Un año de los chalecos verdes de Oviedo: "Nos quedan pocos días y esa gente se va a quedar sola"

El confinamiento que trajo consigo la pandemia fue un golpe muy duro para las rutinas de muchos mayores. De pronto, se vieron privados de hábitos que los hacían mantenerse activos. En febrero de 2022, mientras la sociedad recuperaba cierta normalidad, el Ayuntamiento de Oviedo puso en marcha un programa que ayudaría a recuperar esa actividad.

Oviedo te cuida es un plan de empleo que ofrece un servicio de acompañamiento para toda persona que lo necesite. Se trata de una iniciativa nueva en Asturias que, tras un año de funcionamiento, ha ayudado a más de 300 personas de todas las edades.

El equipo está compuesto de 52 miembros. De ellos, 35 son los agentes cuidadores que, ataviados con los característicos chalecos verdes, se han convertido en una ayuda fundamental para muchos vecinos. Acompañan al médico, a hacer la compra, a dar paseos… Todo lo que el solicitante pueda necesitar fuera de su casa.

El plan incluye también a siete dinamizadores que se encargan de animar los barrios. Organizan actividades y potencian el ocio para todo el mundo con una programación anual.

Una comunidad simbiótica

Se trata de un servicio para cualquier persona de la capital asturiana, ya sea por tener una discapacidad que dificulte las tareas diarias fuera de casa o por haber sufrido un accidente u operación. Por eso, según los datos de Carolina Sanz, directora del plan de empleo, encontramos 14 personas menores de 35, 27 entre 36 y 60, 101 personas entre 60 y 70…

No obstante, el grueso de la población que pasea junto a los cuidadores de barrio son mayores comprendidos entre los 80 y 90, con 111 solicitantes, vivan solos o no. Para muchos de ellos, este servicio es la única forma de salir a la calle. La directora señala el caso de una vecina de la ciudad, recién operada, que vive sola y depende de estos chalecos verdes para poder disfrutar de un paseo al aire libre. “Cuando nosotros no estemos, solo va a tener ayuda a domicilio y no va a poder salir a la calle”, se lamenta.

También cuentan con usuarios en residencias. Además de los paseos, les ofrecen compañía para combatir la soledad que afecta a muchos mayores. 

Gracias a este programa, no solo se han beneficiado las personas que han recibido la ayuda. La pandemia también dejó gravemente herido al tejido comercial local de la ciudad. Estos paseos por los barrios han conseguido incentivar el consumo en el pequeño comercio, creando así una red comunitaria más fuerte. “El barrio se alimenta de que haya más movimiento, se beneficia una red más amplia”, reflexiona la directora.

Sentir que pueden hacerlo

“Al principio desconfiaban, no sabían quiénes éramos”, recuerda Carolina. Sin embargo, poco a poco se fueron animando cada vez más personas a dejarse ayudar por los chalecos verdes. “Luego fue el boca a boca”, continúa. “Desde ahí, hemos ido en aumento y hoy en día tenemos unos 1.200 servicios al mes”.

Uno de los efectos más beneficiosos de este programa es que son ellos quienes hacen las tareas, pese a que necesiten compañía. Así lo explica Carolina: “ellos se sienten un poco más autónomos, porque salen, aunque les tengan que acompañar porque no pueden cargar las bolsas, pero ya son ellos quienes hacen la compra”.

La evolución y el impacto positivo del programa en la salud de los mayores ha sido notable. “Tenemos casos de solicitantes que salieron a sus primeros paseos en silla de ruedas, luego con andador y ahora usan bastón”, explica la directora. Recuerda también que existen estudios que relacionan la soledad y el aislamiento con efectos negativos sobre la salud y el envejecimiento.

Uno de los casos más llamativos es el de una vecina de 102 años. “Los compañeros que hacen el paseo con ella se impresionan de su memoria”, relata. Después de un año tratando con estos usuarios, solo han recibido cariño y no ha habido ninguna queja. “Son gente que está mayor, pero son válidos y no podemos recluirles”. 

Una llamada a los políticos

Tras un año de crecimiento, el plan de empleo Oviedo te cuida llegará a su fin el 31 de enero. “Creo que es necesario este proyecto”, comenta. Sin embargo, la directora tiene esperanzas de que se mantenga algún tipo de fórmula para seguir ayudando al usuario, aunque no sea en el marco del plan de empleo. “La gente lo está requiriendo, nos quedan muy poquitos días y esa gente se va a quedar sola”, añade

Se trata de un proyecto, según explica la directora, que apenas requiere material ni infraestructura. Esto significa que el mayor coste es de personal. Por eso, lanza una petición a los políticos para incluir estas demandas en sus programas electorales. “Es algo que es probable que todos vayamos a necesitar”, termina.