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Un nuevo análisis de más de 20.000 árboles de los cinco continentes muestra que los árboles antiguos son más tolerantes a la sequía que los más jóvenes en el dosel del bosque y pueden ser más capaces de soportar futuros extremos climáticos, según publican sus autores en la revista 'Nature Climate Change'. Según el ecologista forestal de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), Tsun Fung Au, becario postdoctoral del Instituto de Biología del Cambio Global, estos resultados ponen de relieve la importancia de preservar los bosques antiguos que quedan en el mundo, que son baluartes de la biodiversidad y almacenan grandes cantidades de carbono que calientan el planeta.
"El número de bosques antiguos del planeta está disminuyendo, mientras que se prevé que las sequías serán más frecuentes e intensas en el futuro -recuerda Au, autor principal del estudio-. Dada su gran resistencia a la sequía y su excepcional capacidad de almacenamiento de carbono, la conservación de los árboles más viejos del dosel superior debería ser la máxima prioridad desde la perspectiva de la mitigación del clima".
Un bosque cada vez joven
Mientras que la deforestación, la tala selectiva y otras amenazas han provocado el declive global de los bosques antiguos, la posterior reforestación -ya sea por sucesión natural o por plantación de árboles- ha dado lugar a bosques dominados por árboles cada vez más jóvenes.
Por ejemplo, la superficie cubierta por árboles más jóvenes (menores 140 años) en la capa superior del dosel de los bosques templados de todo el mundo ya supera con creces la superficie cubierta por árboles más viejos. A medida que la demografía de los bosques siga cambiando, se espera que los árboles más jóvenes desempeñen un papel cada vez más importante en el secuestro de carbono y el funcionamiento de los ecosistemas.
Mapa de la distribución del bosque en nuestro país (Fuente: Juan Carlos Doncel)
"Nuestras conclusiones -que los árboles más viejos del dosel superior son más tolerantes a la sequía, mientras que los árboles más jóvenes del dosel superior son más sensibles a la sequía- tienen importantes implicaciones para el futuro almacenamiento de carbono en los bosques -resalta Au-. Estos resultados implican que, a corto plazo, el impacto de la sequía en los bosques puede ser grave debido a la prevalencia de los árboles más jóvenes y su mayor sensibilidad a la sequía. Pero a largo plazo, esos árboles más jóvenes tienen una mayor capacidad para recuperarse de la sequía, lo que podría ser beneficioso para las reservas de carbono", sugiere.
El Plan de Implementación
El Plan de Implementación de Sharm el-Sheikh, publicado durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 en Egipto (COP27), también reafirmó la importancia de mantener la cubierta forestal intacta y el almacenamiento de carbono asociado como salvaguarda social y medioambiental.
"Estas conclusiones tienen implicaciones en la forma en que gestionamos nuestros bosques. Históricamente, hemos gestionado los bosques para promover las especies de árboles que tienen la mejor calidad de madera -subraya Justin Maxwell, de la Universidad de Indiana, autor principal del estudio-. Nuestros hallazgos sugieren que la gestión de los bosques por su capacidad de almacenar carbono y ser resistentes a la sequía podría ser una herramienta importante para responder al cambio climático, y pensar en la edad del bosque es un aspecto importante de cómo el bosque responderá a la sequía".