Sociedad
La AEMET explica por qué no debes fiarte de los termómetros de la calle
Estos aparatos cuentan con un sensor interno
Muchas veces caminamos por las calles y sufrimos por las altas temperaturas que nos hacen sudar en cada paso que damos. Simplemente queremos llegar a casa y poder refrescarnos con un ventilador, aire acondicionado, o darnos una ducha de agua fría.
Mientras caminamos por las calles seguramente hemos visto los termómetros que suelen indicar una temperatura muy alta. Muchas veces nos sorprendemos al ver que marcan hasta 50 grados, pero al ver en nuestro teléfono móvil las predicciones de la AEMET, esta suele ser inferior.
Si bien es cierto que las temperaturas pueden ser muy altas, lo real es que estos termómetros no son del todo representativos. En alguna ocasión puedes ver que uno señala 48 grados, cuando los registros dicen que estamos a 38 grados. Esto tiene una explicación.
Los termómetros de la calle no están midiendo la temperatura del aire. La temperatura oficial de la AEMET se mide sobre la base de una normativa y regulación precisas en todo el mundo.
Estos termómetros que vemos en las calles cuentan con un sensor eléctrico que está situado en el interior de un cubículo metálico, por lo que lo que mide ese sensor es la temperatura del interior del recipiente donde está ubicado. Muchas veces estos cubículos son de color negro, que es un tono que hace que la cifra sea aún más alta.
¿Nunca te has preguntado por qué vemos en los termómetros de la calle temperaturas extremas mayores que las difundidas por AEMET? pic.twitter.com/St0CBhDeLZ
— AEMET Divulga (@AEMET_Divulga) July 16, 2024
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) explica mediante una publicación en la red social X (ex Twitter) la razón principal de las cifras de los termómetros de la calle: “Porque las medidas de la temperatura del aire con un termómetro expuesto al sol directo y sobre asfalto no cumplen con la normativa de la Organización Meteorológica Mundial”.
Por estos motivos, la mejor forma de saber la temperatura real es ver la predicción de la AEMET y no guiarse de los termómetros callejeros, de los coches, o de alguno que tengamos en nuestra casa, porque no siempre te darán la cifra real.
