Santalucía, la aseguradora líder en protección familiar, presenta el I Informe Santalucía de Tendencias e Innovación Seniors y Silver Economy, elaborado por el área de Innovación Corporativa del grupo asegurador en colaboración con Vecdis. Este informe hace un análisis del panorama actual de las personas mayores, abordando su papel en la sociedad, las necesidades que surgen a consecuencia de la edad o el reto del envejecimiento activo, entre otras cuestiones, y destaca una serie de tendencias tecnológicas que ofrecen soluciones a los problemas diarios y expectativas tanto de los Séniors (entre 55 y 80 años) como de las personas que integran la Cuarta Edad (de 80 en adelante).
El informe revela que el nuevo consumidor senior representa una oportunidad única para crear productos y servicios innovadores que ayuden a las personas mayores a medida que envejecen, pero también ha propiciado la aparición y proliferación de nuevos agentes tecnológicos para disfrutar de la independencia y la libertad que tanto demanda esta generación.
Hay cuatro grandes temáticas en innovación sénior, en función del objetivo que persiguen: las dirigidas al cuidado de la salud, que les permiten mantener su
nivel de vida actual; las dirigidas a ofrecer servicios de telemedicina, que reducen significativamente su exposición al riesgo; las dirigidas a mitigar la soledad y/o impulsar su independencia; y, finalmente, las dirigidas a la planificación financiera, para que puedan vivir sin preocupaciones económicas.
En este ecosistema senior se pueden encontrar desde soluciones puramente tecnológicas, hasta otras que hacen un uso residual de la tecnología, además de las que no incorporan ningún elemento tecnológico, dando lugar a un mercado muy fragmentado.
En cualquier caso, tecnologías como los asistentes de voz, sensores de movimiento, la inteligencia artificial y los wearables son los que más destacan en el entorno senior, y se enmarcan en el Connected Wellness, combinando dispositivos digitales con análisis de datos para proporcionar un entorno seguro y una atención personalizada en caso de ser necesario.
“Las compañías aseguradoras debemos adaptarnos a los cambios que se están produciendo en la forma de vida de las personas mayores, en sus necesidades y expectativas. En el momento actual, se nos presenta la oportunidad de dar respuesta al reto de longevidad que se incrementa con el envejecimiento activo demográfico global. Y, para ello, la tecnología y la innovación son claves, ya que contribuyen a mejorar su bienestar y rediseñar la vida dando soluciones eficaces que de otra manera no podríamos abordar”, explica Ángel Uzquiza, Director Corporativo de Innovación del Grupo Santalucía.
En cuanto a las soluciones de salud, los seniors buscan unos cuidados de carácter preventivo, mientras que la cuarta edad requiere de unos cuidados reactivos. Por ello, este ámbito pone al servicio de los usuarios soluciones que giran en torno a la necesidad de cuidados, la teleasistencia o el ejercicio físico y cognitivo. Gracias a sistemas de videollamada o chat e, incluso, a la inteligencia artificial, los mayores pueden ser atendidos en tiempo real o concertar citas médicas según sus necesidades.
Otra de las realidades que caracteriza a los mayores, especialmente a la cuarta edad, es la falta de independencia y la sensación de soledad. La mayoría de las soluciones que encontramos en el mercado para este ámbito, ofrecen alivio en las dos vertientes, facilitando la vida independiente de los mayores y aportando una mayor sensación de compañía, disminuyendo así la soledad padecida.
Silver Economy
Este nuevo concepto económico se utiliza para referirse a la economía que se mueve en torno a la población mayor de 50 años y que, según cifras de la Comisión Europea, cuenta con un poder de consumo equivalente a la tercera economía del mundo. Pero más allá del poder económico que pueda tener esta población, es importante por el peso que tiene en España, donde la población está muy envejecida. De hecho, según el INE, la esperanza de vida al nacer en España ha aumentado en 10 años desde 1975, pasando de ser 73,47 años a 83,59 años en 2019.
Además, la principal preocupación en estas edades es la gestión que se hace de la situación económica y, en este sentido, algunos servicios son útiles para disminuir los desafíos que enfrentan las familias ayudando a las personas que no pueden gestionar sus finanzas de manera independiente. La planificación financiera, la información y los recursos educativos pueden ayudar a los Séniors a mantener una buena salud financiera. Muchos pueden no ser conscientes de la amplia variedad de servicios disponibles para ellos.