Ángel, a punto de zarpar hacia su sueño a los 61 años: dará la vuelta al mundo en barco en solitario

Seguro que todos hemos pensado alguna vez, 'no puedo morirme sin hacer algo en concreto', y aunque alguno de estos sueños son más fáciles de cumplir, como escuchar en directo nuestra canción favorita o viajar a nuestro destino soñado. Sin embargo, hay otros que bien podrían ser sacados de una película. Es el caso de Ángel Bernaldo de Quirós, que a punto de cumplir 62 años en julio, ha decidido soplar las velas a bordo de su pequeño catamarán: “Se me ha metido en la cabeza dar la vuelta al mundo sin escalas y en solitario porque nadie lo ha hecho nunca”, nos cuenta a 65YMÁS.

El viaje comenzará el próximo 1 de julio (nos adelanta que las fechas pueden variar) con una primera en Canarias: “Hasta ahí, llevaré a algunos pasajeros para que compartan la experiencia. Y mi aventura empezará oficialmente a mediados de julio”, nos explica. 

Bernaldo, que se denomina a sí mismo “navegante tardío”, empezó a interesarse por el mundo de la navegación y los barcos en 2018: “Fue un flechazo. Compré el barco en enero de ese año, y en 2019 ya estaba haciendo la típica travesía española por la zona del Levante y Baleares”. En esa ocasión lo hizo acompañado de un amigo, y a pesar de las pequeñas complicaciones que surgieron, lo recuerda como un viaje muy divertido a bordo de su ‘Alicia’, nombre que le puso en honor a su madre fallecida: “Era una mujer aventurera y siempre me transmitió este espíritu. Estoy convencido de que si hubiera llegado a conocer el barco, le hubiera encantado”, opina.

Ese primer viaje supuso un antes y un después para él, aunque no se imaginaba la aventura que está a punto de vivir: “Cuando compré el barco no tenía ni permiso de navegación de recreo, y tuve que pedirle ayuda a un amigo”, comenta. 

Tras esta primera travesía, sin ser aún el ‘capitán’ de su pequeño catamarán, Ángel se sacó el curso que necesitaba para poder navegar, y se fue de viaje con su hijo, que por aquel entonces tenía 16 años: “Desde Canarias subimos hasta Madeira. La sensación me gustó y nos lo pasamos muy bien los dos. Fue entonces cuando empecé a darme cuenta de que podía hacer algo más. Siempre digo que hay que tener cuidado con lo que deseas porque yo tenía tantas ganas de navegar, que el día de Navidad de 2019 me fui de viaje”, nos explica.

Lo que él ni nadie sabía es que meses más tarde llegaría la pandemia del coronavirus, y tendríamos que confinarse en nuestras casas durante unos meses. Para entonces, el catamarán se encontraba en aguas latinoamericanas, concretamente en la zona del Caribe: ”Cuando llegué todo lo que estaba pasando en Europa, estaba llegando allí, y nadie sabía lo que iba a pasar. Cuando me quise volver tuve que quedarme más de un mes porque todo estaba cerrado, y no pude volver a España”. La presencia de más europeos en el país, y la ayuda de la diplomacia, hicieron que pudiera volver y encontrarse con la realidad que en ese momento estábamos viviendo: “Madrid estaba vacío, y mi barco a miles de kilómetros. Hasta 2022 no pude volver a por él”, recuerda.

El viaje de Alicia 

La vuelta a España la hizo en su barco “en época de Huracanes. Fue una locura, pero cuando llegué a España me di cuenta de que me apetecía algo más ‘bestia’. Y por eso voy a dar la vuelta al mundo”.

Provisiones, recursos y alimentos

Una de las dudas más recurrentes en este tipo de viajes es el tema de las provisiones. Porque pasar tanto tiempo en alta mar y sin tierra a la vista, requiere de mucha organización y previsión:“Para los viajes uso satélites digitales y un teléfono satelital que te permite mandar mensajes por WhatsApp , y que me permite ver la previsión meteorológica, pero siempre alguien me avisaba”, aclara. 

En cuanto al menú de su viaje, su dieta se compone de latas, “comida seca”, embutidos al vacío, y aunque no le convence, también tendrá se llevará comida liofilizada, la de los astronautas: “Tengo mucho espacio, y como voy solo, lo llenaré todo de cosas que necesito”, tranquiliza.

Otra de las cosas que Ángel ha tenido en cuenta es el tema del tiempo. Pasar tantas horas solo, sin compañía y sin la posibilidad de atracar en algún puerto: "Hay dos cosas importantes. Una es hacer tu predicción del día. Yo lo que hago es levantarme, desayunar y mirar el tiempo. Y luego está la gestión de la soledad, que es otro de los desafíos del viaje. Yo nunca he estado seis meses de estar solo, y esa sensación es heavy", confiesa.

"Creo que lo voy a llevar bien", piensa Ángel, que no obstante ha pedido consejos a sus amigos psicólogos. Considera que lo importante es tener una rutina y para ello se entretendrá leyendo y escribiendo en su cuaderno de bitácora todo lo que le irá sucediendo, y que iremos contando desde 65YMÁS.

"Hay muchas cosas. La gestión de la soledad es importante, pero hay cosas que hacer. También en el mar hay una vida muy determinada porque te levantas y te acuestas con el sol. No te puedo decir cómo va a ser todo, pero sé que los días en el mar los gestiono bien. Otra cosa será cuando lleve cinco meses", nos termina diciéndonos.

Sin miedo, con ganas y mucha preparación previa, Ángel bordeará los Cabos de Buena Esperanza (Sudáfrica), Leeuwin (Australia) y Hornos (Chile). El recorrido, que comenzará en Lanzarote, rondará las 30.000 millas marinas y tendrá una duración de entre 7 y 8 meses. Volverá al puerto de salida en el hemisferio Norte, sin tocar tierra, y cumpliendo su sueño, y demostrando que la edad no es impedimento para tachar de nuestra lista, los deseos que se nos pasan por la cabeza. 

Toda la aventura de Ángel y su diario de a bordo podrás leerlo en 65YMÁS.

El viaje de Alicia