Los prospectos en papel de los medicamentos podrían tener los días contados y ser sustituidos por códigos QR. Evidentemente, esta reforma, que prepara la Comisión Europea y que debería estar lista el próximo año, no ha sido bien acogida por toda la ciudadanía, ya que, de nuevo, no se ha tenido en cuenta que las personas más vulnerables y con menos conocimientos tecnológicos, que no tendrían acceso a una información tan relevante y esencial para su salud.
Ahora bien, la Comisión Europea quiere dar libertad a los países para decidir cómo y cuándo realizar esta transición. Una de las opciones que se está barajando es que este cambio comience en los hospitales, donde son los propios sanitarios, y no los pacientes, quienes manejan los medicamentos.
España es uno de los países que ha optado por esta posibilidad, y de hecho la Agencia Española del Medicamento, dependiente del Ministerio de Sanidad, ya está trabajando en un proyecto piloto para evaluar los beneficios de eliminar este papel de las cajas de los medicamentos.
Eso sí, para que esto suceda, los hospitales tendrán que digitalizarse y empezar a incluir la captura automatizada del código concreto del medicamento, que permita leer, dispensar, administrar o elaborar aquellas preparaciones más complejas sin problema.
En el proyecto participan también la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), en coordinación con la Vocalía de Hospitales del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos), y una serie de compañías farmacéuticas, integradas en Farmaindustria, además de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG). Lo que quieren es que una serie de medicamentos que se utilizan en el ámbito hospitalario, dejen de incluir el prospecto en papel. De esta manera, solo habrá que escanear un código Datamatrix no serializado que se encontrará en el acondicionamiento primario de dichos medicamentos.
El programa anunciado tenía una duración de al menos dos años –plazo que se cumplirá a principios de 2024– e incluye una valoración a través de un cuestionario de satisfacción. Dependiendo de los resultados, se ampliará la duración o se añadirán nuevos medicamentos al proyecto.
No es una solución para los mayores
Aunque por el momento es solo una propuesta que en caso de aprobarse en nuestro país comenzaría a aplicarse en los hospitales, en 65YMÁS hemos querido preguntar a las diferentes asociaciones de mayores qué les parece la posibilidad de acabar con el prospecto en papel.
"No me parece una buena idea porque necesitamos el prospecto para saber cuando nos podemos tomar el medicamento. Si se nos olvida lo que comimos hace unos días, ¿cómo nos vamos a acordar de las medicinas que nos tomamos de vez en cuando? Necesitamos el prospecto para poder leerlo y saber si no los podemos tomar, para qué es. Entonces, me parece absurdo", opina Adela Cabezas, presidenta de la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (CONJUPES).
Que el código QR sustituya al papel, tampoco es algo que desde la asociación ven con buenos ojos: "No es una solución para nosotros, porque volvemos al problema de siempre, las tecnologías. Para nosotros siempre será mejor el papel porque vamos a la farmacia, nos dan el medicamento y nosotros ya podemos leerlo para saber cuándo, cómo y por qué nos lo tenemos que tomar, porque para eso son los prospectos. El QR nos es nada factible para nosotros, los mayores", sentencia Cabezas.
También Josep Carné, presidente de la Federacio d'Associacions de Gent Gran de Catalunya (FATEC), se sitúa en la misma línea que CONJUPES: "Es una vergüenza porque en vez de ayudarnos a las personas mayores y facilitarnos el contenido del prospecto, haciéndolo más esquemático, por ejemplo, lo complican más, y además con un QR".
Carné hace un apunte importante ante la posibilidad de que el QR llegue para quedarse: "Para poder abrirlo se necesita un teléfono inteligente, y no todos los mayores cuentan con uno o saben como hacerlo".
Los mayores no son los únicos que no ven con buenos ojos este cambio, y el responsable del área de Divulgación Científica el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Carlos Fernández Moriano, rechazaba esta semana la retirada de los prospectos en los envases de los medicamentos, pero se mostraba a favor de incluir el código QR.
