Sociedad

Amalia, voluntaria que acompaña a mayores en soledad: "A mí también me ha cambiado la vida"

María Bonillo

Foto: Grandes Amigos

Lunes 31 de julio de 2023

9 minutos

Se ha encontrado con situaciones "muy duras y tristes"

Amalia, voluntaria que acompaña a mayores en soledad: "A mí también me ha cambiado la vida". Foto: Grandes Amigos
María Bonillo

Foto: Grandes Amigos

Lunes 31 de julio de 2023

9 minutos

Verano, una de las peores épocas para los mayores en soledad: "En lugar de disfrutarlo, lo sufren"

Victorina, mayor de Grandes Amigos: "Me han hecho vivir y salir del pozo de la soledad"

 

El creciente impacto de la soledad no deseada en la sociedad actual es tal que incluso ha llegado a considerarse una "pandemia invisible" o la "pandemia del siglo XXI", y aunque no es un problema exclusivo de las personas mayores, sino que afecta a toda la población, los más mayores llegan a sufrirla en mayor medida en épocas señaladas del año, como Navidad o durante estos meses de verano, en los que ven cómo su escasa red social se reduce debido, en este caso, a las vacaciones. Esto, sumado a las altas temperaturas, hace que muchas de estas personas apenas salgan de sus casas, llegando incluso a no hablar con nadie en días

En este sentido, el apoyo vecinal y la solidaridad ciudadana resultan de gran importancia como "antídoto frente a la creciente soledad". Es algo que tienen muy claro desde la ONG Grandes Amigos (@GrandesAmigos__) y la plataforma digital Nextdoor (@Nextdoor), dos organizaciones que se han aliado, desde diferentes ámbitos, con el objetivo de desarrollar redes de apoyo vecinal con las que ayudar en verano a las personas mayores en barrios y ciudades, ofreciendo un "abanico de opciones" a los interesados. 

Así, mientras que la ONG ofrece acompañamiento afectivo y socialización a personas mayores solas, la plataforma digital trabaja conectando a personas y organizaciones en los barrios. En su colaboración con la ONG, también da visibilidad y anima a su comunidad a colaborar como voluntarios y en la campaña de recaudación de fondos que organizan para sufragar excursiones y minivacaciones a 130 personas mayores en soledad o situación de vulnerabilidad. 

Una experiencia "enriquecedora"

Amalia Castro es una de las voluntarias que colabora con Grandes Amigos para combatir esta soledad no deseada que sufren las personas mayores. En un primer momento, comenzó como donante, con una aportación económica todos los años, sin embargo, el año pasado decidió dar un paso más y empezó a colaborar más activamente con la ONG. 

"Me asignaron a una persona mayor que vivía por mi barrio, y empecé a ser acompañante emocional, que consiste en visitar, hacer llamadas y realizar un seguimiento más emocional y personal para saber cómo está la otra persona", explica a 65YMÁS, asegurando que está siendo "una experiencia muy enriquecedora". 

Mercedes tenía 94 años y, a pesar de que tenía cuatro hijos, "se sentía muy sola", explica Amalia, "aunque en realidad los hijos estaban bastante pendientes". Así que ella se convirtió en su acompañante y entre las dos decidieron las rutinas y las actividades que más les gustaban. "Va en nuestras preferencias, lo que decidamos y lo que puedan hacer. Ellos mandan, sin ninguna duda". 

"Con Mercedes, por ejemplo, que nunca salía a cenar ni nada, me dijo una vez que le gustaba mucho la pizza, así que un día le propuse ir a comer a una pizzería y aceptó. Cuando le pusieron el plato delante, se echó a llorar de la emoción". 

"Realmente ves el retorno en los mayores", señala. "Son gente que, a veces, tienen un nivel de soledad muy grave, están solos o se sienten solos, aunque tengan familia, y son muy agradecidos". 

El proyecto intergeneracional de Sagunto para combatir la soledad de los mayores

Pero colaborar con Grandes Amigos también ha supuesto un cambio para ella. "A mí me ha cambiado la vida, porque siempre había tenido mucha sensibilidad con la gente mayor. Yo no tengo abuelos desde hace muchísimo tiempo, y es verdad que es una carencia que tenía, que notaba que me faltaba algo, así que cuando me enteré de lo que hacía Grandes Amigos, dije: esto me gusta y creo que es lo que necesito". 

Amalia no se equivocaba, y encontró así la satisfacción de ayudar a otros, también nuevas amistades. "Es un proyecto para ellos, para acompañarles, pero he de reconocer que a mí también me ha aportado muchísimo. Es una experiencia supergrata". 

