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Investigadores de la Universidad de La Rioja, en colaboración con el CIBIR, han desarrollado un tratamiento que permite, a bajo coste, eliminar las bacterias presentes en las mascarillas FFP2. Con esto se pretende erradicar afecciones cutáneas como el llamado maskné: el acné asociado al uso continuado de la mascarilla.
El estudio ha sido llevado a cabo por el Grupo de Investigación 'Projects, Plasma and Machine Learning (P2ML)' del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de La Rioja, en colaboración con los de Microbiología Molecular y Neurobiología Molecular del CIBIR. El tratamiento no afecta a las propiedades físico-químicas de respirabilidad y filtración tras la aplicación de cinco ciclos de desinfección con plasma, permitiendo su reutilización segura.
La investigación se centró en la desinfección de bacterias presentes en las mascarillas FFP2 mediante la tecnología del plasma atmosférico frío. Estas bacterias son las responsables de enfermedades cutáneas como el maskné, cuya incidencia aumentó significativamente durante la pandemia de la COVID-19.
Por otro lado, también se estudió la reutilización segura de las mascarillas FFP2 (hasta en 5 ocasiones), lo que supondría una significativa reducción de residuos y el ahorro de recursos empleados en su fabricación. Hay que recordar que unas 3 millones de mascarillas son desechadas cada minuto.
Durante la primera fase del estudio comprobaron la inactivación de bacterias nasofaríngeas que son las principales causantes de las enfermedades cutáneas derivadas del uso prolongado de mascarillas.
En la segunda fase se comprobó que las propiedades físico-químicas o las características de filtración y respirabilidad no se ven afectadas negativamente por el proceso de desinfección con plasma atmosférico frío durante 5 ciclos de uso, lo cual permite su reutilización.
El plasma atmosférico frío es un método de desinfección en seco altamente eficaz tanto de todo tipo de superficies como del material filtrante empleado en cualquier sector industrial sin que su capacidad filtrante se ve comprometida como ocurre en el caso de los desinfectantes líquidos.
Así, esta tecnología permitiría desinfectar filtros de aire HEPA o filtros absolutos que, durante la pandemia de la COVID-19 se emplearon para la desinfección de numerosas dependencias de uso público: colegios, hospitales, centros de trabajo, quirófanos, medios de transporte, etc.
También durante la pandemia de la COVID-19 aumentó el número de pacientes hospitalizados que necesitaron de ayuda mecánica para respirar que supuso un incremento exponencial del consumo de filtros HME. Estos filtros se instalan en el circuito del respirador para evitar las infecciones. El método de desinfección en seco desarrollado permitiría la reutilización de dichos filtros en situaciones de escasez de los mismos.
En la investigación, dirigida por la profesora del departamento de Ingeniería Mecánica de la UR, Ana Sainz García, han participado los profesores del departamento de Mecánica, del área de Microbiología Molecular del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja y del área de Neurobiología Molecular del CIBIR.