Sociedad

Amante, Basilides o Frumencio: los nombres que se están perdiendo en España

Clara González

Foto: Europa Press

Lunes 24 de junio de 2024

5 minutos

Para muchos es una cuestión de tradición e historia, para otros, de modernidad

Amante, Basilides o Frumencio: los nombres que se están perdiendo en España (Europa Press)
Clara González

Foto: Europa Press

Lunes 24 de junio de 2024

5 minutos

Elegir un nombre para los hijos e hijas es una decisión significativa y cargada de simbolismo, que puede influir en la identidad y el sentido de pertenencia del niño o niña a lo largo de su vida. Por esta razón, para muchas madres y padres esta decisión se convierte en algo crucial, y a menudo consideran factores como la tradición, el significado o el origen del nombre. Para otras y otros, es la modernidad y la moda lo que prima a la hora de nombrar a sus descendientes.

Sea por una cosa o por otra, lo que está claro es que, con el paso del tiempo, los nombres vienen y van. De ello da cuenta el hecho de que muchos hayan desaparecido a raíz del transcurso de los años. ¿Qué pasó con Nicéfora, Prepedigna o Sisebuto? En este artículo recordaremos los nombres que se han perdido —o que se están perdiendo— en España, a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Nombres desaparecidos

Muchas personas recordarán a Urraca I de León, hija y sucesora de Alfonso VI, por haber sido la reina de León entre 1109 y 1126. Quién sabe si fue su propia figura la que inspiró a madres y padres para elegir su nombre como el que llevarían sus descendientes.

Pero en la actualidad sucede todo lo contrario. El INE apunta a que no existen habitantes con este nombre o su frecuencia es inferior a 20 para el total nacional (ó 5 por provincia). Las y los progenitores, en este caso, han dejado a un lado la historia de nuestro país como fuente de inspiración.

Lo mismo sucede con 'Serviliana', nombre derivado del latín Servilius, del cual el INE tampoco tiene registros, o con 'Eladina', derivado de la diosa Eladia —figura divina asociada con la belleza y la sabiduría—.

'Nicéfora', 'Prepedigna', 'Domicia' o 'Canuta' tampoco cuentan con registros en el Instituto, así como 'Sisebuto', 'Jocasta' o 'Aprodisio'.

Nombres en proceso de desaparecer

'Fraternidad' es una de las opciones que ven en el horizonte su desaparición, a pesar de su potente vinculación con el término 'Hermandad'. El INE contabiliza 29 mujeres en España con ese nombre, de las cuales la edad media es de 85,3 años

'Acracia' se encamina hacia el mismo destino: hay 32 mujeres que se llaman así, con una edad media de 85,6 años. También 'Afrodisia', con un total de 20 mujeres de 85,3 años de media; 'Acindino', con 20 hombres de 82,9 años de media; 'Frumencio', de los cuales quedan 30 en España con una media de edad de 78,7 años; 'Basilides', con 57 mujeres (80,3 años de media) y 29 hombres (76,5 años de media) o 'Amante', con 30 hombres de 61,7 años de media.

Nuevos nombres que se están haciendo hueco

Amante, Basilides o Frumencio: los nombres que se están perdiendo en España (Europa Press)

Algo que resulta curioso y digno de análisis son los nuevos nombres que se están haciendo un hueco en los registros de España. Y es que muchos de ellos derivan de inspiraciones que nunca nos podríamos haber imaginado:

  • Producciones audiovisuales, como 'Arya' (1.612 mujeres con edad media de 4 años) o 'Daenerys' (257 mujeres con edad media de 4,2 años), ambas de Juego de Tronos;
  • Cantantes, como 'Shakira' (640 mujeres con edad media de 18,6 años), 'Chenoa' (287 mujeres con edad media de 18,8 años), 'Sia' (238 mujeres con edad media de 6,6 años) o 'Adele' (291 mujeres con edad media de 24,7 años);
  • Futbolistas, como 'Ronaldo' (364 hombres con edad media de 36,2 años) o 'Cristiano' (457 con edad media de 35,5 años);
  • Ciudades, como 'Ginebra' (457 mujeres con edad media de 10 años) o 'Paris' (96 mujeres con edad media de 11,7 años).

Con ellos podemos dar cuenta de los cambios de tendencia que tienen lugar en el imaginario colectivo de las madres y padres españoles. Todo apunta a que los nombres, más allá del peso de la tradición, también son una cuestión de moda.

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Clara González

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