Sociedad
Arandilla del Arroyo, el pueblo más envejecido de España y donde todos son inmunes al Covid
La localidad conquense ha alcanzado ya la inmunidad de rebaño
Arandilla del Arroyo, el pueblo más envejecido de España donde los más jóvenes tienen 60 años
Arandilla de Arroyo (Cuenca) se ha adelantado al resto de España –donde sólo el 30% de la población ha recibido una dosis– y ha alcanzado, antes de tiempo, la ansiada inmunidad de rebaño frente al Covid.
Y no es que se hayan contagiado todos de repente. No, su secreto es la edad. En concreto, la clave para que ahora mismo sea uno de los pueblos más seguros del país tiene que ver con que Arandilla es la localidad más envejecida de España –INE, 2017– y con que casi el 100% de sus vecinos superan los 60 años.
Así, estos factores han posibilitado que todos los lugareños hayan recibido su dosis de la vacuna contra el coronavirus, convirtiendo el municipio, en una zona libre de Covid o, al menos, sin casos graves de la enfermedad de personas empadronadas.
La normalidad todavía no llega
No obstante, también es cierto que no ha sido una hazaña muy complicada el vacunar a todo el pueblo, puesto que Arandilla del Arroyo tiene tan sólo 11 habitantes censados.
Además, la mayoría de ellos vive buena parte del año fuera del pueblo –Madrid, Guadalajara, Cuenca, Alcalá de Henares...– y se han inmunizado en sus centros de salud respectivos, porque, como ya es demasiado común en la España Vaciada, Arandilla no tiene consultorio –se desplazan hasta Priego–.
Aun así, que todos estén vacunados no ha significado que los habitantes hayan recuperado la normalidad. “La vacuna da tranquilidad, pero hay gente que sigue teniendo mucho cuidado. Continúan sin juntarse. Vienen para el fin de semana o algún tiempo más, pero se dedican a ir a los olivos y guardan distancia y cierto cuidado", reconoce a 65Ymás el alcalde del pueblo, Rubén Fernández.
“Hasta que el Gobierno y los medios transmitan un mensaje de tranquilidad, nada. Y como subieron en Semana Santa los contagios, percibo que, aunque estén vacunados, seguirán cuidándose todos", añade.
Vuelta en verano
Por ello, aunque ahora haya decaído el Estado de Alarma y las restricciones se hayan relajado en parte, la normalidad tardará todavía en llegar a Arandilla. Al menos, hasta que llegue más gente, previsiblemente, en los próximos fines de semana de mayo –puesto que ya no hay confinamiento perimetral– o ya en julio y agosto, cuando se multiplica por siete la población del municipio.
"En verano supongo que vendrá gente. Tienen ganas de ir, porque tampoco se sabe bien cómo va el tema de los viajes, si hay que hacerse PCR o no para ir al extranjero. Así que la idea es veranear en el pueblo”, comenta Fernández.
La pandemia no se ha notado tanto
Con todo, las restricciones no se han notado mucho en Arandilla. Y es que el único centro social que tenía el pueblo –que hacía de bar– cerró antes de la pandemia y la localidad se ha quedado sin ningún comercio, por lo que medidas como los aforos o limitaciones a las reuniones no tienen mucho sentido en el muncipio que, en invierno, ha estado prácticamente vacío –por el confinamiento perimetral, pero, sobre todo, por la despoblación–.
Es más, el aislamiento del pueblo ha sido beneficioso para sus habitantes y ha hecho que se hayan mantenido toda esta crisis sanitaria libres del virus. Sólo tuvieron un susto en verano de 2020, recuerda Fernández, pero, al final, todos resultaron negativos. "La gente aprovechó para ir al campo o bajar al río. Iba por los caminos a pasear y se sentía más segura”, apunta.
Los paisajes de Arandilla del Arroyo (Cuenca) y de toda la comarca de La Alcarria. Mi tierra bella.#AdoptaUnPueblo pic.twitter.com/cIGNzrnwb7
— Monomadre (@Ely_serc) March 29, 2019
E incluso, el que las restricciones en Arandilla hayan sido menos visibles ha generado un efecto llamada, sobre todo, durante la primera ola en 2020.
“Durante el confinamiento, nos dimos cuenta que gente de Valencia y algunos de Madrid y Alcalá aprovecharon para venir y sentirse más seguros y aislados. Y llegó a haber 20 personas. Pero esta primavera sólo eran cuatro o cinco”, concluye el alcalde.
