Julio Castro es un profesor de matemáticas de Los Ángeles, California. Para llegar a su trabajo, se levanta todos los días a las 4 y media de la mañana, y regresa a su casa a las 21:30 horas, cuando sus tres hijos ya están dormidos. Su dedicación a sus alumnos es lo que le ha hecho ganarse el aprecio de todos ellos, que aunaron fuerzas para conseguir comprarle a su profesor un coche con el que podrá realizar ese viaje diario en menos tiempo.
La sorpresa, grabada por los alumnos y recogida por varios medios estadounidenses, ha llamado la atención en las redes sociales, donde se han compartido vídeos e imágenes de lo ocurrido ese día.
Castro, profesor muy querido por sus alumnos, tenía que viajar casi cuatro horas todos los días en autobús, metro y scooter para llegar al trabajo, a la escuela secundaria de Yula Boys School, en Los Ángeles. El profesor admitía a medios estadounidenses que no tenía ni idea de lo que estaban preparando sus alumnos, y que no encontraba sus esfuerzos particularmente heroicos. Pero su amor por la enseñanza y sus alumnos, que pasaron el verano recaudando más de 13.000 dólares, le ha llevado a ser el protagonista de esta gran sorpresa que le dieron a finales del mes pasado en el campus.
Con la excusa de que estaba asistiendo a una reunión de agradecimiento a los profesores de la escuela, Castro llegó sin saber lo que iba a suceder. Primero hubo testimonios en vídeo, después un desfile de cañones de confeti y, para terminar, el gran regalo de un Mazda 3 que ayudaría al profesor a realizar más fácilmente su viaje diario.
"Se asegura de dedicar todo el tiempo a los estudiantes", explicaba uno de los estudiantes. "Se salta la hora del almuerzo para ayudar a un estudiante y se queda después de las clases. También ayuda a los estudiantes que no están en sus clases. Está muy, muy, muy dedicado a nuestro futuro".
Los padres de los alumnos también ayudaron con la recaudación a través de Instagram y Facebook. "Lo hice lo mejor que pude", contaba Castro tras recibir la sorpresa. "Siempre les decía: cuando la vida no va como queréis, ¿qué hacéis? No llores por eso. No te quejes por eso. Solo sé agradecido por lo que ya tienes, y luego sigue adelante. Y un día algunas cosas buenas sucederán. Y esta es la prueba".
Castro, de 31 años y primero de su familia en graduarse de la escuela secundaria y la universidad, considera que una persona no debe hacer las cosas con la intención de ser recompensada, sino "porque viene de tu corazón". En cuanto a sus alumnos, explicaba cuál es su método de enseñanza, que le ha labrado tantas muestras de aprecio: "Haz que se motiven para que no necesiten pedir ayuda. Porque no se trata solo de saber la respuesta, se trata de cómo llegar a la respuesta. Las matemáticas son una habilidad que se aprende con la práctica y la dedicación, y mientras las respetes, serán respetuosas contigo. Y no te preocupes por la nota, se notará con el tiempo".