La Fundación Pilares para la Autonomía Personal se crea en 2010 con el fin de, entre otros, contribuir a implantar el Modelo de Atención Integral Centrado en la Persona en la asistencia a los mayores dependientes y los discapacitados de España. Esta forma novedosa de prestar cuidados y apoyos consiste en dar un papel central a la autonomía personal y que los usuarios puedan tomar muchas de las decisiones sobre su vida.
El principal problema que había cuando se creó la fundación era que la atención que existía era “muy asistencialista”: en opinión de la fundación, se anteponía el criterio de los profesionales y las necesidades organizativas sobre la voluntad de los usuarios. Para contribuir a cambiar esta situación, la exdirectora del IMSERSO (entre 2008 y 2010) y exvicepresidenta de La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Pilar Rodríguez, decidió, al prejubilarse, montar la Fundación Pilares para realizar aportaciones para que las personas dependientes tuviesen una mayor autonomía personal.
Aunque la organización sin ánimo de lucro atiende también a personas con discapacidad jóvenes, la mayoría de sus programas están orientados a los usuarios de más edad. “Trabajamos sobre todo en el ámbito de los cuidados de larga duración”, explica Rodríguez que, aparte de fundadora, es también la presidenta de la organización. “Queremos contribuir a cambiar el modelo de atención que es muy paternalista y desconoce en muchos casos la biografía, los gustos y el modo en que las personas quieren dar continuidad a su vida sin renunciar a controlarla y a seguir haciendo lo que les gusta y les hace felices. Para esto, la formación es básica”, argumenta.
La fundación trabaja sobre todo con la Administración Pública y con "los proveedores de servicios” del sector como son las residencias. Actúan a nivel nacional y calculan que se han beneficiado de su asistencia “más de 1000 personas”. Para desarrollar sus programas, la fundación cuenta con grandes profesionales tanto en el equipo técnico como en su patronato. Varios son académicos y expertos reconocidos en el ámbito de las políticas sociales en Europa, España y Latinoamérica, según la presidenta.
“Seguimos un paradigma vigente en todos los países desarrollados. Comenzó en los países nórdicos hace muchos años”, recuerda la dirigente de la organización. Según ella, esta forma de actuar, que pone a los usuarios en el centro, está presente transversalmente en todos los ámbitos sociales. “Se trabaja también en Sanidad, bajo la denominación de atención centrada en el paciente”, explica.
Para, por y con los mayores
La Fundación dedica buena parte de su tiempo y recursos a dos programas de formación. En uno de ellos, que trabaja con más de 60 residencias en toda España, se asesora a estos centros sobre cómo implantar el Modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona. Para ello, los profesionales de la fundación se desplazan "in situ" y, “en función de las características arquitectónicas del centro, del funcionamiento de su plantilla y del perfil de las personas usuarias”, se elaboran recomendaciones y se imparte formación para poder adecuar el espacio y servicio a los residentes.
Por otro lado, destaca su programa de atención a domicilio y comunidad. En él, trabajan con unas 160 personas mayores dependientes y/o discapacitadas y sus familias de Madrid y de dos localidades de Alicante (Rojales y Almoradí). La misión de los profesionales de la organización consiste en tratar de ver qué “cuidados requiere el usuario” y dar recomendaciones a los cuidadores al mismo tiempo que valoran las condiciones de la vivienda. “No es lo mismo vivir en un cuarto piso sin ascensor que en una casa debidamente adaptada”, anota la presidenta de la fundación.
Una vez realizado este análisis, los miembros de la organización estudian también el entorno comunitario de estas familias. “Intentamos conocer todos los recursos que hay en la zona para que las personas puedan aprovecharlos y recibir servicios como, por ejemplo, el voluntariado de acompañamiento”, explica. El proyecto se financia a través del 0,7% del IRPF y de las aportaciones de los ayuntamientos.
Formación en la aulas
La fundación fomenta también la investigación sobre temas relacionados con la dependencia y la autonomía personal. En su web, publican periódicamente estudios y artículos sobre la materia. Tienen dos colecciones de libros. Asimismo, colaboran con dos universidades españolas en dos posgrados. “Estamos celebrando la quinta edición del Máster de Atención Integral Centrada en la Persona que coorganizamos con la Universidad de Vic y llevamos también un Curso de Experto en Gerontología y Discapacidad con aplicación del modelo con la Universidad CEU San Pablo”, apunta. Los alumnos de éstos suelen ser profesionales que quieren conocer más de cerca el modelo y formarse para aplicarlo en sus centros de trabajo (residencias, centros de mayores, hospitales...).
Un cambio de modelo que conlleva tiempo
“Son personas que van a vivir 20 años o más con una limitación o con una enfermedad como el alzhéimer. Se debe velar por que puedan continuar sus vidas de acuerdo a sus deseos”, explica Rodríguez. Y critica: “Debido a un exceso de protección, se suele considerar que debemos ser nosotros los que decidimos por ellos”.
Para la presidenta de la Fundación Pilares, es un proceso “que se conseguirá poco a poco”. “Cuando empezamos a hablar sobre este modelo hace 10 años, se nos miraba con escepticismo, les sorprendía”, recuerda. Pero las cosas han cambiado y, hoy, son muchos los profesionales que solicitan apoyo y formación para cambiar. “El trabajar en un centro y ver que las personas no son felices te hace cuestionarte las cosas. Se trata, en mi opinión, de un imperativo ético”, ejemplifica.
Con respecto a "los cambios necesarios" en la Ley de Dependencia, desde la fundación se considera que, además de incrementar la financiación, habría que regular un apoyo eficaz a las familias cuidadoras y fijar con qué instrumentos desarrollar la autonomía personal. “La Ley reconoce el derecho a promoverla pero no hay prestaciones adecuadas ni se indica qué técnicas y vías hay que tomar para desarrollarla. Faltan recursos y formación”, explica.
Según ella, las Comunidades Autónomas han hecho avances, como “cuando sacan un pliego para un concurso público de atención domiciliaria o para residencias, piden que las ofertas se enmarquen en el Modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona, pero no se adecúan los precios, ratios, metodología...”, señala. Y añade: “Todo el mundo habla de él pero falta profundizar sobre qué significa. Estamos antes un cambio cultural de gran calado”.