"Ya no acompaño a la persona que acompañaba el año pasado", explica. "Su estado de salud empeoró y sus hijos decidieron que fuese a vivir con ellos. Afortunadamente, tenía familia que más o menos se preocupaba". Pero sigue colaborando con la ONG, gracias a la cual, ahora ha conocido a Victoria, o Victorina, como la llaman sus amigos. 

Días e incluso semanas sin hablar con nadie

Ambas se conocieron en una de las vacaciones de verano que organiza Grandes Amigos para que las personas mayores puedan salir de casa y "vivir experiencias saludables y significativas", fomentando la creación de nuevos vínculos de amistad entre personas de una misma zona para que puedan socializar el resto del año. Todo a través de la convivencia con otros mayores y voluntarios en hoteles adaptados y rodeados de naturaleza, como el que disfrutaron en Navacerrada, donde viajaron hace unas semanas. 

Para Amalia era la primera vez que participaba en algo así, pero asegura que cuando se lo propusieron "no me lo pensé dos veces, miré mi agenda y me apunté, y no me arrepiento de nada, la verdad, porque fue increíble". 

Fue un fin de semana muy especial para Amalia, quien asegura que repetirá la experiencia, aunque explica que "también fue duro, porque estamos acostumbrados a trabajar, a colaborar y ayudar a una sola persona, pero ahí éramos un grupo de casi 15 personas mayores junto a sus acompañantes. Compartimos dos días de mucho hablar y te encuentras con situaciones muy tristes, gente con mucha necesidad de hablar porque, a lo mejor, llevan días o incluso semanas sin hablar con nadie. Pero enseguida empezamos con las risas, porque todo estaba muy orientado a que pasaran un buen momento. Por eso fue un fin de semana precioso, porque ellos también fueron muy agradecidos y para nosotros los voluntarios fue muy especial". 

Verano, una de las peores épocas para los mayores en soledad: "En lugar de disfrutarlo, lo sufren". Foto: Grandes Amigos

Viaje realizado por Grandes Amigos a Navacerrada

Victorina también es nueva en la asociación y ahora mismo tiene un acompañante emocional telefónico que la llama todas las semanas desde Córdoba. "Es un caso extremo de soledad, porque no tiene absolutamente a nadie, pero está perfectamente y tenía muchísima ilusión de este viaje. Y como necesitaba a alguien de Madrid que la acompañara y pudiera recogerla, y yo me había propuesto participar, pero no tenía a nadie a quien acompañar, me propusieron hacerlo con ella", explica. 

El resultado no pudo ser mejor, admite Amalia. "Semanas antes ya empezamos a hablar por teléfono, a conocernos, y por fin nos vimos el día de la salida. Desde el primer momento fue una relación muy buena, conectamos superbién y nos pasamos todo el fin de semana hablando. A mí me gusta más escuchar que hablar, y a ella más hablar que escuchar, así que encajamos muy bien", cuenta entre risas. 

Victorina se puso totalmente en manos de Amalia. "Me dijo: yo voy contigo, lo que hagas. Así que nos bañamos, hablamos mucho, hicimos actividades, competiciones -y ganamos, algo que le hizo mucha ilusión-. Fue todo un no parar, muy intenso pero muy bonito". 

"La soledad es una losa terrible"

Amalia y Victorina siguen manteniendo la relación después del viaje. "Es una persona estupenda que tiene una soledad muy profunda. Tiene una hermana que vive fuera de Madrid, hablan todas las semanas, pero hace mucho que no se ven. Ella sale a la calle a hablar con la gente de los comercios, va a misa y la gente la llama cuando no aparece, y también tiene la teleasistencia, pero no tiene a nadie más", explica Amalia, compartiendo su intención de seguir en contacto con ella e intentar dar el paso para convertirse oficialmente en su acompañante. "Me llevo a una gran amiga de verdad, que es lo mejor". 

A raíz de su experiencia, Amalia considera que este tipo de iniciativas son un primer paso para combatir la soledad no deseada de muchas personas mayores como Mercedes y Victorina. "Es lo mínimo", apunta.

"Les debemos muchísimo a la gente mayor. La soledad es algo que pensamos muchas veces que es voluntaria y que tampoco está tan mal cuando somos más jóvenes, pero cuando llegas a cierta edad, la soledad es una losa terrible, y no hay nadie con esa edad que quiera estar solo. Lo sufren muchísimo, y creo que este acompañamiento afectivo es fundamental para garantizar la estabilidad y, en cierto modo, las ganas de vivir de la gente mayor. Es un trabajo vital para ellos, sin ninguna duda", concluye. 

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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