El País Vasco se prepara para una campaña electoral autonómica sin precedentes, en medio de la desescalada por la crisis del coronavirus y en la que la opción del voto por correo se ha multiplicado por ocho en las primeras semanas. Los diferentes candidatos a lehendakari medirán sus fuerzas en la convocatoria extraordinaria del próximo 12 de julio, tras la cancelación de los comicios estimados para abril que tuvieron que posponerse en pleno pico de la pandemia.
Así, la gestión de la crisis sanitaria copará previsiblemente la agenda política, en medio de la polémica por nuevos rebrotes aislados en la región, pero también seguirán las reivindicaciones de siempre, como los que cada lunes encabezan los pensionistas vascos que ya han vuelto a manifestarse en Bilbao desde finales de mayo. "Lo hacemos con prudencia y distancia de seguridad porque somos grupo de riesgo, pero no vamos a dejar que nos arrebaten por lo que hemos estado luchando toda la vida: pensiones dignas y servicios sociales públicos de calidad", asegura Víctor Etayo (@EtayoVictor), presidente de la Coordinadora de Pensionistas de Euskadi.
Las asociaciones de mayores de la comunidad autónoma como la federación vasca de la Unión Democrática de Pensionistas España (@MayoresUDP) y Nagusilan ponen sobre la mesa además la necesidad de revisar el modelo de las residencias, la atención a las personas especialmente vulnerables, sin olvidar su reivindicación tradicional, "la de lograr mayor participación ciudadana en los temas que les afectan" a través de la Mesa de Diálogo Civil y los Consejos de Mayores", defiende Txema Odriozola, presidente de la Federación de Jubilados de Euskadi integrada en UDP.
Ayuntamiento de Bilbao, lugar de concentración de los pensionistas vascos desde hace más de 2 años
No vulnerar los derechos de los mayores en la atención sanitaria
Ante la peor cara de la pandemia que ha dejado tras de sí más de 1.300 fallecidos mayores de 70 años en la comunidad, Txema Odriozola reivindica revisar los planes de Salud y los tratamientos de larga duración "ya que se han vulnerado los derechos de muchos mayores en cuanto a negarles la asistencia sanitaria en el pico de la pandemia y el triaje en las residencias". Esto ha sido, asegura, "algo que a los mayores nos ha molestado mucho". Afirma que esta situación se dió sobre todo al principio y que tres meses después ha mejorado mucho, pero que no se debe perder de vista. "Los protocolos han funcionado, pero hubo momentos en que no había capacidad", recuerda.
"La pandemia ha generado una crisis sanitaria, una crisis socio-económica, y ha puesto en evidencia la consideración social hacia las personas mayores. Queremos recuperar los valores éticos en la asistencia y cuidado a las personas mayores. No se pueden cuestionar valores como la igualdad en el trato de las personas en función de la edad", defienden José Luis Elosua, presidente de la asociación de Voluntariado Social de Mayores, Nagusilan, y miembro del Comité Asesor de 65Ymás.
Cambiar el modelo de residencias
Todos coinciden en que se deben arbitrar nuevas fórmulas para conjugar los cuidados y la salud de los mayores, especialmente en las residencias de mayores, que consideran ha sido uno de los mayores dramas de esta crisis. "No estábamos preparados para una pandemia como el Covid-19 y a las residencias les ha pillado sin medios, ni capacidad de reacción", sostiene Txema Odriozola de la Federación de Jubilados de Euskadi. "Los propios sistemas médicos de las residencias se han quedado cortos en unos servicios que llevaban años decayendo. Se deberían reforzar las relaciones con la atención primaria y domiciliaria ya que éstos son los domicilios de miles de mayores vascos".
En la misma línea desde Nagusilán defienden que las residencias tienen que ser una continuación del hogar. "No macro-centros sin habitaciones individuales, ni ubicación adecuada". Y optan por valorar nuevos modelos como el cohousing, así como contar con personal bien formado, contratado por la Diputación y respetando el ratio por número de plazas. Así, inciden en reforzar la atención personalizada; libre de todo tipo de maltrato y de sujeciones físicas y psíquicas, así como un convenio con voluntarios, e inspecciones periódicas para evaluar el funcionamiento tanto en las residencias públicas como en las privadas.
Garantizar pensiones dignas
El movimiento de pensionistas de Bilbao ha vuelto desde hace unas semanas a las calles para reivindicar "ingresos dignos y no bajar la guardia ante los derechos tras años de recortes", afirma Victor Etayo, de la coordinadora de Pensionistas de Euskadi. Conscientes de que la cuantía de las pensiones es competencia estatal, todas las asociaciones consultadas piden al Gobierno Vasco que complemente las más bajas con la Renta de Garantía de Ingresos regional hasta llegar al salario mínimo interprofesional y confían en la adecuada gestión del recién aprobado Ingreso Mínimo Vital.
Además, los pensionistas vascos que se manifiestan cada lunes suman sus reivindicaciones la inspección de los casos de las residencias y frenar los efectos de los procesos de privatización. "Cuando llegue el momento, con calma, habrá que buscar a los responsables de estos crímenes y tendrán que pagar por ello", sostiene Etayo.
Reforzar la atención a la dependencia
Desde Nagusilán reivindican mayores ayudas a la adaptación de la vivienda de las personas con discapacidad. "Es necesario que la vivienda tenga todas las condiciones de habitabilidad, como baño o calefacción… esté libre de barreras arquitectónicas y disponga de ascensor. Las posibilidades de adaptación deberían de ser subvencionadas por la administración correspondiente, según el patrimonio personal en cada caso", opinan.
En cuanto al personal de cuidados, hacen una llamamiento a una revisión profunda del modelo y de la figura del cuidador hacia una sistema en el que esté más regularizado. En este sentido destacan la importancia del estudio puesto en marcha por el Gobierno Vasco y el Consejo Sectorial de Mayores para que haga una valoración del mismo y se vincule con otros proyectos como el de viviendas adaptadas- Etxean-Bizi (vivir en casa) o el refuerzo de la atención en domicilio que incluya aspectos socio-sanitarios.
Soledad y Ciudades Amigables
"Uno de los temas que más nos preocupa es que muchos hogares de jubilados han estado cerrados durante la pandemia y ha sido muy duro para aquellas personas que viven solas. Ahora poco a poca van abriendo, pero son temas básicos para dar cohesión al colectivo de los mayores en Euskadi, mantener la formación, las actividades físicas y el envejecimiento activo, así como las actividades intergeneracionales y el el voluntariado", explica Txema Odriozola.
Desde las asociaciones de mayores se enorgullecen de que más de 60 poblaciones vascas sean consideradas Ciudades Amigables con los Mayores, una tendencia que va en aumento y que consideran que se ha visto facilitada por el aumento de la participación den reuniones con el Gobierno autonómico vasco, pero que aún deben abordarse más temas como mejorar la dependencia o el desarrollo de actividades relacionadas con enfermedades como el Alzhéimer.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.