"En el caso de los medicamentos de dispensación en farmacia, la reducción de esta información a formato electrónico sólo puede ser una alternativa como complemento al prospecto porque la mayor parte de los pacientes tienen edad avanzada y están polimedicados, por lo que podría haber problemas de acceso a la información", ha zanjado.
De hecho, desde CEOMA, su Gerente, Javier García Pérez, nos ha explicado como la asociación y el Colegio de Farmacéuticos han estado trabajando conjuntamente para que la convivencia entre el papel y el QR sea una realidad que beneficie a todos los ciudadanos: "Les hemos ayudado a desarrollar una app que permite ver todo lo que indica el prospecto, más información adicional de una manera entendible para las personas que somos nuevas en la materia, con una letra adecuada, y no como viene en papel", explica.
Eso sí, "suprimir el papel cuando todavía hay gente que tiene dificultades con las nuevas tecnologías, no se puede hacer", opina García.
El prospecto necesita cambiar
No obstante, y como ya adelantaban tanto CEOMA como el Colegio de Farmacéuticos, la convivencia de estos dos formatos, sería la mejor de las posibilidades. Aunque eso sí, ya que se van a incorporar novedades, es el momento de modificar el prospecto tradicional: "Lo que tenemos que hacer es suprimir toda la información que no sea necesaria, y la que sea relevante dejarla, pero con una letra que sea legible porque con el tamaño actual, no hay quién lo lea", apunta el gerente de CEOMA.
"Del papel hay que modificar la letra y debería aparecer solo la información necesaria y con un lenguaje entendible, porque no todo el mundo tiene conocimientos de medicina", matiza García.
La Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC), opina lo mismo: "Los prospectos en el formato en que están actualmente son de poca utilidad. Aun así, creo que los medicamentos deben contener información útil para el paciente, pero de una forma más concreta, más clara y más legible. Porque sobre todo el tamaño de la letra dificulta mucho que personas, sobre todo mayores, puedan visibilizar bien lo que dicen".
"Simplificarlo en cuanto a qué es lo que necesita saber el paciente: cuándo tomarlo, si tiene que hacerlo con comida o sin comida, cuáles son las dosis máximas para que no se equivoquen, si es incompatible con otros medicamentos... Una información básica deberían contener y en formato papel. Porque se está hablando de ponerlo en formato QR, y claro, todas las personas que no saben cómo funciona bien este sistema, terminaría siendo una forma más de discriminación. Yo creo que sí que debe haber una información escrita, pero cambiando el formato actual", matiza.
No obstante, hay quién piensa que la eliminación de este papel es más un alivio, que un problema: "Yo creo que los prospectos no ayudan. Si el doctor te prescribe bien la posología y la hora de la ingesta, no lo necesitas. Muchas veces es mejor no leerlo con la cantidad de complicaciones que enumera", opina otro de los miembros de CONFEMAC.
En la misma línea opinan otros miembros de la asociación que asegura que los prospectos "nos dan miedo y nos asustan" y piensan que "muy poca gente los lee y los entiende". Por eso, les parece bien que los quiten, aunque eso sí "que pongan el QR".
"Los hospitales a día de hoy están bastante digitalizados y a la hora de preparar la medicación, las enfermeras no miran el prospecto, porque ya viene dispensado de farmacia, y, por tanto, no lo necesitan. Y si nos hiciera falta en algún momento dado, está el servicio de farmacia del hospital o las aplicaciones que hay, se puede mirar la información", explica otra de los miembros de esta asociación.
Aunque añade: "Otra cosa serían los prospectos de dispensación farmacéutica que se hace a la población general. Ahí hay una población mayor o no mayor, que no dispone o no tiene la posibilidad, o que incluso no quiere verlo a través de los códigos QR, aunque ahí también están los servicios de farmacia para dar la información. Pero claro, tenemos que tener en cuenta que hay personas que no van a la farmacia porque les llevan los medicamentos, con lo cual, ahí sería muy complicado".
Porque de nuevo, el debate no está en sí la digitalización es buena o mala, sino en sí se está teniendo a una parte de la población que no tiene ni acceso ni conocimientos tecnológicos, y que necesitan tener disponible toda la información relativa a su medicación.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.