La menopausia es una de las etapas en la que la mujer sufre más cambios en su cuerpo, tanto hormonales como metabólicos, debido a la disminución de la actividad de los ovarios que provoca una menor producción de estrógenos y progesterona. Al cambiar el metabolismo, también cambia el balance energético y la composición corporal. Suele aparecer en torno a los 50 años y los síntomas pueden empezar varios años antes y durar meses o incluso años después.
Es en esta etapa en la que se ha centrado un nuevo estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association, y que ha determinado que después de la menopausia, 1 de cada 4 mujeres puede desarrollar ritmos cardíacos irregulares (conocidos como fibrilación auricular), principalmente debido al estrés y al insomnio.
Se conoce la fibrilación auricular (FA) a la arritmia cardíaca más común con alta prevalencia, morbilidad, mortalidad y carga económica. Más allá de los factores de riesgo tradicionales de FA, como la edad avanzada, "aún no se comprende bien cómo estos factores psicosociales altamente prevalentes pueden afectar la FA en mujeres posmenopáusicas", explicaban los investigadores del estudio.
Es por ello por lo que llevaron a cabo este análisis retrospectivo de 83.954 mujeres posmenopáusicas, con una edad media de 63,9 años, de la Women's Health Initiative.
Durante los casi 10 años que se realizó el seguimiento, se detectaron 23.954 casos de fibrilación auricular incidente, un 25%. En este sentido, los investigadores detectaron dos grupos de variables psicosociales "altamente correlacionados". Estos fueron el grupo de estrés, que "incluía eventos vitales estresantes, síntomas depresivos e insomnio", y el grupo de tensión, que "incluía optimismo, apoyo social, tensión social, hostilidad cínica y expresividad emocional".
Observaron que "el insomnio y los acontecimientos vitales estresantes se asociaron más fuertemente con una mayor incidencia". Más concretamente, el riesgo de sufrir fibrilación auricular aumentaba en un 4% y un 2%, respectivamente, por cada punto adicional.
Estos resultados "apoyan nuestra hipótesis de que los predictores psicosociales explican el riesgo adicional de FA por encima y más allá de los factores de riesgo de FA tradición", aseguraban. Sin embargo, concluían que "se necesitan más investigaciones prospectivaspara confirmar estas asociaciones y evaluar si las intervenciones personalizadas para aliviar el estrés basadas en el perfil del grupo de estrés/tensión de cada individuo pueden modificar el riesgo de fibrilación auricular".
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.