Carolina Madroñal Machero
Asociaciones de mayores
Jóvenes estudiantes comparten piso con mayores: "Soy uno más de la familia"
Así funciona el programa de Convivencia De Estudiantes Universitarios Con Personas Mayores

El programa de Convivencia De Estudiantes Universitarios Con Personas Mayores, con diversidad funcional y familias monoparentales ha resultado ser todo un éxito, como refleja el caso de Rafael Montero, un estudiante de Filosofía de diecinueve años de Jerez de la Frontera, Cádiz, que lleva viviendo con Francisco, un hombre de ochenta años, desde hace aproximadamente un mes.
Este programa, con más de 30 años de experiencia, tiene como objetivo facilitar alojamiento a los estudiantes y ofrecer apoyo a las personas acogedoras, haciendo su vida más sencilla, según un comunicado de la propia agencia en una nota de prensa. El programa busca promover las relaciones intergeneracionales en el marco de la convivencia, la ayuda mutua y la solidaridad, pero su impacto va más allá. La intención es romper estereotipos y generar relaciones duraderas, en algunos casos para toda la vida. "Las personas mayores encuentran compañía; quienes tienen discapacidad reciben apoyo, especialmente en temas de movilidad; y las familias monoparentales se benefician de ayuda para conciliar la vida laboral con la familiar".
El programa es gratuito para ambas partes, ya que los estudiantes consiguen alojamiento sin costo a cambio de ofrecer su apoyo. Rafael, uno de los casos de éxito del programa, declaró a Europa Press que, en un mes, ya se siente como un miembro más de la familia, y que Francisco, con quien convive, es una persona muy independiente que lo ha acogido con los brazos abiertos.
Otro caso es el de Eliana Castillo, de Venezuela, estudiante de Dirección y Negocios en la Universidad de Sevilla (US), que vive actualmente con María del Carmen. Eliana destaca lo positivo de esta experiencia: "Nunca faltan temas de conversación, vemos películas juntas y compartimos momentos importantes del día". Eliana llegó a España este año buscando escapar de la crítica situación en Venezuela, y María del Carmen le ha brindado una convivencia cálida que le permite continuar sus estudios.
El programa también ha sido muy beneficioso para las personas mayores, como Raquel Rico, de setenta y cinco años, quien ha acogido a estudiantes de la US durante más de diez años. "Ha sido una experiencia maravillosa. Nos hemos ayudado mutuamente y algunos de ellos se han convertido en hijos adoptivos". Raquel es un ejemplo para quienes dudan en participar por desconfianza. Su caso de éxito, especialmente con un estudiante colombiano que llegó a su casa justo antes de la pandemia, demuestra el valor del programa: "Nos encerraron, él con sus sueños rotos, pero fue una maravilla, una experiencia que ninguno de los dos olvidará. Todavía me sigue escribiendo".
¿Cómo se desarrolla el programa?
El programa está diseñado para promover relaciones intergeneracionales y aumentar la solidaridad. Los estudiantes reciben alojamiento gratuito a cambio de compañía y ayuda en pequeñas tareas del hogar, como hacer la compra, sin que esto interfiera con sus obligaciones académicas. Además, se otorga una ayuda de 800 euros al estudiante, quien se compromete a acompañar a la persona mayor, apoyarla en su día a día y cubrir el 30% de los gastos de consumo.
El programa también cuenta con un sistema de mediación y resolución de conflictos, aunque generalmente las convivencias son positivas. Para asegurar una buena convivencia, cada pareja tiene un documento en el que se detallan las normas de convivencia, como "no llegar tarde, no llevar visitas a la casa, respetar los horarios de clase y exámenes, y cumplir con los compromisos". Además, se establece cuánto tiempo deben pasar en su lugar de origen, concretamente dos fines de semana al mes y las vacaciones escolares de los estudiantes.
El emparejamiento perfecto
La US realiza un estudio previo para conocer el perfil de las personas solicitantes y asegurar el emparejamiento ideal entre el estudiante y la persona mayor. "Estudiamos la compatibilidad de los perfiles en cuanto a carácter, como si hiciéramos matrimonios, y acertamos bastante", asegura Dolores Mantecón, técnica del programa.
Este programa de convivencia es una pieza clave para los estudiantes que no tienen los recursos económicos para acceder a un alquiler en Sevilla y supone un gran acompañamiento para combatir la soledad no deseada que sufren muchas personas mayores. Ana López, vicerrectora de Servicios Sociales de la US, señala que el 90% de los participantes son personas mayores, en su mayoría mujeres, cuyas familias se ponen en contacto con la universidad para combatir una situación de soledad. Este tipo de convivencia refuerza un vínculo familiar y promueve el bienestar tanto de los estudiantes como de las personas mayores.