo, se ha demostrado que el cloro puede reaccionar con los compuestos naturales del agua y formar compuestos que, en dosis elevadas, pueden ser tóxicos para el ser humano.
La capacidad de producir peróxido de hidrógeno en el punto de uso superaría tanto los problemas de eficacia como de seguridad asociados actualmente a los métodos comerciales.
En su estudio, el equipo probó la eficacia de la desinfección del peróxido de hidrógeno y el cloro disponibles en el mercado en comparación con su nuevo método catalítico.
Se comprobó la capacidad de cada uno de ellos para eliminar la Escherichia coli en condiciones idénticas, y se realizó un análisis posterior para determinar los procesos por los que se eliminaban las bacterias con cada método.
El equipo demostró que cuando el catalizador reunía el hidrógeno y el oxígeno para formar peróxido de hidrógeno, producía simultáneamente una serie de compuestos altamente reactivos, conocidos como especies reactivas de oxígeno (ROS), que el equipo demostró que eran los responsables del efecto antibacteriano y antiviral, y no el peróxido de hidrógeno en sí.
El método basado en el catalizador demostró ser 10.000.000 de veces más potente para matar las bacterias que una cantidad equivalente de peróxido de hidrógeno industrial, y más de 100.000.000 de veces más eficaz que la cloración, en condiciones equivalentes.
Además, el método basado en el catalizador demostró ser más eficaz para matar las bacterias y los virus en un espacio de tiempo más corto en comparación con los otros dos compuestos.
Se calcula que unos 785 millones de personas carecen de acceso al agua y que 2.700 millones sufren escasez de agua al menos un mes al año.
Además, un saneamiento inadecuado -un problema para unos 2.400 millones de personas en todo el mundo- puede provocar enfermedades diarreicas mortales, como el cólera y la fiebre tifoidea, y otras enfermedades transmitidas por el agua.
El coautor del estudio, el profesor Graham Hutchings, catedrático regio de química del Instituto de Catálisis de Cardiff, ha declarado: "La actividad bactericida y virucida significativamente mayor que se consigue al hacer reaccionar el hidrógeno y el oxígeno con nuestro catalizador, en lugar de utilizar el peróxido de hidrógeno comercial o la cloración, muestra el potencial para revolucionar las tecnologías de desinfección del agua en todo el mundo".
"Ahora tenemos un proceso probado de un solo paso en el que, además del catalizador, las entradas de agua contaminada y la electricidad son los únicos requisitos para lograr la desinfección".
"Lo más importante es que este proceso ofrece la oportunidad de desinfectar rápidamente el agua en plazos en los que los métodos convencionales son ineficaces, al tiempo que evita la formación de compuestos peligrosos y biopelículas, que pueden ayudar a las bacterias y los virus a prosperar".