Impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, el proyecto Geros nació en abril de 2018 con el objetivo de fomentar el envejecimiento activo y evitar la soledad de los mayores del distrito. Para este fin, se propuso como prioridad el conseguir crear redes y forjar relaciones entre la población de más edad y además, conseguir lo mismo a nivel intergeracional.
Para tal misión, el consistorio encargó la gestión del programa a La Rueca, una asociación que vela por la inserción e integración de las personas en riesgo de exclusión, con casi 30 años de experiencia. Era la primera vez que la ONG se encargaba de dar apoyo sólo a personas mayores, aunque en el pasado ya habían trabajado desde un enfoque intergeracional.
Actualmente, el proyecto está en manos de la trabajadora social especializada en personas mayores Alicia Pestaña que, junto a otras dos compañeras, Laura y Patricia, ambas profesionales de la intervención sociocomunitaria, ayudan a diario a los mayores del distrito desde el Centro de Servicios Sociales Marta Esquivias Tallada. “La finalidad del programa es mejorar la calidad de vida de las personas mayores de 65 años”, comenta entusiasmada Pestaña.
El proyecto se divide en dos subprogramas: uno de ellos pretende fomentar lazos entre la comunidad mayor a través del ocio y el otro trata de tejer redes intergeneracionales para prevenir la exclusión y soledad. Para llevar a cabo el primero de ellos, las trabajadoras sociales organizan "grupos de encuentro de comunicación", es decir, desayunos en los que los participantes se conocen, charlan y deciden qué actividades les gustaría hacer.
Todo depende de la voluntad de los mayores: “Empiezan relacionarse entre ellos y ya luego nos comentan: ‘Queremos organizar visitas a museos o hacer ejercicios de memoria’, por ejemplo”, anota la coordinadora del proyecto, Pestaña. Tras este proceso de deliberación, las profesionales ponen los medios necesarios para poder realizar las actividades.
En el centro, tambien hay lugar para las personas que sólo quieren charlar. La asistencia a los talleres o las escapadas no son obligatorias y la participación puede no ser constante. “Quien quiera y pueda se apunta. Es todo muy flexible. El espacio ésta para disfrutarlo”, argumenta.
Una red de protección para personas mayores
La segunda “pata” del proyecto Geros consiste en crear una red intergeneracional entre los vecinos del distrito para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Los residentes de Chamberí, que así le deseen, pasan a ser los ojos de la asocación y, además, hacen labores de difusión. La dinámica que siguen es la siguiente: “Las tres miembros del equipo nos acercamos periódicamente a establecimientos estratégicos de la zona como clínicas auditivas, farmacias o mercados tradicionales y les explicamos el proyecto Geros, además de dejarles material de difusión”, cuenta Pestaña. Gracias a esta práctica, los comerciantes, que suelen ver a diario a los mayores, pueden detectar posibles situaciones de soledad, problemas de exclusión social u otras emergencias. Además, es útil para dar a conocer el programa y conseguir así que más mayores del barrio se animen a apuntarse a los talleres y actividades.
Los colaboradores son bienvenidos
“Nos llegan constantemente candidaturas de personas que quieren colaborar con nosotras”, comenta Pestaña. Sea de la edad que sea o tenga la profesión que tenga, toda ayuda es bienvenida. “El otro día vino una guía del museo Sorolla que quería organizar visitas para mayores de manera altruista”, pone como ejemplo.
Los colaboradores de Geros se encargan también de ejercer como informadores, en sus distintas comunidades de vecinos, y de dar difusión al proyecto. Asimismo, pueden ayudar a organizar las actividades de ocio. “El otro día, un señor que acababa de jubilarse nos llamó porque quería ayudar a personas mayores y nosotros le asesoramos para que pueda hacerse colaborador en la especialidad de tareas de acompañamiento”, explica Pestaña.