Agua del grifo o agua embotellada: ¿cuál es la mejor opción?

¿Agua del grifo o agua embotellada? Seguramente en algún momento habremos dudado sobre cuál es la mejor opción. Es una de las acciones más básicas y necesarias que realizamos varias veces a lo largo del día, incluso aunque no tengamos sed. Y es que el agua es el componente mayoritario que conforma nuestro cuerpo (más del 60% del peso corporal de un adulto es agua), además de ser un nutriente necesario para el organismo. Pero cuál es la mejor forma de satisfacer nuestra, ¿beber agua del grifo o mejor embotellada?

Un ser humano no puede pasar más de 3 días sin beber agua. Por lo general, es necesario ingerir entre 1,5 y 2 litros de agua al día, aunque la cantidad exacta varía según la persona y otros aspectos, como su peso corporal, la actividad física que realice o la temperatura ambiente. 

Según estudios realizados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), beber agua del grifo suele ser mejor opción que beber agua embotellada, aunque dependerá de la zona en la que nos encontremos. Así, en la mayoría de las poblaciones españolas, el agua del grifo es de buena calidad y no tiene contaminantes. Sin embargo, señalan que "un buen porcentaje" de consumidores se decantan por el agua mineral embotellada, debido al mal sabor o la dureza del agua corriente en su zona.

En cualquier caso, señalan que el consumo de agua del grifo y agua embotellada "están muy a la par", y es que el 46% de los encuestados beben todos los días agua embotellada, mientras que el 56% prefiere el agua del grifo. 

La dureza del agua, provocada por su contenido en sales de cal y magnesio, es lo que hace que tenga un mal sabor. Según indica la OCU (@consumidoresocu), las zonas de España donde el agua es más dura es en Almería, Murcia, Valencia, Islas Baleares, Tarragona y Aragón. Mientras que las zonas de España que tienen la mejor agua del grifo se corresponde con el norte del país, principalmente Galicia, País Vasco, Castilla y León, Canarias, Extremadura, Alicante y Madrid.

La opción más sostenible y económica

Si tenemos en cuenta que el precio medio del agua mineral envasada es de 0,21 euros por litro, según el Ministerio de Agricultura, al año podemos llegar a pagar unos 150 euros por el agua embotellada, a lo que se suma su impacto sobre el medio ambiente. Por su parte, el agua del grifo solo supone un gasto de poco más de 1 euro al año. 

Por tanto, beber agua del grifo, siempre que sea posible, será la opción más económica y sostenible. Si no es posible y necesitamos comprar agua embotellada, es importante diferenciar las características de cada una.

Agua mineral natural, agua de manantial o aguas preparadas. Actualmente podemos encontrar distintos tipos de aguas embasadas, cada una con características diferentes. En el primer caso, se trata de agua subterránea, por lo que es pura en origen. Su composición mineral es constante, es decir, que es siempre la misma, y deben ser analizadas periódicamente para demostrar la constancia de su composición. En el segundo caso, se trata de aguas subterráneas también, pero su composición mineral no es constante, por lo que puede variar, y solo deben ser analizadas una vez antes de comercializarse. Mientras que las aguas preparadas son aguas que se han tratado para hacerlas potables o aguas de abastecimiento público preparadas, es decir, aguas del grifo envasadas. 

En España, el 96% del agua envasada que se vende es agua mineral natural. Pero según el análisis de la OCU, el agua del grifo es la mejor opción, ya que es la opción más económica, sostenible y de calidad. En este sentido, consideran que debería fomentarse su consumo siempre que fuese posible, para lo cual sería necesario la colaboración de supermercados y hosteleros, para que ofrezcan agua embotellada de la zona o una jarra del grifo a los clientes como primera opción; de la administración, indicando en las aguas minerales su composición analítica; y de los consumidores, para que consuman, siempre que sea posible, agua del grifo. 

Cómo conservar adecuadamente el agua embotellada

Aquellas personas que, por las circunstancias que sean, se decidan por consumir agua embotellada, deben tener en cuenta algunos aspectos para su correcta conservación, ya que el agua es un alimento también, por lo que es necesario almacenarla en condiciones higiénicas adecuadas. Esto significa que es deberemos guardarlas en un lugar limpio, sin exceso de humedad ni presencia de olores, lejos del sol y las altas temperaturas, y en otro lugar que no sea el suelo. 

Del mismo modo que con cualquier alimento, también tendremos que comprobar la fecha de consumo preferente y, una vez abierta la botella, consumirla en 2 o 3 días. Asimismo, es importante no reutilizar este tipo de botellas, ya que, una vez abiertas, quedan expuestas al crecimiento de microbios y el plástico puede afectar la calidad del agua conforme pasa el tiempo.