Sociedad

Advierten de la relación que existe entre el estilo de vida y la fragilidad cognitiva en mayores

María Bonillo

Foto: Bigstock

Jueves 30 de noviembre de 2023

4 minutos

Este estudio arroja luz sobre factores que se pueden modificar para actuar de forma preventiva

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María Bonillo

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Jueves 30 de noviembre de 2023

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El estilo de vida y la fragilidad cognitiva podrían estar relacionados más de lo que hasta ahora se pensaba. Así lo ha revelado un nuevo estudio, publicado en la revista Frontiers in Aging Neuroscience y liderado por las investigadoras Cristina Casals, de la Universidad de Cádiz (UCA), y María Ángeles Vázquez, de la Universidad de Málaga, tras analizar los factores de salud asociados a la fragilidad cognitiva en personas mayores de 65 años. 

Con la idea de que la fragilidad cognitiva "unifica fragilidad física y deterioro cognitivo leve en personas mayores" y que "está asociada con un elevado riesgo de resultados adversos para la salud, incluyendo depresión, caídas, hospitalización, disfunción e incluso mortalidad prematura", este estudio contó con la participación de 233 personas mayores de 65 años a las que se evaluó y calificó como frágiles o con riesgo de fragilidad. 

Las investigadoras midieron diferentes aspectos, como el deterioro cognitivo, los niveles de actividad física o inactividad, el estado nutricional o la calidad de vida, según indica la Universidad de Cádiz (@univcadiz) en un comunicado. De todos ellos, el 23,6% presentaban fragilidad cognitiva

 

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"Hemos observado que la fragilidad cognitiva se asocia significativamente a la edad avanzada, un mayor número de caídas en el año anterior y la dependencia de un dispositivo de movilidad para caminar", explican. Además, señalan que los participantes con fragilidad cognitiva "eran más propensos a experimentar agotamiento durante la semana" y "tenían un mayor tiempo de inactividad".

"La edad sigue siendo un factor clave asociado con el deterioro cognitivo de la población más mayor. Sin embargo, nuestros resultados también arrojan luz sobre varios factores que pueden ser modificables y sobre los que podemos actuar de forma preventiva", indican las investigadoras, destacando la importancia de la actividad física y el estado nutricional para reducir el riesgo de fragilidad cognitiva. 

Es por ello que consideran necesario incorporar la actividad física moderada de forma regular en las estrategias de prevención y gestión

"Podemos destacar que determinados parámetros psicológicos analizados, como el agotamiento y la fatiga autodeclarados, junto con los indicadores de fragilidad física, como la fuerza de prensión de la mano, son factores de riesgo para la fragilidad cognitiva a tener en cuenta de ahora en adelante", afirman. 

De esta forma, al centrarse en aspectos como "el estado nutricional, la calidad de vida y la actividad física, y teniendo en cuenta los factores psicológicos", aseguran en el estudio que "las intervenciones sanitarias pueden tratar de mitigar el riesgo y el impacto de la fragilidad cognitiva en el bienestar general y la independencia de las personas mayores". 

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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